Un año después
Llegué a la empresa a las 7:00 a.m. ya que Edward Curran nos citó a los modelos del sector 4E a las 9:00 a.m. para hacer la campaña de Karl Lagerfeld, pero como nos tenían que maquillar, peinar y darnos el vestuario, teníamos que llegar antes de lo sugerido.
Era el 18 cumpleaños de Jayden y aunque ya no fuésemos novios, no puedo negar que seguía muriéndome por él. ¿Y cómo no? Seguía siendo el mismo playboy, sexy, egocéntrico y de sonrisa moja bragas de siempre y me seguía encantando como siempre.
Había arreglado mis problemas con él justamente en mi cumpleaños de un año atrás.
Jayden había llamado a las 12:00 a.m. dispuesto a cantarme todas las versiones de las mañanitas que se supiese. En la mañana me llegó su regalo y una carta donde me pedía disculpas y pues ¿cómo no perdonar al chico de mi vida?
Así que mientras Esther me peinaba decidí llamar a Jayden, eran las ocho de la mañana, ya debería estar despierto, así que marqué su número y al segundo tono él contestó.
— Hola, Sky —contestó y su voz se escuchaba ronca.
— Hola, Jayden, ¡Feliz Cumpleaños!... —dije nerviosa.
— La estoy cuidando para ti, Jay Jay, por cierto ¡Felicidades! —dijo Esther y él rió del otro lado.
— Agradecele a Esther por favor y gracias Skyler. Pensé que no llamarías —dijo y noté en su tono de voz algo de tristeza.
— No porque hayas sido un imbécil y me terminases por no tener una relación a larga distancia, no por eso me olvidaría de ti —dije y él rió de nuevo.
— Vaya que directa —dijo divertido y sonreí.
— Siempre he sido así y lo sabes más que nadie —le recordé y pude imaginarme cómo asentía con una sonrisa.
— Creo que fue una idiotez terminar contigo —dijo cambiando de tema.
— Creo que tienes razón —dije pero supongo que él no me escuchó porque se oyó un ruido como cuando se te va a caer el teléfono o así.
— Kelly, mi celular —escuché la voz de Jayden un poco lejos e inmediatamente arrugué mi frente.
Algo pasaba y no me gustaba para nada.
— Hola, lo lamento pero Jay está ocupado —dijo una voz femenina y me colgó.
¿Jay? ¡¿Quién es ella y porqué lo llama Jay?!
— ¿Pero qué... —dije confundida cuando cortaron la llamada.
— ¿Qué pasó Sky? —preguntó Esther con intriga y negué aún confundida sin quitar la vista de mi celular.
— Me colgaron —dije y ella soltó una risita.
— No pensé que Jay rechazaría una de tus llamadas —me dijo burlona y la miré mal a través del espejo frente a mi.
— Él no me colgó —dije y ella frunció el ceño— Fue una chica la que me colgó.
— Uuy, ésto me huele a que te cambiaron —me dijo algo nerviosa y la fulminé con la mirada— Era broma, tranquila.
— Tarada —le dije cruzándome de brazos y ella mordió su labio inferior para no soltar una risa.
Pobre de ti Jayden Sykes, si me cambiaste por otra.
Comenzamos con la sesión y se escuchó una canción y supe que era mi celular. Bennet rió y nos dijo que ya habíamos terminado y que podíamos irnos. Contesté la llamada al ver que era de Jayden.
— Pensé que no me contestarías, linda —dijo y reí.
— Eres un imbécil, me dejaste hablando sola, eres un estúpido —dije.
— Hey, amor no seas tan ruda —me contestó a lo que bufé, él soltó una risa y sonreí— ¿Cuándo vendrás a visitarme, cariño?
— Pues tengo muchas ganas de ir a visitar a mi hermano, así que tal vez sea pronto —contesté.
— O sea que sólo vienes por tu hermano y no por mi —me dijo en un tono ofendido.
— Obvio —respondí— Él no me dejó por la distancia —ataqué y él soltó un gruñido.
— Vale, me equivoqué, bien —dijo irritado y sólo reí— Me tengo que ir, hablamos luego.
— Okey, adiós —respondí y corté la llamada.
***
Al llegar a casa me encontré con Hank en la sala con varios papeles regados en la mesita de centro.
Al final creo que el encontrarme y conocer a Hank en el viaje hasta Ámsterdam fue planeado desde un principio porque mamá y él se conocieron en una de sus conferencias dos semanas antes de que saliéramos de viaje. Hank aseguraba que mamá y él habían tenido química desde ése mismo momento pero que estaba el tonto de Leobard Hoken quien al final terminó ganándose el odio de todos y por consiguiente que mi madre terminase con él, dándole una oportunidad de conocerse a Hank.
Hank y mamá se habían casado casi tres semanas antes y ahora Hank estaba arreglando los papeles necesarios para que nos mudáramos a Nueva York junto a su familia que estaba formada por 4 hijos, dos hijos y dos hijas. El mayor tenía 20 años, el siguiente era de la edad de Trent y le seguían dos chicas de mi edad.
Hank trataba de ganarse nuestro cariño día a día. Riley no estaba muy contenta y no le quería, David había convivido una semana con él en Nueva York donde también Trent había estado a punto de conocerle pero no pudo.
Y yo, yo no podía evitar sentirme mal cada vez que Riley me decía que Hank estaba ocupando el lugar de mi padre, pero la realidad era que mi padre siempre tendría su lugar, pero ahora Hank era como un padre para mí.
Me ayudaba en mis tareas, maquetas, proyectos, platicaba siempre conmigo y francamente me caía demasiado bien.
— ¿Trabajo? —le pregunté acercándome a la mesita y él me dió una sonrisa cansada.
— No, sólo son los últimos papeles para que nos podamos ir todos de Inglaterra.
— Bien, entonces te dejo —le dije y me levanté. Hank se veía demasiado cansado— ¿No quieres algo de comer?
— No Sky, gracias, tu madre me sirvió de comer desde hace un rato.
— Okey —fue lo último que dije y subí a mi habitación.
Riley estaba ahí con su laptop maldiciendo a diestro y siniestro, me vió entrar y se levantó como rayo con la computadora en manos.
— Ve al muy imbécil —me dijo Riley y confundida miré la pantalla.
Y justo ahí mi duda se había ido.
Sin darme cuenta mi celular había comenzado a sonar y la pantalla se veía un sólo nombre... Jayden. Contesté sólo porque no me quería quedar con ésa sensación de quererle partir la cara.
— Amor mío... —la voz de Jayden sonaba feliz así que lo corté.
— No soy tu estúpida Jayden, ya no quiero que juegues conmigo —dije realmente cabreada.
— ¿Qué demonios te pasa? —me preguntó y se escuchaba realmente confundido.
— No lo sé, tal vez la rubia teñida de Liberty Janssen te pueda explicar —ataqué y él se quedó callado, sin embargo no quería escucharlo más, así que colgué.
Jayden si me había cambiado por otra.
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Hank Evans en multimedia.
MARATÓN 3/?
Besos y abrazos.
Atte: £llie
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El Playboy De Mi Vida
Romance- Jamás creí lamentarme de mi niñez, más sin embargo, ahora lo hago -dije mirando al suelo. - Yo no lamento nada -él se acercó a mi y tomó mis manos entre las suyas- No me arrepiento de nada porque eres lo más importante para mí. Levanté mi cara y d...