Capítulo 12- Olvidemos todo

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Narra Sienna:

Me pasé la noche entera sin dormir. No podía por varios motivos, entre ellos estaban: el miedo que Dominik se intentara lastimar de nuevo durante la noche, y mi padre que me encerraría en una fortaleza en cuanto regresara.

Desastroso lo mío, lo sé. Estaba sentada a su lado, su cabeza estaba apoyada en mi vientre. Yo sólo lo observaba, acariciándole suavemente su cabello renegrido. Era tan indefenso estando así, parecía un niño pequeño, al que yo solo quería abrazar y no soltar más.

Realmente me sentía terrible por el, quería entender que pasaba por su cabeza en ese momento. Quería saber y entender cómo pudo ser tan tonto como para hacer lo que hizo. Cortarse no era cool, ni mucho menos lo iba a hacer sentir mejor.

Pensaba y me repetía una y otra vez que quería gritarle y decirle que si necesitaba hablar o algo, que yo estaría ahí presente para lo que sea.

Lo quería de un modo distinto, no era simplemente amor o enamoramiento. Aún no sabía si estaba enamorada, pero sabía que lo apreciaba, y demasiado. Le había tomado mucho más cariño, del que yo me imaginaba. Pero... No olvidaba lo que dijo. Después de que todo esto pasara, lo dejaría en paz nuevamente. Me dolía profundamente, pero debía hacerlo.

Sentía que mi vida era un menudo rollo, todo era un desastre. El desastre empezaba y concluía en... Mi y en mi persona... Casi todo lo que hacía, estaba mal por algún motivo, pero esta vez no quería estropearlo.

Miré por la ventana y vi que amanecía. Era hora de irme. Salí sigilosamente de la cama y caminé flotando, básicamente, hasta la puerta. Abrí, procurando no hacer ruidos y salí. Bajé las escaleras y antes de querer irme, me choqué con la señora Santorki.

"Oh, oh, llegó la hora de los regaños" pensé.

-¿Qué te trae por aquí? Y ¿qué hacías en el cuarto de mi hijo?.- me miró penetrándome con su mirada acusadora.

Cerré fuertemente los ojos, y luego los abrí de nuevo.- Sra. Santorski, sé que no soy de su completo agrado, pero sí pudiera escucharme un segundo solamente... Se lo imploro, un segundo... Y desaparezco de su vida, si así lo desea.- me miró fijamente por un rato, pero luego asintió.

-Vamos a la cocina.- dijo ella. Una vez allí, ambas quedamos en silencio.- Te escucho.- me alentó.

-Vine anoche porque sabía que Dominik no se sentía bien. Su ama de llaves, me dijo que no había salido en todo el día, y me preocupé por él. Entré a la habitación, y comprobé que no estaba muy bien. Ya cuando él baje, usted misma lo comprobará.- pausé por un momento. La Sra. Santorski, me miraba atenta, algo sorprendida, pero parecía que quería que continuara.- En fin, quería asegurarme que durmiera bien y descansara. De igual modo, ya me iba. Le prometo que no volveré a molestarlo, ni a usted ni a su marido.- suspiré y me levanté para retirarme.

-¿Sabes...? Dominik no dormía bien... Desde hace ya un tiempo... Te agradezco que estuvieras ahí para el.- su tono era dulce, muy maternal. Lo que yo siempre había anhelado. La miré asombrada.- No me molesta que vengas a mi casa, ni menos que hables con él. Al parecer, tú le haces bien.

-Gracias...- es lo único que pude contestar, pero no quería decirlo. Mi pensamiento me traicionó, pensé en voz alta.- Hasta luego, Sra. Santorski.- ya me iba, quería irme. Pero otra voz me interrumpió.

-¡Buenos días!.- dijo el Sr. Santorski.- ¿Tú eres la hija de Augustus, cierto?.- me observó bien.- Sí, un gusto que estés aquí, querida. Quédate un rato si quieres, Dominik bajará en un segundo para que puedan ir a la escuela.- me invitó.

-Oh, se lo agradezco, pero debo volver a casa para asearme y cambiarme la ropa.- traté de excusarme.

-Sube, arriba está el baño. Dúchate aquí y luego te llevo a casa a que te cambies.- me ordenó. Yo conocía esa voz. Volteé y me encontré con Dominik, estaba solamente en boxers.

-¡Buenos días, hijo!.- dijeron ambos.

-¿Qué te paso en tus brazos?.- preguntó asustada su madre. Luego, volvió su mirada hacia mí, noté su desesperación. Me di cuenta que ella entendía a lo que me refería cuando dije que él estaba "mal".

-No es nada.- dijo serio y sin más.- Lo siento, debo ir a alistarme para el colegio.- tomó mi brazo y subimos a su habitación.

Entré primero, y él por detrás mío. Cerró la puerta de golpe, lo que hizo que me sobresaltara. Dominik apoyó su espalda en ésta y me sostuvo la mirada por unos segundos, que para mí, fueron eternos.

Bajé la mirada.- Me ducharé rápido y saldremos. Ya estamos un poco retrasados.- dije casi susurrando. Sentí que se venía acercando, quise evitarlo pero no pude.

-Gracias.- me respondió al oído y me tomó de la cintura para abrazarme.

Estaba totalmente abrumada. No pensé que volvería a estar tan cerca de él. Le correspondí el abrazo, y lo acerqué más hacia mí. Quedamos así, en silencio. No había más que decir, solo quería olvidar todo lo que pasó y permanecer así por el resto de nuestras vidas.

-Te quiero.- dijimos al mismo tiempo.

Y luego, el silencio se apoderó de la habitación.

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Corregido.

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Buenas! Algo corto pero es lo que me salio. Lamento decepcionarlos.

El capitulo se lo dedico a meganemontoya!! Gracias por leer y votar!! :3

Esta tarde subire otro capitulo...

Bye bye xoxo.

Sofia.

Justo A Tiempo (Dominik Santorski)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora