Capítulo 20

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Capítulo 20

─ ¿Qué hacen ustedes aquí y como han podido abrir la puerta?

Estaba muerta de la vergüenza y roja de pies a cabeza, en lugar de hacer algo razonable como dejar el salero en su lugar o apagar la música miré fijamente a aquellos hermanos que se retorcían de la risa en su lugar.

─ Lo sentimos─ dijeron entre carcajadas─ la puerta no tenía seguro y tocamos el timbre─ una nueva carcajada brota de sus labios─ pero no nos oías así que entramos- finalizó Noé.

Me sentí como una completa idiota, no los había oído y pude haberme ahorrado esa escenita.

─ Pero vamos no te preocupes, ha estado de lo mejor─ comentó Noah.

Decidí hacer caso omiso a sus comentarios y pregunté:

─ ¿Qué se les ofrece?

─ Pues ¿podrías hacerme un striptease? ─ preguntó Noah.

─ ¿¡que!?

Ambos hermanos rompieron en sonoras risotadas, haciéndome quedar de nuevo como idiota.

─ ¡Estoy bromeando mujer! ─ exclamó el pelinegro.

─ Vamos déjala en paz─ le reprocha su hermano─ queríamos saber si te apetecía jugar en el Xbox un rato.

─ claro, solo déjenme coger mis zapatos y las muletas.

─ Valla, pero si las muletas te han valido un comino, te estabas divirtiendo, de hecho, no sé porque las ocupas─ dijo Noah mofándose.

─ Ni yo sé porque me las han puesto, solo tengo un corte en la pierna─ digo alzándome un poco la falda del vestido mostrando mi vendaje.

─ Eso no se ve bonito, ¿Qué te ha pasado?

─ Me he caído y rajado el muslo con un escalón─ digo la verdad a medias encogiéndome de hombros restándole importancia.

─ ¡y lo dices tan campante! Yo estaría postrado en una cama por el resto de mi vida.

─ No le deseo eso ni a mi peor enemigo, además no ha sido para tanto.

─ ¿eso tiene puntos? ─ preguntó Noah señalando mi pierna aun descubierta.

─ Unos cuantos

─ ¿pero que estabas haciendo?

¡Diablos! Creo que Noé no puede cerrar la boca ni un segundo.

─ Nada de importancia, pero olvídenlo voy por unas zapatillas y vuelvo─ rápidamente cogí las muletas y las llevé arriba.

En el camino busqué mis zapatos blancos y me los coloqué, llegué junto a ellos y un poco menos avergonzada reparé en cómo van vestidos. Noé lleva un jersey turquesa y pantalón blanco con unas sandalias cafés, acompañado de un pequeño sombrero del mismo tono, en cambio Noah es más simple y lleva unos pantalones caqui ajustados, unas botas café obscuro y una camisa azul claro mostrando su torso desnudo.

─ Estoy lista.

Ellos sonrieron y caminamos hacia su casa, al entrar escuché algunos trastos golpearse en la cocina, les resté importancia y nos sentamos en el mullido sofá, Noah me explicó paso por paso como utilizar los distintos botones frente a mí, poco a poco le cogí el truco al juego y terminé pateando sus traseros 2 partidas de 5.

El juego consistía en una batalla ente deidades, tenías que matar a el fénix del equipo contrario y a su titán, de hecho, el juego es en línea Noah y Noé son equipo y yo hago equipo con un usuario totalmente desconocido que dice ser amigo de aquellos hermanos, el usuario se hacía llamar Ra, y es muy mono, a decir verdad, entablamos una conversación con el mientras el juego transcurría y platicaban de distintos juegos hasta que Miranda apareció en la sala con bebidas y aperitivos.

─ Les he traído algo─ anunció.

─ Gracias ─ murmuré, aunque sus hijos ni siquiera la miraron y se lanzaron sobre la comida.

Tomé un pastelillo y lo mordí, el sabor a chocolate invadió a mis papilas, lo devoré y bebí un sorbo de limonada.

─ ¿te gusta? ─ preguntó la amiga de mi mamá mirándome fijamente.

─ Delicioso─ afirmé, ella me sonríe y me anima a comer más, Noé puso música de su laptop y aparte la consola, sacó un micrófono y comenzó algo parecido a un karaoke.

─ Para que termines tu presentación─ se mofó, aunque me parecío un gesto amable, me ruboricé y tomé el micrófono.

─ ¿Qué canto?

─ Lo que quieras ─ responde Noah.

─Mmm vale─ me acerqué a la computadora y elegí una canción de la lista, la música de la guitarra comienza sonar y pronto mi voz fluye un poco atropellada, pero me recupero rápidamente.

─ I wanna follow where she goes
I think about her and she knows it
I wanna let her take control
'Cause every time that she gets close, yeah

She pulls me in enough to keep me guessing, mmm
Maybe I should stop and start confessing
Confessing, yeah

Oh, I've been shaking
I love it when you go crazy
You take all my inhibitions
Baby, there's nothing holdin' me back
You take me places that tear up my reputation
Manipulate my decisions
Baby, there's nothing holdin' me back
There's nothing holdin' me back
There's nothing holdin' me back

She says that she's never afraid
Just picture everybody naked
She really doesn't like to wait
Not really into hesitation

Pulls me in enough to keep me guessing, whoa
And maybe I should stop and start confessing
Confessing, yeah

Oh, I've been shaking
I love it when you go crazy
You take all my inhibitions
Baby, there's nothing holdin' me back
You take me places that tear up my reputation
Manipulate my decisions
Baby, there's nothing holdin' me back
There's nothing holdin' me back
There's nothing holdin' me back.

Cuando terminé, los gemelos me gritan y aplauden, llegó el turno de Noé, tomé otro pastelillo y el comenzó a cantar algo al estilo rap.

Todo estaba delicioso tanto que engullí 3 pastelillos y una limonada extra a lo que ya había devorado, la comida del hospital no es muy buena pero tampoco me quejaba, Miranda cocinaba como la gloria y pensé que sería buena idea que le enseñara algunas recetas a Silvia, recordar el hospital me hacía recordar a Alexander y me di cuenta que me he dejado el móvil en la sala, por un lado, me entró el nervio, ¿qué pasa si Alex había tratado de comunicarse conmigo? Pero por el otro lado me dio un alivio ya que no he respondido su mensaje anterior, nunca había estado en una situación así y como consecuencia estaba hecha un lio, mi vida no era ni de cerca normal o con problemas comunes como los que hay en las novelas juveniles, ninguno de los concejos o cosas que han dicho me sirven para enfrentar algo así.

─¿Quieres más? ─ me ofreció Miranda.

─ No gracias─ respondí rápidamente saliendo de mi ensoñación.

─ Vamos, pero si estás muy delgadita no creo que engordes─ bromeó.

─ Mmm... bueno─ dije tomando otro pastelillo─ gracias.

─ Es un placer linda─ la copia numero dos terminó su canción y aplaudí, aunque no sabía qué era lo que había vociferado, dejé de lado mis pensamientos y me concentré en el momento.

Pasamos la tarde entre bromas y el karaoke hasta que tuve que volver a casa.

Huesos de cristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora