29 DE DICIEMBRE. DOS DÍAS ANTES DE LA BODA.
Durante mí día había visto a Connor un par de veces, pero fingía estar concentrada en mi tesis para que él no tuviera la valentía de hablarme.
Estaba intentando llamar mi atención como niño enamorado, lo que me hacía ruborizar. Pero como no había nadie que se detuviera y me dijera: Oye, Trey, estás ruborizada; lo pasé por alto y continué con la vista fija en mi trabajo.
Vincent llamó poco después del almuerzo y siendo un novio al que tenía olvidado desde que llegue a casa de mis padres, le atendí.
La invitación de mí para él a la boda de mi hermano y mi mejor amiga había sido revocada, cosa que no me causaba ninguna molestia porque me evitaría un gran drama. Solo que ahora quedaría como la tonta que va sola a una boda y no era justo teniendo a un novio con el que podría ir.
—¿Hola? ¿Tracey?
Siempre me ha parecido tonto que pregunten si es uno, cuando se supone soy la dueña del teléfono y la única que debe atender una llamada entrante en este. Solté una pequeña risa peinando mi cabello con una mano, quizás con ansiedad, nerviosismo o emoción ¿Cómo diferenciabas una de la otra?
—¿Quién más?
Mi humor había mejorado desde que papá y Tanner se habían disculpado y me habían alegado que era libre de elegir salir con quién yo quisiera. A regañadientes, pero lo dijeron.
Yo podría ser buena hija y terminar con Vincent porque mi familia injustamente no lo aceptaba, pero era molesto imaginar que eso haría creer a mi familia que tenían algún poder sobre mí, lo cual no era cierto. Suponía que yo era libre de hacer cualquier cosa y estaba intentando independizarme por mí misma.
—Um... Christopher, no sé quién demonios es, contestó mi llamada ayer y me mandó a lavarme el trasero. Creo que fue un poco descortés
Si Chris estaba en algún lugar de la casa, yo arremetería contra él, porque se merecía un buen golpe en la nariz por siempre lograr ser tan insistentemente idiota. Mientras que, por supuesto, Tanner y Katelyn compartían tiempo juntos antes de su boda. Yo estaba esperando que ellos aparecieran para volar de aquel lugar donde todos parecían estar haciendo algo. Menos yo.
Pensándolo bien, quizás Katelyn y Tanner dirían algo cliché antes de esfumarse de la vida del otro por dos días. Algo como:
"—Te veré en la boda.
—De acuerdo, seré la de blanco.
—Y yo el que espere por ti en el altar."
Sería estúpido y, en todo caso de que lo hicieran, yo sería igual de estúpida y me reiría en sus caras con exagerada impertinencia.
—¿Hablas en serio?
En el preciso momento donde yo aún quería hacer pagar a Chris, este pasó junto a mí tarareando la letra de alguna canción muy vieja. Interpuse mi pie en su camino, pero Christopher logró estabilizarse antes de caer e incorporó su cuerpo con absoluta rapidez y elegancia. Casi parecía un vampiro, no lo dudaría a menos que él fuera pálido. Cosa que, claramente, no era.
—Christopher es el hermano de Katelyn -Comencé a decir—. Está enamorado de mí desde que tenía nueve años.
—¡No es cierto! —Exclamó el hermano mayor de los Law—. Ese siempre ha sido Rayan. No confundas, niña —Me guiñó un ojo antes de seguir su camino.
Me reí, queriendo que Vincent comprendiera que todo era una broma de mal gusto que yo intentaba hacer para molestar a quien era como de la familia.
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Los Amantes©
Любовные романы«-Tengo miedo. -¿A qué le temes? -A dejes de quererme» No se trata de una elección, se trata de saber qué chico corresponde sus sentimientos. Una noche lleva a más y ese 'Más' se convierte en consecuencias.