Capítulo 21

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Capítulo 21

Estaba esperando a que mamá llegara, me encontraba algo entusiasmada con la idea de visitar a la abuela, pero no sabía sinceramente cuál sería su reacción después de lo que me había dicho Ansel.

Aguardé ansiosa hasta que llegó, así que mientras me dispuse a prepararle algo comestible para la cena ya que después de todo lo que me zampé estaba más que satisfecha.

Fui a la nevera y saqué tomates, lechuga, queso, jamón, la mayonesa y algo de pan blanco de la alacena, le preparé un emparedado y lo coloqué sobre un plato blanco de porcelana, acomodé un mantelillo sobre la isla, puse el plato sobre este y serví un poco de leche en un vaso de cristal, lo coloqué con cuidado en el lado derecho y cuando estuve satisfecha escuché como la puerta principal se abría, además de sus característicos taconeos al andar.

Me senté rápidamente en un extremo de la isla y ella entró, su cara se le ve sorprendida al ver que le había preparado la cena, sonrió dulcemente y dijo.

¿a qué debo este detalle?

─ A nada en especial solo quería consentirte.

─ y ¿tu plato?

─Yo ya he comido y bastante, pase la tarde con Noah y Noé, así que Miranda me hizo comer demasiado con sus delicias, creo que subiré fácilmente de peso si sigo así─ bromeé.

─Vale─ dijo algo confundida, pero trató de disimularlo con una sonrisa, aunque le salió algo falsa, ella se sentó en el lugar que me esmeré a colocar y comió el emparedado, no se le veía muy convencida así que pregunté un poco asustada:

─ ¿no te ha gustado?

Ella rápidamente salió de su trance.

─ Claro que sí, esta para chuparse los dedos─ sonrió.

─ Mmm bueno, ya que estamos aquí quiero platicar contigo.

─ Aaa ya veo porque el detalle.

─No─ me apresuré a decir, aunque me sentí como una hipócrita─ bueno si, pero también lo hice de buena fe.

─ ¿Anda ya, es por nuestra plática de esta mañana?

─ ¿¡que!? ¡no! ─ exclamé algo sorprendida por el rumbo que comenzó a tomar la conversación.

─ ¿entonces?

─ Bueno quería platicar sobre el cumpleaños de Ansel y después el mío.

─ ¡claro! pero si falta muy poquito, ¡por poco se me olvida! ─ dijo platicando más con ella misma que conmigo, la verdad es que no me agradó mucho que se le olvidara el cumpleaños de sus propios hijos, eso me molestó.

─ Tal vez porque nunca has pasado un cumpleaños con nosotros─ escupí con veneno.

─ ¡Calma tu tono, Cara!

─ Solo estoy diciendo la verdad, si te preocuparas más por nosotros recordarías el día que nos diste a luz y no solo pensarías en ti─ vale sé que fui un poco grosera, pero está más que justificado.

─ Discúlpame por no ser la madre ejemplar, tu padre tampoco lo fue, no lo defiendas como si fuera el bueno y yo la mala─ gritó.

Esas palabras me hirieron, mi padre para mí era la persona más honorable y respetuosa que he conocido, mi ejemplo a seguir, mi pilar, algo que claramente ella nunca fue, se la pasó casi todos los años de mi vida centrada en su propio ego, refundida en lo plástico y superficial, prefiriendo un par de zapatos que su familia, se pasó de la raya a mi padre nadie le toca ni un pelo.

─ ¿Cómo te atreves? ─ elevé mi voz más de lo que me creía capaz─ ¡él fue, es y será más de lo que tú eres y significas para mí!

─Él está muerto─ siseó con furia.

Sentí como mi corazón se rompió en mil pedazos, un escalofrío recorrió mi cuerpo y la sensación de ardor se acumuló en mis ojos junto con las miles de lágrimas que empezaron a fluir como una cascada, antes de que me diera cuenta estas se deslizaron por mis mejillas y unas cuantas consiguieron entrar en mi boca, su sabor salado se mezcló con lo amargo de la bilis que subió por mi garganta y liberó todo el dolor, el odio y el egoísmo que siempre quise expresarle desde que regresó a mi vida pero no había sido capaz de liberar.

─Deberías estar tú en su lugar, él es quien debería estar aquí, ojalá fueras tú la que estuviera tres metros bajo tierra ─ susurré.

Un calor se expandió por mi mejilla derecha, su mano había impactado en mi rostro con furia, dejando una mancha roja y un insignificante dolor comparado con el que me invadia por dentro.

─ Retráctate.

─ Jamás y para que lo sepas, con o sin tu autorización me largo a México con mi abuela, ansiaba que fuéramos los 3, lo que queda de nuestra familia, creí que la recuperaba, pero tu egoísmo e individualismo puede más que tu cuerpo sin alma, creí que por fin tendría la amiga, la hermana y la madre que un día perdí, el mismo día que el hombre que más he querido me abandonó, veo que no puedo contar con mis seres querido porque son los que más me apuñalan por la espalda, ¿Qué sigue? ¿Qué Ansel me arroje de las escaleras? ¿Qué Alexander me tire en la vía del tren?

─ ¿por favor? ¿eres ridícula o qué? ─ su rostro había cambiado de la furia al pánico.

─ ¡No y es más me largo ahora mismo!

─ Sobre mi cadáver.

─ Adelante.

Echando chispas por los ojos subí a mi habitación.

─ Cara, ¿Dónde mierda has dejado tus muletas?

¿Enserio?, después de todo lo que nos dijimos, ¿preguntó por las estúpidas muletas? ¡Diablos!

─ ¿y eso a ti que te importa?

No le hice el menor caso y continúe subiendo, se oía como subía las escaleras detrás de mí, caminé lo más rápido posible y entré a mi cuarto, cerré la puerta y le eché el cerrojo, me retranqué contra la puerta y suspiré. Traté de serenarme, sabía que nada de lo que hiciera podría cambiar lo que había pasado, así que solo me deslicé y me tiré en el suelo haciéndome un ovillo y lloré. Vale era una quejica, no sabía qué hacer, mi madre discutió conmigo, mi padre estaba muerto, mi único hermano se encontraba a kilómetros, Noah y Noé son ajenos a mis problemas y Alexander debe estar más que confundido por todo lo del mensaje y para variar yo no tengo ni un centavo partido por la mitad, no tengo con que escaparme a México. ¡Mi vida era una gran y total mierda!

¿Aunque?

Sabía dónde mi madre guardaba su dinero, si mañana por la mañana me escabullía a su cuarto y hurtaba lo suficiente poder salir de ahí, podría cumplir mi objetivo. Robar está mal, pero no tenía otra opción, así que estaba más que decidido, me iría con el dinero de mamá y con una posible aventura con la cual comenzar mi vida.

Me incorporé rápidamente y corrí hacia el baño, me lavé la cara 3 veces hasta dejar fuera cualquier residuo de lágrimas, caminé hacia mi closet, saqué una maleta mediana y comencé a empacar, coloqué todo lo necesario en ella, ropa, zapatos, cosas de higiene personal, mi toalla y más chucherías, corrí hacia mi buro y cogí el ex móvil de Alex, entré en el navegador y busqué como llegar a Poza rica, Veracruz México, una vez todo listo repasé el plan y aunque sabía que era una locura ya tenía todo más que listo.

Huesos de cristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora