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Mi molesto despertador sonó como todos los días. En cualquier momento esa cosa sufrirá las consecuencias de mi frustración por tenerme que levantar.

Me duché y me vestí, hoy me vestí diferente a como lo había hecho en los días anteriores, debido a que mi madre se encontraba en casa, la gente tenía que ser perfecta porque para ella la perfección era la vida, así que me puse un top, blazer, mini falda negra y un par de botas largas de tacón, dejando mi piercing a la vista, pero no me lo quería quitar así que tenía que correr el riesgo de que mamá me pillara y me riñera por traerlo aún, ya que ella me había ordenado quitármelo en varias ocasiones.

Después de maquillarme y arreglar mi cabello, tomé las llaves de mi auto y justo cuando iba a salir por la puerta principal escuché su voz.

-Bárbara-dijo fría. Yo solo me di la vuelta mirándola.

Para los 40 años que tenía Katherine era una mujer muy hermosa. Sus arrugas apenas se veían y su cabello rubio estaba más bonito que nunca, a pesar de estar recién levantada, lucía perfecta. Era una lástima que su perfección sólo fuera exterior, ya que dentro de ella vivía un alma gris que no se interesaba mucho en nadie realmente. Ni siquiera en su familia.

Me observó de pies a cabeza asintiendo con aprobación, pero se detuvo en un lugar. Mi ombligo. - ¿Cuántas veces te he dicho que te quites eso, Bárbara? -preguntó molesta.

-Lo siento mamá. Al regresar del instituto lo hare sin falta- ¡JA! Claro, como no-ahora se me hace tarde. Hasta luego-dije sin darle tiempo a responder. Salí casi corriendo. Me subí a mi auto y me marché de ahí. Ella iba a morirse si se enteraba de mis demás perforaciones.

Cuando llegué al colegio, Jason estaba recargado en el que supuse que era su auto, el cual estaba ahora junto al mío y el cual también, ahora que lo recuerdo, nunca había visto. Era un Pagani Zonda C12 F de color azul si no me equivoco, amaba ese auto, era uno de mis favoritos y uno de los pocos de los cuales me sabía el nombre.

-Hola-lo saludé una vez fuera de mi auto, él estaba recargado en el suyo fumando un cigarro.

-Hola-contesto después de soltar una bocanada de humo.

Me voltee e iba a comenzar a caminar, pero Jason me tomo delicadamente el brazo y me acerco a él.

-Hoy te vez diferente. Estás enseñando ese lindo arete-dijo mirando mi piercing.

-Ammm, sí. Yo también me siento diferente -me sinceré recargándome a un lado de él y soltando un suspiro cansado.

- ¿Quieres? -dijo pasándome el cigarro. Me mordí el labio inferior fuertemente. Hace tanto que no lo hacía. Lo tomé entre mis dedos e inhalé largamente. ¡SE SENTÍA TAN BIEN! - vaya, nunca pensé que supieras siquiera como agarrar un cigarro –se burló.

Me acerqué a él reteniendo el humo en mi boca y cuando estuve en frente, lo solté todo en su bonita cara.

-Tu no me conocer Bradley-dije para después darme la vuelta y marcharme a mi primera clase.

*Jason POV*

¡JODER! Folla y hasta fuma como una jodida diosa.

"Tú no me conoces Bradley" esas palabras retumbaron en mi cabeza.

Era verdad, a mí me había caído mal desde la primera vez que la vi. No me había tomado la molestia de siquiera conocerla y no es que me importara, pero ella tenía razón.

Bien, no me importa conocerla. Mientras no se opusiera a follar conmigo cuando se daba la oportunidad, todo estaría bien.

Era preciosa, pero sabía que no estaba dispuesto a mover un solo dedo por abrirme a alguna chica o que ellas se abrieran a mí de otra manera que no fuera de piernas.

Era mejor así, más fácil, más rápido, más cómodo. Para ambos. De todas maneras, Bárbara no se mostraba interesada en ir más allá; era por eso que seguía enganchado, porque ella no significaba problemas, porque me seguía el paso y estaba lista para mí, estaba seguro.

TOCANDO EL CIELODonde viven las historias. Descúbrelo ahora