Justo A Tiempo (Dominik Santorski)

Capítulo 17- Quédate conmigo

Narra Sienna:

Me levanté de mi cama con un fuerte dolor de cabeza y con una resaca, que no podía mantenerme en pie. Me miré cien veces en el espejo, para comprobar que mi estado no fuera tan desastroso. Ni que fuera que el espejo me iría a hablar, para decirme lo bella o ebria que estaba anoche, cuando Dominik me depositó en mi habitación.

¡Agh! Lo había olvidado. Debo estar a las nueve en su casa. Corrí a mi mesita de noche y tomé mi móvil.

-¿Enserio Sienna?.- me maldije a mí misma.

Eran las 6:30 am, o sea, ¿qué demonios hacía un día sábado despierta a esa hora? Inmediatamente, me tiré en cama, puse la alarma a las 8 y volví a dormirme.

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Narra Dominik:

Ya eran las 9:15 minutos y Sienna no aparecía. No tenía mucha paciencia, es más, ya había esperado demasiado. Tomé mi móvil y la llamé.

Sienna: Mmm... ¿hola?.- se oía totalmente dormida.

Dominik: Sienna, ¿dónde diablos estás? Te estoy esperando hace rato.

Sienna: ¿¡Qué!?.- escuché un ruido al otro lado, como si se hubiera caído de la cama.

Dominik: Levántate, apresúrate. Te quiero aquí en 15 minutos. No me obligues a ir por ti.

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Narra Sienna:

La llamada de Dominik me despertó. Eran las 9:17 am. Me había dormido completamente, en mi inconciencia, apagué la alarma en cuanto sonó. Me caí de la cama y me levanté rápido, metiéndome en la ducha. Debía prepararme rápido y salir como sea de casa.

Salí del baño, tomé un jardinero corto y me lo coloqué sobre un top corto color negro. Tomé unas vans negras y me las coloqué a toda velocidad. Sequé mi cabello, lo peiné en una media coleta y corrí al baño para maquillarme ligeramente. O sea, yo tenía tiempo para todo, menos para aguantar las quejas de Dominik. Tomé mi mochila y salí corriendo escaleras abajo.

-Sonrisita, por fin despiertas. No quería molestarte, parecías muy cansada.- dijo dulcemente. No podía enojarme con él por no despertarme, aunque hubiese preferido que lo hiciera.

-Papá, se me hizo algo tarde. Debo irme ya.

-Espera, cariño, te llevo.

-Oh no, no, no y no. Tranquilo, llego rápido en autobús. Tu descansa, trabajas toda la semana.- no sé como, pero lo convencí.

Salí y corrí hasta la esquina, para luego parar un taxi. Ni de chiste me iba en autobús, daria miles de vueltas hasta llegar. El auto paró en su enorme casa y le pagué al chofer, que me violaba con la mirada.

Toqué la puerta, y no bien terminé de hacerlo, Dominik jaló de mí, haciéndome subir rápidamente con él a su habitación.

Entramos y llamé a mi papá para avisarle que había llegado, y que estaba todo bien, además de que alimentara a Kalifa por mí. Miré a Dominik, estaba molesto.

-Vamos empecemos.- dije con mi vista al suelo.

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Narra Dominik:

Estaba enojado, pero al verla ya en mi habitación, se me pasó. Intentaba mantener mi cara de enojo, pero no podía hacerlo. Me reí de ella.

-Pensé que estabas enojado. Bueno, traje los apuntes, ¿empezamos?.- volvió a repetir.