Jayden condujo hasta el departamento que compartía con mi hermano durante vacaciones ya que nos les gustaba quedarse en la fraternidad. Ya había ido a ése departamento y puedo decir que para ser un departamento de hombres, era realmente genial. Las paredes estaban pintadas de un color blanco, la tapicería del suelo era color café claro, los sillones color beige, la pantalla de plasma de 90 pulgadas, la increíble vista a la ciudad de Nueva York, la sala de juegos y por supuesto las habitaciones. Todo estaba decorado a la perfección y no tanto al estilo Chicos Universitarios.
Al bajar del auto, Jayden tomó mi mano y caminamos a la entrada del edificio.
— ¿Qué hay, Ed? —le dijo Jayden al portero mientras éste levantaba la vista de su periódico.
— Hey Jayden —le saludó con una sonrisa y me miró confundido.
— Ed, ella es Skyler, mi novia —me presentó y sonreí. Novia.
— Un gusto —extendí mi mano hacia el señor y él la estrechó sin dudarlo.
— El gusto es mío —respondió— Me alegro de que Jayden trajera por fin a una chica. Comenzaba a pensar que Jayden y Trent eran pareja —ambos reímos mientras Jayden se cruzaba de brazos, claramente ofendido.
— En verdad, ha sido un gusto —le dije al ver que Jayden se había enfadado un poco. Caminamos al ascensor y Jayden oprimió el botón con el número seis— ¿Estás enojado? —le pregunté burlona y él sólo blanqueó los ojos.
— Da igual —respondió enfadado y reí, lo que hizo que se enfadara aún más, pero yo reí más.
— Ya, ya sabes que para mi nunca has tenido un romance oculto con mi hermano —me burlé y el ascensor se abrió.
Antes de que bajara lo abracé, intentó zafarse pero no lo logró, bajamos de esa manera y a él le costaba trabajo avanzar.
— Skyler —me advirtió y reí. Me colgué a su cuello y él miró para otro lado, pero mi sonrisa no desaparecía.
— Jay —lo llamé pero no me miró— Amor, lo lamento pero no me pude resistir —solté una carcajada y me miró con desaprobación.
— Tengo que abrir la puerta —dijo y sonreí. Me acerqué más y besé a Jayden.
Jayden no correspondía el beso al principio, tenía tanto o más orgullo que yo, pero cedió.
Sus manos se situaron en mi cadera y mi espalda. Sus labios se entreabrieron y comenzó a jalar levemente mi labio inferior, mientras seguíamos besándonos. Sus labios jugaban con los míos, besándolos y jalándolos a su gusto y antojo. Abrí mi boca y Jayden lo dudó en introducir su lengua en mi boca, la cual comenzó a jugar con la mía.
— Vaya forma de verte de nuevo, Sky —una voz familiar se escuchó y dejé de besar a Jayden mas no me separé de él ya que no me dejó.
— ¿Valerie? —la pelirroja me sonrió emocionada y quise soltarme de Jayden pero no me soltaba.
— Oh vamos, Jayden suéltala —le dijo Valerie y Jayden lo hizo a regañadientes.
Corrí hasta ella y abrió sus brazos dramáticamente, reí, salté hacia ella y la abracé, parecía koala... De nuevo.
— Es genial verte aquí —dije separándonos y ella sonrió de oreja a oreja.
— Lo sé —dijo como toda una diva, reí y Jayden rodó los ojos pasándonos de largo para entrar al apartamento.
— ¿Qué le hiciste? —me preguntó divertida y reí inocente.
— No mucho —le respondí y me hizo señas para que entraramos al apartamento.
Entré y abrí la boca impresionada... Todos los Sykes habían llegado.
***
Después de desayunar con la señora Cory, el señor John, los gemelos y con Valerie, ponernos al día y también comer con la familia Sykes, llegó la hora en la que debía ir a arreglarme para la cena de negocios de Hank.
— Es hora de irme —dije levantándome del sofá y Valerie hizo puchero— ¿Mañana hacemos pijamada? —le pregunté y ella se levantó entusiasmada.
— Por supuesto —dijo emocionada.
— Fue un gusto volver a verlos, en verdad —le dije a los señores y ellos me sonrieron cálidamente.
El señor John me recordaba mucho a papá ya que habían sido amigos y agradezco eso.
— Vuelve mañana para cenar ¿sí? —me preguntó la señora Cory y asentí.
— Bueno, nos vemos —me despedí y Jayden salió detrás de mi.
— ¿¡Mañana quién me llevará a conocer la ciudad!? —preguntó Valerie cuando íbamos a cerrar la puerta.
— Nosotros, ahora no quemen el apartamento o Trent me mata —les advirtió— Llego noche.
Salimos del edificio y subimos al auto de Jayden. Arrancó hacia mi casa y lo miré con desaprobación.
— Me hubieses dicho que tu familia llegaba y te acompañaba a por ellos al aeropuerto —le reclamé y rió— Ya para —él no paraba de reír por lo que tomé medidas extremas— No tiene gracia, Joel (Yoel) —automáticamente Jayden paró de reír y fue mi turno de hacerlo.
— Jamás me llames Joel —dijo acelerando y rebasando varios coches.
— Veremos —dije divertida y encendí la radio. Una canción de Skrillex sonaba así que subí el volumen.
Cinema, ése era el nombre de la canción y simplemente canté los coros.
— ¡Hey! —me gritó Jayden y salté mirándolo mal. Al parecer él había bajado y también abierto mi puerta— Llegamos —volvió a decir y bajé del auto.
— Bien, hora de caer en manos de Riley —dije entrando a la casa y enseguida me encontré a Riley.
— Hasta que llegas —Logan me miró riendo y haciendo señas para que corriera— Tenemos dos horas para el comienzo del evento y media para llegar, lo que los deja con una hora y media para arreglarte, bañarte, maquillarte y vestirte —Logan y Jayden se carcajearon y los miré mal.
— Anda Riley, llévate a Sky ya, o sino no terminarás a tiempo —le animó Logan y Riley asintió convencida mientras me empujaba escaleras arriba.
— Te odio, rubio —dije y ambos chicos rieron.
***
— Bien, ya estás lista —me dijo Riley y me miré en el espejo.
A decir verdad, ella había hecho un muy buen trabajo. Mi cabello estaba suelto pero arreglado, mi maquillaje era muy natural, no llevaba plataformas, sino balerinas y el vestido me complementaba, pues se trataba se un vestido negro con vuelo y con algo de brillos en la parte de arriba.
Bajamos al living y enseguida nos fuimos en del auto de Logan, directos a la cena de Hank.
¿Merezco tanto aburrimiento?
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El Playboy De Mi Vida
Romance- Jamás creí lamentarme de mi niñez, más sin embargo, ahora lo hago -dije mirando al suelo. - Yo no lamento nada -él se acercó a mi y tomó mis manos entre las suyas- No me arrepiento de nada porque eres lo más importante para mí. Levanté mi cara y d...