7 DE ABRIL.
-¡Déjame! ¡Déjame! -Dije muy bajo con mis manos presionando sus muñecas. Sus brazos rodeaban mi cintura, pero yo solo no lo quería-. ¡No quiero besarte!
-Y entonces por qué me lames el labios -Buen punto. Dejé de tener mis labios pegados a los de él y mirarlo con el ceño fruncido bañado en mal humor-. Eres mi ogra ¿Crees que no me di cuenta de que estás muy celosa?
-¡No! -Exclamé, intentando que el hecho de que me llamase ogra no me molestara. Imposible-. ¿Por qué la trajiste? ¿Y por qué no deja de mirarme como si fuese un obstáculo?
-¿Por qué siempre estás en mi cabeza? ¿Por qué dije tu nombre pensando que estaba contigo? -Dejé de moverme.
Eso explicaría por qué ella dejó de ser coqueta. Saqué mi labio inferior y asentí varias veces tomándolo como una buena opción. A menos que me esté mintiendo, por supuesto.
-Eso no explica por qué la trajiste a casa y por qué papá está feliz con ello. Él sabe que tú eres mío y nadie puede tocarte -Me robó un beso con él que intenté lucir enojada.
-Pero también sabe que tu tenías un novio y que me ves como una cosa.
-Yo no te veo como a una cosa -Jamás dejaría de fruncir el ceño-. ¿Qué quieres decir con cosa?
-Nada -Me robó otro beso. Gruñí por lo bajo removiéndome en sus brazos.
-¿Vas a decirme por qué la trajiste o debo hacerte la ley del hielo toda la semana? -Toda la semana ¿eh? No la semana que viene porque estaba en la obligación de decirle de nuestro hijo.
No me convenía soñar con Katelyn reprochándome no haberle dicho en su momento. De hecho, tenía mi vientre pegado a su pelvis y se sentía bien imaginar que quizás él estaba acunando a mi bebé.
-No -Me robó otro beso. Grité bajito de exasperación.
-Deja de robarme besos que te odio.
-¡No me odias! ¡Hace días decías que me amabas!
-Pero hoy te odio por traerla. No es linda.
-Estás celosa.
-¡Es cierto! Pero sigue sin ser linda. Si vas a salir con alguien tiene que ser delgada, rubia y con ojos verdes.
-Conozco una así, se llama Bárbara.
-Estúpido Connor de mierda -Le di un pisotón, pero ni eso logró que me liberara-. Me está comenzando a dar claustrofobia y tengo ganas de vomitar.
Se alejó por primera vez dejando un beso en la punta de la nariz. Arrugué toda mi cara apoyando mis manos en sus hombros. Ya me había mareado. Qué bueno.
-Lo siento.
-No te preocupes -Le di mi mejor sonrisa.
Crucé los dedos para que no me entraran ganas de vomitar. Papá estaría preguntando por mí y verme con rostro de zombie no sería una buena idea.
-Creo que debemos bajar -Aconsejé tragando saliva.
-¿Estás bien? Estás muy pálida. Siéntate -Porque sí, Connor y yo estábamos en el baño y me obligó a sentarme en la tapa del inodoro.
-Estoy bien.
-Pero no lo pareces.
-Tú pareces mi papá y yo no te digo nada, mamá gallina -Se rió un poco alto. Se agachó para tomar mis manos y llevárselas a la boca.
-Comienzo a creer que deberías ir a un buen nutricionista.
-Oh, gracias por decirme que a los que he ido son pésimos.
-Sabes que no me refiero a eso -Chasqueé la lengua y me encorvé.
-Lo sé.
-Y lo digo en serio -Como toda tonta, debía hallar la manera en la que molestarlo.
-Solo lo sugieres porque te voy a hacer parecer un obeso -Abrió su boca fingiendo estar ofendido. Apreté sus mejillas-.Porque, Connor, déjame decirte que si yo estoy delgada, tú estás gordito.
-Pero aun así me sigues amando y sigues queriendo hacerlo en el baño de la casa de tu padre -Me sacó la lengua.
-Pero sin duda no lo haremos porque eres un tonto y me dijiste que tenías a una chica esperando.
-Lo hice para molestarte.
-Lo lograste.
Mi corazón saltó en mi pecho cuando sentí su respiración acelerada sobre mi boca. Apoyé una mano en su mejilla y presioné mis labios sobre los suyos cortamente.
-Recuerda que cualquier par de labios no me besan como tú lo haces.
-Pero recuerda que cada quien es único en su existencia.
-Eres muy inteligente.
-Y comprendo que como yo te vuelvo loco, señorita-puedo-ir-a-la-casa-de-los-Wallace-y-conocer-a-la
-chica-de-Connor, también puede.
-Nunca te había visto tan celosa.
-Nunca te había amado como te amo ahora y nunca había sentido la necesidad de llevarte tanto la contraria -Deslicé mi mano por todo su vello facial.
Un rubor acarició mis mejillas. Él me miraba como un adolescente obsesionado con su celular mira un toma corriente en los últimos segundos de batería, como un niño pequeño mira una paleta de helado en el día más caluroso de verano.
-¿Nunca me has amado como me amas ahora?
-No te hagas el sorprendido -Lo acerqué a mí y le di otro beso corto en los labios. Sí, podía hacer esto toda mi vida-. Prométeme algo -Susurré.
La piel de mi nariz creó una caricia con la suya, con una sonrisa en los labios cerré mis ojos y me dejé llevar por la sensación de estar muy enamorada.
-Prométeme que estos encuentros secretos van a seguir existiendo aun cuando todos sepan nuestra historia.
-¿Por qué? -Suspiró. Su cálido aliento me puso la piel de gallina. Se deslizó por el escote de mi vestido y acarició mis pechos hasta sentir mis pezones arder por la reciente excitación.
Jadeé y continué con la caricia de nuestras narices.
-Porque me gustan. Aunque las personas pensarán que nos estamos violando...
-No, le dije a Luke y a Kate que hicieran lo que saben hacer... -Ronroneé por accidente.
Yo no tenía ni la mínima idea de que podía ser capaz de hacer esto hasta que lo hice. No dejé que eso afectara nuestra cercanía, porque de hecho nos uní más, ahora deslizando mis dedos por su barbilla rasposa.
-Eres muy malo...
-Y ahora yo no voy a poder salir de este baño porque me acabas de excitar -Sonreí con complicidad. ¿Había algo mejor que saber que eres la causante de la erección de los pantalones del chico que te gusta o más? No lo creo.
-Pues te toca quedarte aquí un rato, porque yo ya voy volando -Le di otro corto beso en los labios y me puse de pie haciendo que cayera-. No te masturbes. Sería incómodo.
-Puedo ver debajo de tu vestido desde aquí.
-Disfruta la vista.
-¿De dónde sacaste tantas cosas?
-De ex novios expertos en sexo.
-Gracias por la información que no necesitaba.
-No te preocupes.
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Los Amantes©
Romance«-Tengo miedo. -¿A qué le temes? -A dejes de quererme» No se trata de una elección, se trata de saber qué chico corresponde sus sentimientos. Una noche lleva a más y ese 'Más' se convierte en consecuencias.