Capítulo 31- Descubriendo verdades

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Nunca había pasado, lo que en tan poco tiempo me estaba ocurriendo. Mientras vivía con los padres de Dylan, todo era absolutamente tranquilo, nunca pasaba nada malo, ni extraño, nada. Me mudé con mi papá y me pasó de todo.

Mi vida se estaba descarriando bastante, pero si sabía lo que quería en estos momentos. Concentrarme, ¿en qué? En mis exámenes finales, mi ingreso en la universidad, en reacomodar ciertos aspectos que perdí últimamente, y varias cosas más.

Debía olvidarme de las distracciones y de las cosas mundanas que me sacaban de la realidad en la que me encontraba presente. Dominik a la distancia, eso era lo mejor. Ian, un nuevo conocido, demasiado confianzudo, por su camino también. Kamine, bueno no la conocía, pero es obvio que anda con mi ex novio, desde antes que yo lo sospechara. Ya está, ya pasó: TEMA SUPERADO, es lo que me repetía a mi misma.

*************

Hoy había decidido quedarme en casa. Estaba totalmente sola. Ja, que irónico ¿no?. Ya no tenía a mi único apoyo, la verdad, es que extrañaba mucho a Liza.

Me preparé el desayuno y me senté en la sala con mis libros para poder estudiar.

Pasó alrededor de una hora, cuando alguien llamó a mi puerta. Arrugué mi nariz, quejándome de quien estuviera interrumpiéndome en este momento.

Cuando abrí, me quedé atónita, con mis ojos más grandes que dos platos.

-Sr. Santorski, ¿cómo está usted? Mi padre no se encuentra, está trabajando supon...

-No busco a tu padre. Necesitaba hablar contigo, si no es mucha molestia. ¿Puedo pasar?.- Me interrumpió con su tono amable.

-Claro, pase.- nos dirigimos a la cocina.- ¿Quiere algo de beber? ¿Café?.

-Sí, por favor.

Le coloqué la taza enfrente de él y se quedó contemplándola por unos largos segundos. Yo me apoyé en la mesada y me crucé de brazos, esperando a que me dijera algo. Estaba desconcertada con su visita, me estaba poniendo algo nerviosa, pero luego comenzó a hablar.

-¿Sabes? Toda mi vida estuve luchando constantemente. Mi madre, al igual que la tuya, me abandonó de pequeño. Mi padre apenas se hizo cargo de mí. Nunca tuve una vida regalada. Ahora vivo como vivo gracias a mi esfuerzo propio, me valía por mi mismo, y según lo que veo día a día, son los frutos de aquello.

Asentía en completo silencio. ¿Adónde iba con esto? No quería que alguien viniera a comparar su vida con la mía. Tengo ganas de gritarle que hable de una vez, sin rodeos, pero mi buena educación no me lo permite.

-Ahora, no sé porqué el destino, me paga como me paga. Sé que no soy muy buen padre, porque apenas sé de Dominik, pero le concedí hasta el más mínimo y estúpido capricho. Pero buen esposo, creo que sí lo soy.- dirigió su triste mirada hacía mí. Se sentía como vacío, el hombre tenía el corazón completamente destrozado.- La dí a Beata hasta mi último centavo, gasté en miles de cosas caras para ella. Sé que la ignoro un poco, ¿pero tan basura de esposo soy, que me merezco que me engañe?

-A veces, esperamos la buena correspondencia de las personas equivocadas.- fue lo que salió por error de mi boca, me quería excusar pero Andrzej me lo impidió.

-Así es, querida. Somos buenos con las personas incorrectas.- suspiró.- No vengo a echarte la culpa a ti por lo de tu padre, porque tu no eres la culpable. Solo quiero que sepas que me dolió, que la persona que consideraba amigo y colega, me apuñalara la espalda.

-Y usted tiene razón en ello.- dije dándole la razón. El Sr. Santorski me miró confundido.

-¿Lo crees?.- dijo y asentí.

-Mi padre no es el gran hombre que aparenta ser. Y aunque usted no lo crea, tuve que darme cuenta a los golpes. Y lo digo literalmente.- me miró horrorizado y sorprendido.

-¿Él te pegó querida?.- preguntó y ahí me dio con una daga en el medio del pecho.

-Sí.- susurré.- Varias veces.- mi voz se entrecortó.

-Es un maldito bastardo, poco hombre.

No respondí, me sentía avergonzada.

-¿Tú lo sigues apoyando?.- siguió hablando.

-Pues, no me tengo otra opción. No tengo a nadie más con quién quedarme. Será hasta que tenga edad para poder depender de mí misma.

-¿Por qué no piensas en formalizar algo con Dominik? Yo los apoyaré.- auch, segunda daga en el corazón.

-Dominik... Él... Nosotros... Terminamos.

-¿Por qué?

-Él está enamorado de otra chica.

-No quiero entristecerte más pero ella no lo ama, sólo es un juguetito de su diversión. Pero él está ciego.

-¿Usted lo sabía?.- pregunté molesta.

-Sí. Lo descubrí un día que volví a casa de pasada por unos papeles.

Genial, él la llevaba a su casa.

Quedé en shock y más confundida por lo que me estaba enterando.

-Me parece que igual eres una chica fuerte y que ya puede valerse por sí misma. Nunca debes esperar nada de nadie, solo de ti misma.- el era una persona muy sabia. Sabía que decir, en el momento justo.

-Gracias Sr. Santorski.

-En cuanto a Dominik. No te preocupes por él. Volverá a ti.- lo miré esperanzada. ¡Qué idiota soy, por todos los cielos!- Ahora, debo irme. Tengo unas cosas de que encargarme. Muchas gracias por el café. Ah, y te diría que busques a Liza, ella está alquilando en el centro. Dominik me dijo que te avisara. Y, cualquier cosa que necesites, no dudes en llamarme y te ayudaré- terminó y se fue.

¿Liza? Ella seguía aquí. Mis últimas esperanzas de iluminaron al oír eso. Tengo que buscarla.

Sin dudas, amaba a mi ex suegro, era un hombre maravilloso, carismático y atento.

Salí de mis pensamientos sin salida a nada, y subí a mi habitación por una chaqueta. Iría por Liza, y la traería de nuevo conmigo.

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Corregido.

Justo A Tiempo (Dominik Santorski)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora