Capítulo 7
Y ahora ya nada es igual, han pasado varios días desde la pelea que tuvo Alexander con su padre y ahora solo se limita en hacer su trabajo bien, hay tensión entre nosotros y ya nadie se anima a romper el hielo, algo paso, algo tuvo que haber pasado para que Alexander de buenas a primeras se alejara, ¿es acaso que ya se aburrió de mí?
Ya no me habla.
Ya no me mira.
Ya no sonríe.
Parece que le hayan robado su felicidad y eso me parte el corazón.
¿Estará deprimido? Tal vez.
¿Ya no me quiere como su amiga? Lo más seguro.
¿Alguna vez sintió algo por mí? Jamás los sabré.
¿Me hablaba solo por lastima? No tengo respuesta para eso.
No sabía la respuesta de ninguna de esas preguntas y el miedo me carcome por dentro, Alexander es o era mi único amigo, le conté todo, todo sobre mi, mi familia, gustos y desagrados, fui como una burbuja, transparente, él pudo ver todo lo que había dentro de mi ser, limé mis asperezas esperando ser mejor para él y cada día mi inspiración para salir delante era mi padre y obviamente él y exactamente como una burbuja me revente cuando Alexander se alejó de mí.
Creo que ahora regresamos al inicio y vuelvo a estar sola.
Mi padre no me ha vuelto a visitar, ni su alma ni es sueños, mi madre ni siquiera una visita fugaz me ha hecho, Ansel trabaja demasiado y ahora tiene una familia que atender. Lo único que si ha pasado es qué ha aumentado es un desequilibrio de temperatura que antes no ocurría, en las noticias dijeron que no era nada de gravedad, que podíamos continuar nuestra vida normalmente, pero ¿qué vida puedo seguir yo?
Me levanto de la camilla y camino hacia la venta, las lluvias torrenciales y los diluvios de primavera se han alejado dejando al verano que está en su pleno apogeo y el sol nos deleita a todos con su calor y todos disfrutaran de su familia menos yo, tal vez Ansel me visite junto con Nina y pasemos un día agradable pero no estoy muy segura de sí me prefieran en una habitación encerrada o la playa sin ningún límite y lo más importante, sin mí.
El clima esta de locos. Primeo lluvias torrenciales, después un penetrante frio, seguido de calor que te deshidrata. Pero qué más da, a mi nada de eso me importa.
No tengo nada mejor que hacer así que me pongo mi traje de baño y me envuelvo en mi toalla, no me pasara nada si decido nadar sin alguien ahí, no será la primer a ni la última vez que lo hago así que tomo la perilla y salgo de mi habitación, tranquilamente me dirijo a la piscina y me adentro en el agua, nado en tranquilidad tarareando la una melodía a piano que Alexander me mostro hace varios días, hago mis ejercicios, me sumerjo en el agua y cuando salgo alguien desde la orilla me observa, es un chico chino pelirrojo, alto y delgado, tiene unos impresionantes ojos verdes son profundos pero no tan profundos como los ojos azules de Alexander, el individuo me observa y tiene una sonrisa en su rostro, lo miro inquisitiva.
─Linda vista─ dice él intensificando más su sonrisa, es una sonrisa de superioridad, una sonrisa arrogante, una sonrisa que de inmediato odie.
─ ¿a qué te refieres? ─ dije ligeramente enfadada por su comportamiento.
─ Oh ya sabes, no todos los días te encuentras a una pequeña chica nadando desnuda, lindos pechos, por cierto─ dijo este dando la media vuelta y alejándose a paso lento por dónde vino.
Baje mi vista y me di cuenta de que la parte superior de mi traje de baño ya no estaba, si no que ese encontraba flotando unos metros de distancia de mí, rápidamente cubrí mis pechos con mis manos y con la cara roja de vergüenza le grite al pelirrojo que ahora estaba un poco más lejos de mí.
─ Degenerado.
Y lo único que oí fue su carcajada que desprendió ante mi insulto. Qué vergüenza.
Busqué con la mirada mi faltante prenda y cuando me di cuenta ya no estaba.
¿Y ahora cómo diablos me voy a cubrir?
Este día no puede empeorar más.
─ He guapa, ¿acaso has perdido algo? ─ dijo una voz detrás de mí que de inmediato identifique, pero esta tenía un tono inseguro pero divertido.
Alexander.
Ya vimos que mi día sí pudo empeorar, me puse roja, tan roja que un una granada madura estaba pálida a mi lado, voltee lentamente hacia la dirección en la que estaba Alexander y me di cuenta de algo.
En su mano derecha yacía mi traje de baño, juro que para la otra ocasión nadare con la ropa puesta, este es uno de los momentos más vergonzosos que he pasado, quisiera que la tierra se abriera y me tragara.
─ Me puedes dar mi traje por favor─ masculle con los dientes apretados.
─ ¿Qué me darás a cambio? ─ dijo con una sonrisa en el rostro, claramente divertido por la situación.
¿Un canje? ¿Me está proponiendo un canje? Después de que hace 8 días no me habla bien se aleja de mí y ahora como si nada hubiera pasado tiene una radiante sonrisa en su rostro y ¿se atreve a pedirme un canje?
─ Nada, ahora devuélvemelo por favor.
─ Te propongo un trato─ dijo omitiendo mi comentario como si jamás hubiera salido de mi boca─ te doy el traje, pero a cambio tú me das un piquito─ pero esta vez la inseguridad no corrió por sus venas.
─ Ni loca─ ¿un piquito? Y este a que juega, se ve bastante decidido. Temo que esto va enserio.
─No, bueno, entonces, nos vemos─ dicho esto dio media vuelta y a paso lento se empezó retirar.
─ ¡Espera! ─ grité─ ¿prometes que solo será un piquito?
─ Lo prometo, es más, lo pinki juro─ dijo levantando su dedo meñique.
Vacile un momento, pero termine aceptando.
─ Vale─ nadé hasta la orilla, con una mano remando y con la otra tapándome insegura de lo que estaba a punto de hacer, cuando llegue, enganche mi dedo con el de Alexander, él se sentó en la orilla y se inclinó muy cerca de mi cara.
Jamás en la vida he besado a alguien y ahora, así como así estoy a punto de dar mi primer beso, todo me tiembla, miro a Alexander y el parece estar súper relajado, poco a poco se va acercando más y estando ya a centímetros dice:
─ ¿Qué esperas? Da me mi piquito─ y el color rojo invade mis mejillas.
Y así más rápida que un flash junte nuestros labios haciendo presión, el rápidamente acuno mi cara y la acaricio, poco a poco mis labios se fueron relajando y abriendo hasta que nuestros labios ya no hacían simple presión si no que estos danzaban rítmicamente como si lo hubiéramos hecho un millón de veces.
Nuestros labios encajaban a la perfección.
ESTÁS LEYENDO
Huesos de cristal
ChickLitY para ti ¿que intención tienen las estrellas? ¿Por qué todo ocupa un lugar en el espacio? ¿Cual es el motivo de existir? Para Cara Elkeles todo esto no significa nada. Atada a una camilla, sin ilusiones y con el alma en mil pedazos. Para Alexander...