Capítulo 34- Adiós

449 34 5
                                    

Narra Sienna:

El ciclo lectivo, llegaba a su cierre más pronto de lo que esperaba. La verdad es que había llegado algo rápido, y sólo lo agradecía.

Me estaba alistando para mi último día de colegio. Me sentía feliz de saber que no tendría que estar nunca más por allí. Bueno, luego de hoy, solo faltaba el acto de graduación.

El día, sin dudas empezó mal, me levanté con mis peores demonios afuera. No quería ni aproximarse al exterior. Pero, de mala gana, me duché y preparé para asistir.

Bajé y Liza ya tenía el desayuno preparado.

-Buenos días, cariño. ¿Cómo amaneciste?

Si, Liza estaba obsesionada con mis estados de ánimo últimamente. Temía que cayera nuevamente en depresión, por lo que me obligó a tener sesiones con el psicólogo todos los días. Tedioso, pero la entendía, ella sólo quería lo mejor para mí.

-Bien, Liza, ¿y tú?.- dije jugando con la fuente de la fruta que estaba en la mesada.

-Okey.- dió un sorbo a su té.- Llamó tu abuela, y tus primos me avisaron que llegarían hoy- terminó escondiéndose detrás de su taza.

-¡¿Qué?!.- me exalté.- ¿Cuándo dijeron eso? ¿Y para qué vienen?.- casi gritaba de los nervios.

-Dijeron que querían hacerte compañía. Ya sabes, se preocupan por ti, entiéndelo. Yo también lo hago. Y otra cosa...- dudó mirando hacia la ventana.

Hice una mueca y le insité a proseguir.- Otra cosa...

-Tu abuela quiere que te vayas a vivir con ella a Nueva Zelanda.

-Está demente. No puedo hacer eso, ya presente mi nota para la universidad. Si me dan la beca, no puedo irme allí. No sería lo mismo.- chillé quejándome.- Quiero dejar de tener que mudarme una y otra vez, Liza.- dije tomando mi cabeza agachada entre mis manos.

Salí de casa hacia el colegio. Estaba sumamente distraída. Mi mente era una laguna de información dispersa, nada estaba en su lugar, y yo ya no pensaba con claridad.

-Papá, dime que debo hacer...- grité mirando al cielo y alzando mis manos.

Parecía una loca de atar. No me di cuenta que estaba parada en medio de la calle, y un auto que venía a altas velocidades, frenó de golpe. Sentía mi corazón latir a cien por hora, miré con enfado hacia el vehículo y le mostré mi dedo medio a los que iban allí.

Quería parecer ruda, pero esa actitud desapareció cuando vi que los tipos se bajaban del coche. Quedé helada en el lugar, hasta que vi un rostro conocido.

-¿Tyler?.- sonreí.

-Sienna, soy un mayor, debes respetarme. No puedes sacarme ese sucio dedo.- dijo burlándose y acercándose alegre por verme. También me alegré de ver a mi primo. Lo abracé.

-¿Y yo, estoy pintado?.- se quejó Collin.

-Oh, vengan aquí. Los he echado muchísimo de menos.- los abracé a ambos.

-Te ves terrible.- bromeó Collin.

-Gracias, también te amo.- dije sarcástica, riendo por lo que dijo.

-¿Adónde ibas, jovencita?

-Obviamente que a ver chicos no.- me quejé ante su pregunta de primo celoso.- Iba de camino a la escuela.

-Te llevamos.- dijeron al unísono.

Llegamos bastante rápido. Tyler conducía como un chiflado. Todos me miraron al bajar, también Dominik, que me miraba con desprecio. Rayos, seguro está malentendiendo todo.

El día pasó, igual que uno de clases normales. A la hora del almuerzo, me acerqué a la cafetería en busca de mi comida, para luego ir a un lugar tranquilo.

Cuando iba de salida, Ian me detuvo.

-Sienna.- dijo emocionado.- ¿Cómo estás?

-Mejor supongo. Gracias por preocuparte, Ian.- le sonreí.

-Oye, ¿te gustaría ir a tomar un café luego de la escuela? Digo, no lo tomes a mal, quiero que te sientas cómoda, ya sabes.- se trababa con sus palabras, estaba nervioso. Solo asentí sonriéndole y me fui de allí. Me senté afuera como siempre.

-El profesor te sigue demasiado.- dijo una voz familiar, que luego noté, estaba apoyado en una columna, de brazos cruzados y con mirada delatadora.

-Lo conocía de antes. Es todo.- dije fría.

-De acuerdo, ¿y a los chicos del coche tambien?.- volvió a insistir y yo eché a reír.- ¿Qué es lo gracioso?.- dijo serio, fulminándome con la mirada.

-¿Te escuchas? Tus celos te están matando. Y sí. Sí los conozco, porque si mal no recuerdas, te conté acerca de mis primos, que son quienes me trajeron hoy al colegio.- me burlé.

-Ni en tus sueños serían celos.- murmuró casi inaudible, pero igual lo escuché.

-Vamos Dominik, ¿qué ocurre contigo? Primero me amas y ahora me odias. Decídete.

-Nunca te amé.- auch, sentí como mi pecho se estrujaba.- Tengo novia.- soltó trinfante.

-Ah, cierto.- sonreí y me miró confundido, al igual que mi yo interior. ¿Qué me pasaba? Ni yo me reconocía así.- Me había olvidado de la rubia plástica con la que me engañabas.- dije llevándome un bocado a la boca.- Es linda, en cierto punto. Hasta parece agradable, pero vamos ¿ella te ama?.- lo miré seria y fría. Pudé notar como sus ojos miraban al suelo, perdido sin saber que responder.- Descuida, yo no te molestaré nunca más. Adiós Dominik.- me levanté y me fui de allí.

A la salida, Ian estaba esperándome en su moto. Me acerqué y me subí, para que nos largáramos de aquí. Llegamos al primer Starbucks que vimos.

-Me alegra que hayas estado mejor.- Ian me sonreía de oreja a oreja.

-Sí, voy levantándome poco a poco. Hoy llegaron mis primos al rescate también.

-Eso es genial. Las compañías son mejores en momentos difíciles.

-Y dime, ¿qué hay de ti? No sé mucho, sólo que eres mi profesor, bueno, eras.- le dediqué una sonrisa de lado.

-No hay mucho. Vivo sólo en mi departamento, trabajo, estudio. Lo normal.- se encogió de hombros.- ¿Qué piensas estudiar?

-Eres persistente en saber de mí.- reí y el me imitó.

-Soy curioso.- respondió.

-Pues estudiaré Historia, es lo que más me fascina. Presenté mi carta de petición para el ingreso y el acceso a la beca. Espero que me acepten.- me quedé mirando perdidamente mi vaso de café.

-Linda opción. La verdad, muy buena. ¿Adónde estudiarás?

-En la Universidad Católica de Lublín.

-Pero, eso está a doscientos veinte kilómetros de aquí.- se ahogó con el café.

-Me quedaré allí. Aún no tomé mi decisión totalmente, pero si me dan la beca me iré. Ya sea sola o con quien sea.

-Pero te irás...- dijo con tono triste, yo sólo asentí.

Ian me llevó a casa. Lo vería pronto, o eso esperaba. Liza no estaba en casa, pero suponía que había ido a hacer las compras.

-Hola Sienna.- dijo una voz femenina, volteé a mirarla.

-¿Qué haces aquí?

**************

Corregido.

***************

Holaa a todos/as los/as lectores!! Se que dije que haría un capítulo final y terminaría pero falta algo. Así que se vendrá otro capítulo luego de este, que será definitivamente el capítulo final.

Paciencia, actualizaré pronto. Lo que pasó ahora fue que me quemé la cabeza queriendo hacer que este sea el capítulo final, pero no lo quería hacer tan tedioso.

Besos a todos y disfruten el cap.

Xxoo.

Sofia.

Justo A Tiempo (Dominik Santorski)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora