- Yo... tengo que decirte algo antes de contestarte eso -dije tragándome las ganas de llorar, no iba a llorar por nada del mundo una vez más en la vida.
- ¿Qué? -dijo mirándome con el ceño fruncido.
- Tú no sabes nada de mí -le dije bajando la mirada.
- ¿Qué se supone que debería saber yo de ti? -dijo tomando mi mentón entre sus dedos.
- Yo tengo un pasado Jason -dije analizando su rostro. Él sonrió ligeramente.
- Todos tenemos uno, Bárbara-me dijo.
- El mío es oscuro e indigno de contar-dije honestamente avergonzada.
- Vamos cariño, sabes que puedes contar conmigo. Puedes contarme lo que sea -me animó- no creo que hayas tenido una vida más pecaminosa que la mía, llena de alcohol, drogas y sexo. Vida que hasta antes de conocerte aun llevaba -me dijo. Lo miré analizando cuanto odio iba a sentir por mi después de saber mi pasado.
- Quizás mi pasado haya sido peor que eso-dije cansada.
- Vamos cuéntamelo-me volvió a animar.
- Después de esto me vas a odiar Jason, y créeme que te entenderé porque lo merezco -él entrelazo nuestros dedos dando un leve apretón para animarme a seguir- cuando tenía 14 años -comencé- estaba de novia con un chico llamado Nick, él era el típico chico malo de la secundaria, tenía 16, era de último año y siempre me llamo la atención su forma de ser, su carácter. –rodé los ojos- Todas las chicas quería estar cerca del el, yo sólo era una más del montón, en ese tiempo yo si era una "Hija de papi" como tu solías llamarme. Era muy vanidosa y presumida pero nunca me gustaba llamar demasiado la atención. Un día Nick se acercó a mí y me invito a salir yo acepté feliz de la vida, no sé cómo paso, pero el tiempo corrió rápidamente y yo me hice novia de Nick. Yo cambié mucho, era una chica rebelde y grosera, a veces me escapaba de casa para ir a fiestas de chicos mayores con él, entonces empecé a consumir alcohol y a intoxicarme. La primera droga que probé fue la cocaína, después de eso fue una perdición total, íbamos de fiesta en fiesta casi todas las noches, mis calificaciones pasaron de estar por las nubes a estar por los suelos...-suspiré avergonzada-una noche en una fiesta Nick me prohibió tomar, fumar o consumir drogas según el para que "estuviera consiente de lo que hacía" -reí sarcásticamente- esa noche perdí la virginidad, con él. Yo lo amaba y no me importo. Así pasaron tres meses, tres meses de más perdición, cada noche era peor, cada noche era una fiesta diferente, una bebida, una droga, un lugar donde tener sexo diferente. Después de esos tres meses los papás de Nick se tuvieron que marchar del país por trabajo de su padre, él me lo dijo tan secamente, tan indiferente y me dijo que había sido un placer estar conmigo. –mi saliva se volvió amarga cuando los recuerdos de verdad tocaron mi mente- me dolió hasta el alma tener que dejarlo ir, pero no podía hacer nada. Traté, de tomarlo con calma, traté de guardar el mejor recuerdo de él y vivir con la esperanza de que algún día lo volvería a ver y así lo hice así que después de un mes mi dolor disminuyó, la resignación estaba llegando a mí, pero empezó otro problema. Me empecé a sentir mal físicamente, vomitaba todas las mañanas y me mareaba mucho, incluso me desmayé un par de veces y no me venía eso...-dije haciendo una mueca- le conté a la que era mi mejor amiga y ella le contó a su hermana mayor, ella consiguió un aparatito raro para mí, en ese momento, y me indicó cómo usarlo. Entré al baño y lo usé. Cuando salí su hermana me miró con cara de lastima y...-mi voz se quebró.
-Tú...-susurro.
-Estaba embarazada-le dije con los ojos cristalizados al recordarme en aquel momento, con 15 años y completamente vulnerable. Pero no me iba a permitir llorar, no otra vez, así que sólo suspiré y me calmé- tenía unas ocho semanas y ella me dijo que era muy pequeña para tener un bebé, así que me dijo que tenía la solución perfecta para mí, me llevó a una clínica y... yo era muy estúpida, no sabía lo que hacía y en ese momento pensé que era lo mejor para mí y para mi vida. Entonces, lo hice, aborté al bebe, al principio solo fue el dolor físico, pero después entendí que lo que había hecho estaba mal, él no tenía la culpa de mis errores. Me tomó mucho tiempo darme cuenta de que hice lo mejor que pude. Sin embargo, no cambiaba el hecho de que no era lo justo -Jason me miraba con los ojos cristalizados, pero tampoco se permitió llorar. En este momento ya debe de estar odiándome- y para entonces ya era demasiado tarde. Entré en depresión por lo que parecieron años, pero solo fueron un par de meses. Mis padres como siempre no se dieron cuenta de nada-reí sarcásticamente- el mes en el que salí de esa jodida depresión nos mudamos a Nueva York ya que vivíamos en Boston. Pero yo no pare ahí, después de todo lo que había pasado yo aún no había tocado fondo, algunos meses posteriores a haber cumplido 16 años conocí a un chico de 18 años del cual prefiero omitir nombre, era casi lo mismo que Nick. Para el momento yo ya tenía un prototipo y tengo suerte para atraer a los chicos males -dije mirándolo- para no hacer la historia más larga, aquel chico me enamoró, me enamoré de él, como nunca me había enamorado de alguien, ni siquiera de Nick. Con él mi vida era un cuento de hadas, todos los días hacíamos algo diferente, cada día me gustaba más y más. Con él estaba viviendo un sueño del cual no quería despertar, pero como siempre no todo lo que brilla es oro. Mis padres me dijeron que me alejara de él, pero no lo hice. Él también tenía un pasado no tan negro como el mío, pero lo tenía. Había una chica llamada Camelia, ella era mayor que yo, creo que tenía 18 o 19, ella era una mujer y una zorra de primera que estaba tras él todo el día y noche, no lo dejaba en paz para nada. Cuando la perra es se dio cuenta de que estaba conmigo hizo cualquier cosa para separarnos, pero no lo logró porque él me amaba y yo al él, pero esa mujer no tenía limites así que investigo sobre mí. Ella se enteró de mi pasado y se lo contó a todo el mundo. Mi novio desapareció automáticamente del mapa, era como si la tierra se lo hubiera tragado. Jamás lo volví a ver. Creo que me odiaba tanto que ni siquiera tuvo el valor de verme a la cara para decir cuan perra era. La gente me insultaba en la calle, me echaron del colegio e incluso mi familia me desconoció, no sé cuál fue la razón por la que mis padres no me echaron a la calle, pero el caso es que no lo hicieron. Es más, ni siquiera cambiaron más de la cuenta conmigo, a ellos no les importo para nada lo que había pasado, solo huimos de Nueva York con el pretexto de los negocios de mi padre y llegamos aquí. Pero antes de salir de Nueva York mis padres me amenazaron, me dijeron que, si no me comportaba como lo quera, "Una Wells" podría irme olvidando de ellos y me echarían a la calle, por eso soy así, por eso me visto así-dije señalando mi atuendo- pero algo puedo jurar Jason ... esta no soy yo. Y ninguna versión me gusta -Jason me miraba entre decepcionado y triste-y lo que menos quiero es la lastima de la gente y mucho menos la tuya. Ahora si me odias te comprendo y si no me quieres volver a ver, te digo que fue un gusto haberte conocido -dije con tristeza.
- ¿En esa historia van incluidos tu tatuaje y tus piercings? -pregunto con la mirada baja.
-Los piercings los tengo desde que tengo 14 y el tatuaje desde los 16-dije apenada.
-No tengo palabras para decirte lo mucho que te... -guardó silencio por un momento y suspiró- para decirte lo mucho que te admiro -me dijo sinceramente y se arrodilló frente a mí tomando mis manos entre las suyas entrelazando nuestros dedos- y para decirte que con esto que me acabas de confesar eres por mucho lo más maravilloso que he conocido en toda mi vida y que si antes eras inalcanzable para mí, ahora eres inimaginable. Soy yo quien no te merezco preciosa, soy quien no merece estar aquí contigo, tocándote y hablando contigo -sus ojos brillaban hermosamente- gracias por contármelo, por confiar en mí -me dijo acariciando mi mejilla.
-Ojalá y todo el mundo pensara como tú –declaré- y gracias a ti por escucharme y no tratarme como la basura que soy.
-No digas eso, no eres ninguna basura, eres hermosa.
- Sabes... eres el primero en saber esto de mi boca tal como en verdad paso. Me siento libre, siento que mi conciencia descanso al contártelo, al abrirme de esta manera contigo.
-Sólo quiero que sepas que cuentas conmigo para lo que sea y que pase lo que pase siempre estaré contigo-dijo sinceramente.
- Gracias Jason -dije besándole los labios lentamente- yo también quiero estar contigo a pesar de todo. No importan las circunstancias. Quiero estar contigo Jason –susurré parándome de la silla, haciendo que él también se levantara del piso- siempre -dije mientras llevaba mis brazos a su cuello y enredaba mis piernas en su cadera, dirigiéndonos hacia el interior de la habitación.
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TOCANDO EL CIELO
Teen Fiction¿Quién se iba a imaginar que la pequeña Bárbara iba a cambiar tanto en 1 mes? Paso de ser a una hermosa niña que usaba delicados y caros vestidos de diseñador a ser la chica del chico malo del instituto, con modales irracionales, vestimenta y peina...