Capítulo 5- Baile de promoción

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Narra Sienna:

Había llegado a casa y mi papá aún no estaba aquí. Sabía que seguramente se habría ido a algún bar a beber. Sí, ya lo sé. Mi padre también tiene sus defectos. Solíamos discutir sobre el tema de la bebida, pero esta vez lo dejaría pasar.

Así que subí a mi habitación, me quité el vestido, me puse una pijama corta y me metí en cama con mi computadora. Abrí mi perfil e instantáneamente le mandé un mensaje a Dominik.

Sienna: Gracias nuevamente por lo de hoy.
Sabes... Llegué a casa y mi padre aún no llega. Te lo comento nada más, no espero que te interese, pero está bien.
Vale, estoy divagando, lo siento.
Te dejo de molestar.

Al rato me contestó.

Dominik: Calma, no escribas tanto jaja.
Vale, quédate tranquila, de seguro ha de llegar en un rato.
Hoy esperaba que me dijeras algo referido a tu vestido para el baile o algo así.
Y no lo has hecho.
En fin, eres rara.

Sienna: Claro que soy rara. ¿Todavía lo dudas?
No sé nada de mi vestido. En realidad, me apena decirte que mi padre se encarga siempre de ello. No tengo gusto para la ropa jajaja. Pero no sé lo digas a nadie.

Dominik: RARA! Pero graciosa, tienes tus cosas peculiares.
Una chica que no tiene gusto para la moda. INTERESANTE.

Sienna: Venga ya, no es nada interesante. Muero del sueño. ¿Tú no?

Dominik: ¿Ya quieres echarme? De acuerdo, vale, yo también.
Descansa, mañana es el gran día. Hasta mañana.

Sienna: Descansa Dominik :)

Visto. Bueno, tampoco quería que me contestara más. Estaba exhausta. En la mañana, hablaría con mi papá. Al instante caí en un profundo sueño.

A la mañana siguiente, me levanté temprano, como todos los días, pues ya estaba acostumbrada. Bajé a la cocina y me encontré con Liza desayunando.

-¡Oh, querida! Allí esta tu vestido para esta noche. Tu padre lo escogió para ti.- me señaló el sofá, donde estaba acomodado el vestido y siguió concentrada en su te.

Lo miré de reojo.-¿Qué te pondrás tu Liza?

-Tu padre es un hombre generoso, me compró un vestido también. Insistí en que era demasiado, pero sabes como es de terco.

-Es lo menos que puede hacer...- murmuré.- ¿Sigue bajo el efecto del alcohol?.- Liza notó mi tono de molestia.

-Cariño, sé que te enfada que tu padre beba un poco, pero piensa todo lo que pasa por su cabeza: lo que es mejor para ti, su trabajo, estar en la casa acompañándote y... Otras cosas más.- sabía que se refería a la mujer que nos abandonó.

-De acuerdo, tienes razón.- no podía discutir con ella, al fin y al cabo, no era su culpa. En eso, apareció papá en la puerta. Corrí a abrazarlo.

-¡Buenos días, sonrisita!.- me abrazó también, un poco dormido todavía. Me miró a los ojos y sonrió.- ¡Qué haría yo sin ti...! ¿Te gustó el vestido?.- dijo tomando una tostada de la mesa.

-De hecho, aún no.

-Pruébatelo, cariño. Si necesita algún arreglo podré coserlo.- me dijo Liza y mi padre asintió mirándome para que lo hiciera. Obedecí de mala gana.

-Okey, ya vuelvo.- tomé el vestido y al rato volví. El vestido era lindo, espalda escotada, algo de tela de encaje y se ataba en un moño a la altura de la cintura.

-¡Oh linda, te queda precioso! Estás bellísima.- dijo Liza.

-Me estaría arrepintiendo del escote en la espalda. Podrías coserlo.- dijo mi papá con tono celoso y me señaló mirando a Liza.

-Vamos papá, tengo dieciocho años, no doce.- me quejé riendo.

-Vale, pero al primero que te coqueteé lo mato.

-¡Papa! ¡Augustus!.- dijimos las dos al mismo tiempo.

-Tiene razón, ya es una jovencita mayor y muy hermosa.- Liza siempre fue muy dulce conmigo.

-Olvidé mencionarte que iré al baile con Aleksander.

-¿Quién? No te he oído nombrarlo.- mi papá no estaba muy contento. Papá: Celos modo on.

-Un compañero de mi salón. Tranquilo, solo somos amigos.

-Me agrada más Dominik.

-Lo sé, pero él ya tiene pareja.- me inquieté cuando dijo eso.

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Ya era hora de empezar a prepararme. Estaba en mi habitación. Me puse a practicar el baile con los zapatos. En un momento, me caí y maldecí.

-¡Estúpidos tacones!.- me agaché y me los quité arrojándolos contra el armario.- ¡Estúpido baile!.

Los recogí y entré a ducharme. Me puse el vestido. Sequé mi cabello y lo arreglé con un tocado. Bajé descalza. Cuando tuviéramos que irnos, me los pondría.

-¿Están listas?.- mi papá apareció en la sala con un increíble smoking. Estaba guapísimo.- ¿Y... qué tal me veo?.

-Demasiado bien. Espero que ninguna te eche el ojo.- dije con demasiados celos. Ahora sí, Sienna: Celos modo on.

-Lista.- dijo Liza. Estaba bellísima con un vestido largo coral.

Salimos y subimos a la camioneta. Al llegar nos dimos con Aleksander, Dominik y el resto de los chicos que ya estaban allí.

-¡Te ves preciosa!- dijo Aleks. Dominik me miró unos segundos, luego se giró y se fue.

-Gracias.- dije sin apartar la vista del chico que se alejaba.

Hicimos nuestra entrada y luego era el baile. Rogué al cielo, no caerme. Me aferré al brazo de Aleks. Mientras danzábamos, mi mirada se encontró con la de Dominik un par de veces. Luego, yo volvía mis ojos a Aleksander.

Sin dudas, salió mejor de lo que esperaba. Me acerqué a papá y a Liza. Abracé a ambos. Estaba feliz que fueran ellos los que me acompañaran. En eso, se acercaron los Santorski.

-Muy linda velada, ¿no es así?.- pregunta la mujer, sin quitar su mirada de mí.

-Así es, sra. Santorski.- me sentía intimidada por como me miraba.

Mientras el sr. Santorski hablaba con mi padre y con Liza, ella se dirigió a mí, hablándome en susurros, sólo para que yo pudiera oírla.

-¿Sabías que Verónika volvió tarde a su casa?.- la miré helada.- Sus padres estaban un tanto molestos, puesto que había bebido y porque un empleado la dejó en su casa.

No entendía. No era problema mío.

-Ahora, no entiendo porque querías deshacerte de ella... ¿Querías a solas a mi hijo?.- había algo de enojo en sus ojos. Ya sé a lo que se refería.

-¿Enserio, eso es lo que usted intuye? Ella quiso quedarse por propia voluntad en el restaurante con el mesero. Dominik y yo fuimos a tomar un café y luego de eso, él me dejó en casa.

Se rió irónicamente.- ¡Claro, qué tonta soy! Solo quiero que sepas, que te estoy vigilando. Dicho esto, se incorporó a la charla de adultos.

Genial, ya le había caído mal. En eso, se acercó Dominik.

-¿Quieres bailar?

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Corregido.

Justo A Tiempo (Dominik Santorski)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora