Capítulo 23

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3 DE ABRIL.

-¿Tienes preservativos? -Cuestionó Katelyn entrando al departamento con absoluta libertad.
Hice una mueca de asco al procesar sus palabras.
Me quedé con una cucharada de helado a medio camino de la boca.
¡Ella me estaba pidiendo preservativos!
Qué horror, eso me hace imaginarme a mi hermano y a Katelyn teniendo sexo, es desagradable hacerlo, pero decido no hacer ningún comentario porque, después de todo, yo soy la inmadura que engaña a su novio.
-Cajón de ropa interior.
-Comes como vaca.
-Tengo ansiedad.
-¿Y eso por qué? -Para ese momento, ella se estaba perdiendo en el pasillo hacia mi habitación.

Resoplé. Quizás si le digo a Katelyn ella me apoyaría o me daría un mejor consejo, o un golpe. Habría posibilidad de cualquier cosa.
Siempre me dio miedo romper un corazón, pero ahora estaba decidida a hacerlo y tenía más de dos semanas pensando en la manera.
Trago el helado y miro fijamente la pared de la sala.
-Voy a terminar con Vincent.
-¡Sería justicia!
Su presencia me hizo dar un salto.
No quise mirarla, porque yo debo tener el rostro en blanco, porque sinceramente, creo que estaba un lo o retraída éstas últimas semanas.
No me gustaba pensar que lastimaré el corazón de un chico.
-¿Tu no usas esto? ¡Están casi todos!
-Solo para casos de emergencia -Le expliqué.
Me encogí de hombros mientras le señalé con la cuchara con la que estaba comiendo helado.
-Casos de emergencias -Me remedó-. ¿Y por qué vas a terminar con Vincent?
-Porque ya no es lo mismo ¿Entiendes? Ya no existen las mariposas en el estómago... ya no me siento tan segura con él, Katelyn.
Ella no responde, tampoco quiero girar a verla, quizás está por abofetearme o algo parecido.
Porque, vamos, luego de tanto discutir con todos, por fin voy a terminar con mi fulano novio solo porque no tengo 'mariposas en el estómago'.
Lo admito, soy idiota.
Debí haber terminado con él desde el beso de Connor y mío en la boda de mi hermano, porque siendo razonable, fue el primer momento en el que metí la pata.
Tanto silencio por parte de Kate comienza a perturbarme.
-Uhm... ¿Trey? -Suspiré, alcé la vista del helado.

Mi amiga tenía un rostro de preocupación, creo que había perdido el color.
¡Ella era pálida y ahora parecía gasparín!
Sostenía la caja entre las manos, no supe identificar qué era lo que le estaba sucediendo, pero he de admitir que comencé a ponerme nerviosa.
-¿Qué pasa?
-Están vencidos -Señaló la caja.

Mi corazón se detuvo por un momento, por un muy largo momento. Mi respiración se atascó en la garganta. El helado de pronto dejó de ser provocativo, se me revolvió el estómago.
Esos preservativos solo los he usado con Connor en mi momentos de calentura, pero no pienso es cuantas veces él estuvo dentro de mi con esa mierda, qué enfermedad pude haber contraído por un maldito condón vencido.
Sino que, bueno, lo vi adentro de mí, roto.
-¿Desde hace cuánto?
-Marzo -Suspiré. No los había utilizado más desde febrero, podía respirar con tranquilidad-. Del año pasado.
Ahora la pálida soy yo.
Incluso mi mente da vueltas, los momentos en los que él estuvo teniendo intensos momentos conmigo, con los que esos condones tuvieron vida, las maneras en la que él y yo posiblemente estuvimos procreando a una persona.
Soy pesimista, pero es como si todo hiciera clic.
-¿Katelyn?
-¿Si?
-¿Cuánta es la posibilidad de que un condón caducado se rompa?
Dejé el helado en la mesa de centro. Me cubrí el rostro con las manos y apoyé los codos en las rodillas. Mi corazón estaba tan eufórico que temo que tendré un paro cardíaco en cualquier momento.
Mierda.
He arruinado las cosas.
¡Acabo de hacer mi postgrado! Incluso ya había pagado cientos de dólares para continuar la carrera.
Si estoy embarazada, todo te iría al demonio.
Y no sería capaz de abortar, pensar que he acabado con la vida de alguien duele incluso más que pensar que es un obstáculo en mi futuro.
-Mucha.
-Creo que estoy embarazada -Reaccioné.
El vómito. El hambre. Los cambios de humor. El sueño. El cansancio.

Los Amantes©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora