Permiso, ¿puedo pasar? -Escuchó decir Lucía, recostada sobre la cama en la habitación del hospital donde había sido llevada de urgencia esa mañana. La voz era inconfundible y no pudo evitar un rubor al recordar que él la había visto desnuda esa mañana en el albergue.
-Sí. Pasé. - respondió la enfermera al terminar su revisión de rutina.
Hans, Jürgen y Helga entraron en la habitación y se quedaron petrificados al ver la figura casi momificada que los esperaba en la cama.
-Hola. -dijo Helga al anotar el rubor de Lucía por el aspecto que mostraba. Sólo su rostro estaba descubierto, pero sus brazos y sus piernas, además de su torso, estaban completamente vendados por los innumerables cortes que tenía en su cuerpo.
-No es tan grave como parece. -dijo Lucía avergonzada -El médico me dijo que mañana ya podré ir a casa. Sólo tendré que cuidarme un par de semanas y estaré totalmente repuesta. Aunque tendré que evitar el sol por algunos meses, para que la cicatrización no sea muy fea. -intentó sonreír.
-Sí claro. -respondió Helga y se acercó al lado de Lucía para acariciarte los cabellos a modo de saludo.
-Estaba muy preocupado. - dijo Hans y se puso al lado de Lucía. -Si te hubieses visto, como yo te vi. Lo que no Entiendo es, ¿por qué no escapaste? Esa loca te pudo haber matado.
Lucía asintió, pero prefirió no responder.
-La policía todavía no la ha encontrado. -agregó jürguen. -Pero pronto lo hará. Es sólo cuestión de tiempo. Pero ya tienen la declaración de las chicas del albergue, que contaron cómo te atacó y también contaron que no era la primera vez que abusaba de las otras chicas. Pero que esta vez se le pasó la mano. Según nos comentó el detective, con estas declaraciones, esa chica pasar un buen tiempo en la cárcel.
Lucía, al escuchar la palabra cárcel, recordó su corta estadía en la comisaría, una experiencia para nada agradable, y deseó con todo su ser que Marcia lograse escapar. De todas maneras, ella también había intentado asesinarla.
-
-Disculpen que los interrumpa. - dijo el médico, un joven no mucho mayor que ellos. -La hora de visita ya terminó y su amiga tiene que descansar.
El tiempo había pasado demasiado rápido. Si apenas acabamos de llegar, fue la sensación compartida de todos los presentes.
-Sólo se quedará hoy en la noche. Es sólo rutina. -agregó el joven médico. -Para estar seguros de que no hay algún daño que no hayamos previsto. Pero les aseguro de que no sucederá nada. Yo estuve durante su curación y las ecografías nos muestra el daño interno. Todo fue superficial, por suerte.
-Gracias doctor- le respondieron a tiempo que se despedían de Lucía.
-Sí hay cualquier novedad nos avisan por favor. -dijo Hans con notable preocupación.
-Seguro. He dejado anotado sus número y la enfermera los llamará si sucede algo anormal. Pero les aseguro de que no pasará nada.
-Como dije anteriormente, -siguió diciendo Hans -si tienen que hacer alguna intervención que este hospital no pueda o no tenga los recursos, por favor nos avisan para trasladarla a otro lugar.
-Tranquilos que contamos con todo lo necesario en caso de cualquier complicación. Pero pierdan cuidado que no será necesario. -respondió el médico que le había puesto el brazo sobre el hombro de Hans. -Lo que sí les pido es que sean cuidadosos durante la semana que viene en el cuidado de las heridas
-Eso te lo aseguró. -respondió Helga. -Me encargaré personalmente de sus cuidados.
-
El silencio y la tranquilidad que quedó en el lugar luego de la partida de sus amigos, además de los analgésicos que le habían inyectado para aliviar el dolor que sentía en todo su cuerpo, fueron pesando en los ojos de Lucía que, antes de que pudiese luchar contra ellos, ya se encontraba dormida.

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Ojos Abiertos
FantasyContinuación del libro "Lúcida", de la Serie: "La Dimensión Dormida". Lucía queda atrapada bajo el poder de un demonio que, cada vez que ella queda dormida, la tortura y aterroriza hasta niveles que ella no logra soportar, haciéndole despertar en lá...