Capítulo 21

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10 DE MARZO.
*Connor's POV*

Tracey se había enojado conmigo ¿Por qué estaba enojada conmigo? Mierda, gracias a ella me encontré a Luke en la madrugada yendo para el baño, y me preguntó qué hacía en el cuarto de la rubia ¿Qué le dije a un niño de su edad que ya nos había encontrado en más de una situación así? Tranquilo, pequeñín, Trace tenía pesadillas y estaba resolviendo su problema.

Sí, resolví su problema de excitación excesiva y yo solo cruzaba los dedos para que él no notara mi erección.

Por lo que esa mañana, mientras ella presentaba su tesis, nosotros estábamos muy cómodos sentados en el primer piso de la facultad principal esperando. No debíamos estar ahí, pero Timothy tenía sus contactos y había manifestado que quería ser el primero en saber el resultado de su hija.
Yo lo observé y me pregunté: ¿Qué habría pasado si él se hubiese levantado de la cama y hubiese escuchado los gemidos? Hubiese sido muerte segura para mí.
Vincent también se hallaba ahí, solo que un poco alejado y conversando con Elliott muy entretenidamente. Lo agradecía, porque entonces Tanner, él y yo estaríamos discutiendo como unos niños por un juguete.
De hecho, pasó.
—Esa mujer es una genio —Alegó su hermano escuchando lo que su esposa le decía al oído.
—Lo sé, ella es grandiosa —Había continuado Vincent.
Mis ojos revolotearon accidentalmente y ambos se dieron cuenta de eso. Creo que a Vincent le enojó.
—¿Tienes algún problema con eso? —Cuestionó.
Intenté ser razonable, no quería discutir y menos con él, pero al verlo quizás solo necesitaba su merecido. Quería decir algo como Ella es más mía que tuya, ¿Dime cuándo fue la última vez que tuvieron sexo? Pero, Tracey se enojaría, su hermano me mataría y su padre... yo ya desconocía qué haría puesto que siempre cambiaba de parecer sobre mejorar mi relación con la rubia.
Él era muy confuso e incluso a veces se ponía meloso hasta con Christopher. Por cierto, ¿Dónde se había metido?
—Eh... —Reaccioné—. Digo que, por supuesto, Tracey es una mujer maravillosa —Me la estaba dando de mucho y esto se pondría mal. Quizás horrible—. Pero ella siempre ha sido más que eso y no hay una verdadera palabra que la defina por completo.
¡Cielos! Era como estar revelando todos mis sentimientos. ¡No importa! ¿Qué digo? ¿Qué le digo? "Estoy enamorado de ella" ¿Me querrá matar si lo digo?
Elliott le puso una mano a Vincent en el pecho y mi respiración se entrecortó por miedo. Maldita sea, su cuerpo se había tensado y unas grandes ganas de venir a golpearme se habían intensificado en su mirada. Claro Elliott no permitiría que eso sucediera pero el solo hecho de que él viniera directamente hacia mí dejaba en claro que sospechaba de lo que yo podía tener con su novia. Digo, no es muy normal que ella se haya quitado la camisa y yo no haya hecho nada, claro obtuve el inicio de una erección, claro me excité; pero que ella lo hubiese hecho frente a mí, solo dejaba en claro algunas cosas.
—¡No me vas a abrazar, Christopher! ¡No! ¡Primero papá! —Giré mi rostro para encarar a la rubia desde lejos y a Chris que la perseguía.
—¡Vamos! ¡Quiero molestar a alguien, linda!
—¡No, déjame! ¡Déjame! —Pero Chris la envolvió en sus brazos y la alzó del suelo.
Tracey estaba como con una cadena alrededor de cuerpo que apretaba sus brazos. Sacudió sus piernas y golpeó a Chris con ellas, pero era imposible.
Christopher le dijo algo con lo que ella detuvo su lucha y alejó su rostro para verlo ¿En serio? ¿Qué le estaría diciendo?
Tracey se giró a verme y estaba ruborizada. Solo que no parecía saber que lo estaba y de seguro no había razón para estarlo. Sus hormonas la estaban traicionando muy notablemente.
Chris la dejó en el suelo y le dio un beso en la frente. Por supuesto, aun siendo un grandote que se la quería dar de mucho, Timothy le dio un golpe que lo dejó en su lugar y luego fue a abrazar a su Princesa.
—¡Vengo yo! —Gritó el rubio hermano gemelo.
Pero, él era torpe y grande, Katelyn sufrió las consecuencias al caerse de la banca y mientras él se disculpaba, yo abracé a Tracey y le di un despampanante beso en la mejilla.
Me devolvió el abrazo, presionando su mejilla contra mi hombro.
—¿Están felices?
—Por supuesto, la niña de la familia se va a graduar dentro de una semana. Debemos empezar a hacer espacio para el diploma.
Acuné sus mejillas en mis manos, aplanando su cabello. Una expresión dulce acarició sus ojos. Dejé un beso en su frente y volví a envolverla en mis brazos. Ella era tan hermosa.
Yo la amaba, pero no se lo diría. Quería mantener mi orgullo intacto y eso haría.
—Mi novia —Bufé.
Vincent había tocado mi hombro con un dedo y me había hecho girar, pero yo no solté a Tracey. Un repentino miedo me había embarcado en aquel segundo, ¿ Y si dejaba que él la abrazara y la perdía para siempre? Abracé aún más fuerte a Tracey y oculté mi rostro entre todo su cabello rubio buscando un poco de compasión.
Suspiré entrecortadamente. Creo que yo también estaba sensible.
—Espera, Vince —Tracey recorrió con sus dedos mis brazos y me obligó a mirarla—. ¿Sucede algo?
—No, preciosa —Volví a dejar un beso en su frente, pero esta vez mantuve mis labios más tiempo pegados a ella—. Solo estoy orgulloso —Me sonrió cuando por fin me alejé.
Nadie podía pasar por alto que en su sonrisa también había un rastro de tristeza y amor.
—¿Tanto como yo lo estaba hace un año cuando obtuviste tu título en Negocios?
—No fuiste.
—Por eso digo —Abrí mi boca haciéndome el ofendido.
Pero, veámoslo de esta forma, ella y yo solo mantuvimos una que otra conversación luego de nuestra ruptura porque era incómodo, pero de un tiempo para acá, todo había mejorado y hacía el sentimiento más intenso. ¿Ya he dicho que esta niña me encanta desde que cumplió sus quince años?
Me reí y dejé el completo paso para Vincent. Ya no quedaba de otra. Solo que no quise quedarme ahí a ver cómo ellos se besaban cuando yo también la había besado en contra de su propia voluntad en la mañana.
***
En el almuerzo en su honor, Tracey me robó nachos de mi plato aun cuando ella había acabado los suyos.
Fruncí el ceño porque lo hacía con demasiada tranquilidad, como si no le importara.
—Así sí que vas a engordar —Acusó Christopher bufando.
—¿Eso no es lo que todos quieren? —Luego dejó de comer de mi plato y fue a comer al plato de Vincent.
—No, cariño. Ten. Yo no tengo hambre —Empujé el plato hacia ella.
Le di una sonrisa sin mostrarle los dientes.
Ella me miró.
La verdad, no quería que le robara comida alguien más, si debo darle mi comida y pasar hambre con tal de no ver la estúpida cara de enamorado de Vincent, lo haría. Yo soy el único que puede lucir así por ella.
Tomó un nacho tímida y se lo llevó a los labios. Yo, mientras tanto, bebí del agua apartando la vista de ella. ¿Cuánto más iba a durar todo esto?
Quería poder besarla sin miedo a que alguien nos descubra, invitarla a salir y besarla en medio de la calle sin miedo a las fotos que podrían hacernos. Pero solo... yo hablando de orgullo y ella quizá tiene uno más grande.
—¿Quién quiere helado?
—Stracciatella y oreo para mí —Habló Tracey.
Me pareció muy normal puesto que ella no desperdiciaba un helado ofrecido y mucho menos un poco de comida mexicana. Ella podría comer todo eso junto y nunca se agotaría. Yo igual, pero me había arriesgado a darle mis nachos.
Creo que eso me iba a doler durante un tiempo, pero si obtenía algo bueno de eso, lo repetiría.
—¿Connor?
—Lo mismo, Tim —Casi lo hice a propósito.
Llamarlo Tim para que Vincent conozca la relación de confianza que existía en su suegro y en mí.
—Muy bien —Sentenció el dueño de todo el dinero ahí—. Ustedes dos siempre piden lo mismo ¿Acaso no hay otro sabor que les guste? ¿Yo los críe para que comieran solo esos dos sabores de helado?
—No, pero esos sabores son como el cielo, papá —Respondió Trace.
Se pasó una servilleta por los labios y se giró un poco para verme.
—¿Cierto?
—La rubia tiene toda la razón —Ella arrugó la nariz y sonrió.
—No me digas rubia.
—Pero si eres rubia.
—Pero me siento tonta.
—Una tonta no se gradúa en Derecho con uno de los promedios más alto —Levanté una ceja para recalcar mis palabras.
Tomé agua para ocultar la sonrisa de mi rostro.
Por el rabillo del ojo, vi que se ruborizaba. ¡Toma eso, Vincent! Hazla ruborizar así de fácil y luego hablaremos de posesión.
—¿Alguien alguna vez ha visto una película de Rachel McAdams? —Preguntó Katelyn cambiando abruptamente de tema.
Me reí mirando la botella de agua que reposaba en la mesa.
—Oye, hay una que me han dicho es muy buena —Habló Trace—. Con Eric Bana.
—Eric Bana es como un Dios —Les secundó Lizet.
La amiga latina de Tracey continuó diciendo que eso era muy cierto ¿Ella no debería estar con su familia? También se había graduado. Entonces ¿Qué había mal? Claro, de seguro sus padres estaban de dónde sea que ella venga y no han podido llegar a tiempo para ella. Al menos espero que estén para la graduación, sería muy triste que ella se graduara y su familia no estuviese ahí.
Claro, esta familia estaba dispuesta a celebrar por todo y todos. Eso no detenía a los Wallace. Pero sí detenía a la madre de Tracey que según su Ocupada agenda, hoy, precisamente, tenía cita con el ginecólogo y no podía faltar porque las citas con él tardaban mucho. 
—¿Eric Bana? ¿No es el que vimos una vez en Washington? —Cuestionó Tanner.
Y las hormonas de las chicas vencieron cualquier cosa.
—¡Oigan! —Exclamé—. ¡Voy a buscar a Luke al colegio!
Arrastré la silla por el suelo y me puse de pie.
—¿Y tú helado? —Tracey me miró con un puchero.
Como me hubiese gustado darle un beso en ese instante ¿Por qué justamente tenía que hacer eso?
—Puedes comértelo... guardarlo para cuando regrese...
Comerlo es la opción preferible.
—Solo no te atragantes.
Abrió sus ojos. Le vi las intenciones de insultarme pero solo puso los ojos en blanco y se giró para seguir conversando con la familia. Oh, recibido y captado, Vincent también dejaría en claro que Tracey era suya. Le dejó un beso en los labios.
Me marché de ahí con un nudo en el estómago y con la peor sensación del mundo. Esto no puede ser totalmente cierto ¿Entonces cada vez que lo intente él va a venir y la va a besar creyendo que con eso la declaraba completamente suya? Solo no puede besarla porque me dolía.

Los Amantes©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora