Capítulo 7

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'Lucía Souza', sonó fuertemente seguido por un ruidoso golpe contra la puerta. 'Lucía Souza',  volvió a esucharse con la misma intensidad. 

Lucía se levantó de un salto del piso donde estaba sentada, intentando vanamente estudiar para pasar el tiempo. Miró su reloj que marcaba las seis menos diez de la mañana y se paró frente a la puerta. '¿Un hombre en la pensión, a las seis de la mañana?', se preguntó sin poder comprender este extraño suceso. 

-¿Quién me busca? -respondió sin atreverse a abrir la puerta. 

-Es la policía. -le respondió la misma voz masculina y con el mismo nivel de intensidad. 

-Hola Lucía. -dijo otra voz, esta vez de mujer. -Soy Tainah. Puedes abrir la puerta.  

-Señora Tainah. -le respondió Lucía al reconocer la voz de la administradora a quien le pagaba todos los meses, sin falta, por el alquiler de la habitación donde ella habitaba. Todavía indecisa a abrir la puerta, trató de imaginar la escena al otro lado, con la administradora y el propietario desconocido de la otra voz. 

-Abre por favor. -volvió a sonar la voz de Tainah. 

Lucía, todavía temerosa por la extraña visita matutina, abrió la puerta y vio frente a sí el rostro de la administradora que, al igual que ella, denotaba curiosidad, temor y asombro. A ambos lados de ella, un par de oficiales la escoltaban. Uno de ellos bastante mayor con barbas y bigotes llenos, y una voluminosa barriga. El otro, bastante más joven, tenía el rostro muy bien cuidado y una figura bastante más delgada, aunque no llegaba a flaco. Ninguno de ellos tenía el uniforme policial, ni tenían le figura que pudiese revelar su ocupación. 

-Usted es la señorita Lucía Souza, ¿es eso correcto? -dijo el gordo con su credencial policial en la mano, la que guardó varios segundos después, sin importarle si Lucía la había visto o no. 

-Sí. Soy yo. -dijo ella con temor en la voz. 

-¿Conoce usted al joven Luis Carlos Cardozo? -siguió interrogándola allí en la puerta de su cuarto. 

-Sí. Es un compañero de la Universidad. -dijo ella con un temblor en la voz. La sola mención de Luis Carlos, le trajo a la memoria, la severa y fría voz de su padre y la ignorante autosuficiencia del doctor que lo había acompañado a casa de Jürgen. No pudo verlos, pero había logrado escuchar muy claramente toda la conversación. 'Seguro él los envió', pensó sin menor duda. 

-¿Tú estás bien? -le dijo Tainah. El rostro preocupado de la administradora, le hizo saber a Lucía que definitivamente no lucía nada bien. Esos días sin dormir, le estaban afectando inevitablemente en su salud y su semblante. -Te noto enferma. -continuó la administradora. 

-Estoy bien. -mintió Lucía. -Son los estudios. -dijo y mostró los cuadernos todavía en el piso de su habitación. 

-Volvamos al asunto de Luis Carlos. -cortó el policía veterano. -¿Usted estudia o estudió alguna vez con él? 

-Sí. Hemos estudiado algunas veces. -respondió Lucía. Sentía que en esta situación, no le convenía mentir. Por lo menos en las cosas más triviales. 

-¿Usted consume droga? -preguntó el policía más joven. El veterano lo miró con severidad, y lo obligó a volver a hacer silencio. La administradora, por su parte, al escuchar tan dura acusación, miró con asombro e incredulidad hacia la muchacha tan respetuosa y cumplida que tenía ante sí. 

-No. -respondió Lucía sin demora. 

-¿Podríamos revisar su habitación? -preguntó el joven oficial. La pregunta volvió a causar molestia, no solo a Lucía, sino incluso al propio oficial veterano. 

-Si quiere. -dijo Lucía y se apartó de la puerta, para darles espacio para ingresar. 

-No. Ustedes no tienen permiso para revisar la habitación de la señorita. -dijo molesta la administradora para asombro de Lucía y de los oficiales que no esperaban esa reacción. 

-¿No acaba de escuchar que la señorita ha autorizado a que entremos? -le respondió el joven oficial. 

-Pero yo no. Y yo soy la administradora de este lugar, y no lo autorizo. Lucía, -dijo ella, esta vez dirigiendo su mirada con severidad a la muchacha. -no te dejes intimidar. Ellos no tienen derecho a entrar a tu cuarto, así nomás, sin un permiso judicial. 

-Pero no importa señora Tainah. De todas maneras no tengo nada qué esconder. 

-Yo insisto en que no pueden entrar. -y lanzó una mirada categórica al mayor de los policías. 

-Está bien señora. -respondió el veterano. -No revisaremos, por el momento, la habitación de la señorita. Pero si sigue interrumpiendo nuestra labor de investigación policial, tendremos que arrestarla por obstrucción. ¿Me entendió? -dijo devolviendo la mirada de autoridad a la administradora que se enfureció aún más, pero no se atrevió a responderle. 

-Por favor señorita, -siguió diciendo, esta vez más dócilmente -le voy a pedir que se cambie. Nos acompañará a la comisaría para que nos responda algunas preguntas. 

-No pueden llevarla -volvió a intervenir molesta la administradora. 

-En eso se equivoca. -le respondió el gordo -Aquí tenemos una orden judicial para acompañar a la señorita a la comisaría. ¿Quiere leerla? Podríamos hacer una para llevarla a usted también, si así lo desea. 

Tainah soltó un bufido de rabia, y le envió una mirada poco amigable hacia el oficial, pero volvió a hacer silencio. 

-No se preocupe señora Tainah. No tengo nada qué esconder. -le dijo tranquilizándola Lucía. -Ahora vengo. 

-No demore mucho. -dijo el joven oficial antes de que ella cerrase la puerta. -Le aseguro que si demora más de lo razonable, entraremos a sacarla, con o sin orden judicial. 

-Le sugiero que no toque nada, -siguió diciendo el joven oficial cuando Lucía ya había cerrado la puerta, pero esta vez dirigiéndose a la administradora -Volveremos con una orden de revisión, se lo aseguro, y no nos gustaría darnos cuenta que alguien ha estado sacando algunas cosas. ¿Me entendió? 

A los pocos minutos, Lucía salía de la pensión, escoltada por los dos oficiales, y en presencia de la mayoría de las otras muchachas que ya empezaban a salir también hacia sus labores del día.

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Muchas gracias por seguir la novela hasta este punto. Espero que te haya parecido muy entretenida. Te aguardo en el siguiente capítulo. Y por favor no olvides de votar por este capítulo. Es lo único que te pido a cambio.

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