Capítulo 4

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24 DE DICIEMBRE: NOCHE BUENA. SIETE DÍAS ANTES DE LA BODA.


Miré por encima de mi familia la sonrisa de Tanner, no le molestaba ni un poco mi ausencia mental en la cena. Esa era la razón por la que no podía dejar de mirarlo como si estuviese hablando en serio, más que como si estuviese herida. Tanner siempre ha sido jodidamente odioso, jodidamente idiota y un malhumorado compulsivo. Pero hoy estaba excediendo un límite.

La cena se basaba en una con exclusividad, no había más familias que la de nosotros, por lo que solo éramos mi hermano, mi padre, mi madre y Luke. Pero la exclusividad nunca se había sentido tan mal. Las personas siempre deseaban ser exclusivos, con sus parejas, con su familia. Pero yo, en ese momento, no quería exclusividad. Me estaban haciendo sentir mal. Todo se estaba volviendo muy incómodo, con cada segundo, solo quería hacerme ovillo y llorar hasta que alguien fuera y me consolara. El niño castaño era el único interesado en llenar el vacío que mi ausencia creaba. Él estaba hecho para hacer sentir bien a las personas, era su propósito en la vida.

Me parecía sumamente inteligente querer quitar la atención de mí y mi desconsolado momento. Hablaba sobre la planificación de una carretera con materiales que había encontrado en la casa, ¿Dónde demonios había encontrado tubos? Creí que Timothy se había deshecho de todo eso. Ya veo que no.

No se podía negar que Luke tenía visión del futuro, él sabía en las cosas en la que era bueno y se empeñaba en llevarlas a cabo. El año anterior, con un poco de madera y algunos retazos de metal, había hecho unas mini vías del tren bastante impresionantes. Creo que papá lo había ayudado, pero al fin y al cabo, el dibujo que había hecho para guiarse me dejó con la boca abierta.

-Eres la mejor inversión que Timothy pudo haber hecho -Le dije.

Si yo me siento emocionada, me gustaría saber lo que sentía papá. No, él esta noche había dejado de ser mi padre, ahora él solo era Timothy, el hombre en el cual confiaba para no dejarme varada en sentimientos. Veo que ni en tu propio padre se puede confiar.

-Timothy es un gran hombre, hasta me está pagando unas clases de dibujo para perfeccionarlo -Sus ojos miel me miraron expectantes-. Elise también es una gran mujer, Tracey.

Elise era mi madre, una que había sido ignorante de lo que había pasado y, aun así, le seguía la corriente a Tanner y a Timothy. Qué mujer de tan bajo régimen. Razón número uno por lo cual no iría a pedirle ningún consejo jamás. Sobre todo porque ¿Qué puede saber una mujer que jamás se esforzó por tener cosas grandiosas en su vida? Ella solo no hacía nada, vivía sustentada de Tim, con una casa, un auto y accesorios que él pagaba.

Luke me observaba atento con sus ojos miel muy abiertos, tenía una fina línea trazada en sus labios, parecía estar esperando que hiciera algo. Ambos estábamos sentados en el sofá luego de haber cenado, o de haber escaneado mi comida con asco. Esa noche yo solo tenía un propósito y era buscar la manera de admirar este niño con cada partícula de mi cuerpo. Creo que él resultaba tan atractivo para mí porque de cierto modo actuaba como Connor. Incluso su corte de cabello era igual al de él. Hablaba como Connor y se expresaba como el castaño. Después de todo, Luke insinuaba que Connor era su padre y que yo era su madre, por salvarlo en Denver habíamos obtenido esa categorización. No me molestaba ser llamada de esa forma, tampoco me enojaba saber que eso implicaría tener una muy, muy larga relación con Connor.

Creo que lo adoptaré.

Abracé al niño, besando su cabeza con dulzura. Él había sido la única persona que no le importaba mi relación, él era el único que no se molestaba por con quién mantenía una relación amorosa. Luke pudo haber escuchado toda la mierda saliendo de la boca de Tanner sobre mí, pero no parecía importarle nada de eso. Él estaba muy seguro de lo que quería y quién merecía la pena. Era el niño más inteligente que había conocido.

Los Amantes©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora