Capítulo 4
El sonido de alguien llamando a la puerta interrumpió mi sueño, escuché como giraba la perilla y sentí como Alexander se adentró en la habitación. Ya habían pasado exactamente 13 días desde que Alexander por primera vez viniera a verme, el clima no había cambiado mucho, pero Alex me había terminado de leer no solo en niño con el pijama de rayas si no también varias novelas más y cada vez nuestra amistad crecía más y más y eso no me incomodaba al contrario me alegraba el día por más lluvioso que estuviera.
─muévete Sol, será mejor que te levantes ya de la cama, creo que no querrás que tu desayuno se enfrié.
¿Sol?, primero me llama linda y ahora me llama Sol, hace días había empezado a llamarme así y era realmente frustrante.
─ Cállate─ vociferé adormilada.
Alexander solo rio por mi reacción y acto seguido corrió las cortinas de mi habitación haciendo el paisaje triste y lluvioso inundara con su carga negativa mi habitación, rápidamente me incorpore y lo fulmine con la mirada.
─Creo que de verdad quieres quedarte sin herederos.
─Ya, anda, no seas floja, tengo una sorpresa para ti, pero si no te levantas no te daré nada.
─ ¿una sorpresa? ¿qué es?
─No seas tonta Sol, si te lo digo ya no será una sorpresa─ dijo Alexander poniendo los ojos, pero sin perder ese toque juguetón.
─Anda dime, no me gustan las sorpresas.
─ Esta si te gustará.
─ ¿cómo puedes estar tan seguro? ─ enarque una ceja.
─Es un presentimiento.
─Ja, te apuesto que no me gustara tu sorpresa. ─ sabía que retarlo lo sacaba de quicio.
─Eso es un desafío, ¿Qué quieres perder, Sol? ─ y ahí estaba otra vez ese sobre nombre─ bien, tú practicas natación como tu rehabilitación ¿no? ─ ni siquiera me dejo responderle─ si te gusta la sorpresa tu y yo nadaremos en la piscina, sé que nos llevamos bien y todo, pero siempre hemos estado encerrados aquí y así podremos conocernos aún más, hoy podre descubrir algo nuevo e ti...
─Y si no me gusta la sorpresa─ me lo pensé bien y cuando la resouesta vino a mi mente sonreí con malicia─ tú correras en ropa interior por todo el hospital.
─Hecho─ estiró su brazo para cerrar el trato, escupí en mi mano y se la tendí esperando una mueca de disgusto, pero no, acto seguido me dio una sonrisa burlona y también escupió en su mano cerrando el trato.
Salí de la camilla y me sirvió el desayuno, huevos revueltos, beicon, Una magdalena y jugo de manzana, mientras desayunaba hizo lo mismo que ayer, antier y un día antes de antier, su rutina de limpiar y todo eso. Cuando termino salió al pasillo y regreso con algo en sus manos detrás de su espalda.
─¿lista para tu sorpresa?
Por su hombro sobresalia lo que parecía ser un estuche tubular, mi impaciencia aumentó.
─ Eso creo, te aseguro que no me gustara─ me mordí la lengua esperando mantener mi reacción controlada, así sea un escarabajo mutando me gustará, nunca espere que Alexander me diera una sorpresa.
─ Contare hasta tres, ¿vale?
─Si
─ Uno... dos... tres─ saco sus manos detrás de su espalda.
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Huesos de cristal
ChickLitY para ti ¿que intención tienen las estrellas? ¿Por qué todo ocupa un lugar en el espacio? ¿Cual es el motivo de existir? Para Cara Elkeles todo esto no significa nada. Atada a una camilla, sin ilusiones y con el alma en mil pedazos. Para Alexander...