mellizos evans «chris evans»

1. El hombre de los ojos azules.

Ariel.

Houston.

-¡Ariel por favor no te demores tanto, YA! -gritó mi hermano al otro lado de la puerta en mi habitación, luego de haberme despertado a las cinco de la mañana. Sí, a las cinco.

¡Uy que rabia, quiero mi cama!

Solo a mí se me ocurre decirle que lo acompañaré a la premiere hoy de la película Los Vengadores; Age of ultron, en el Dolby theatre de Hollywood, dios mío, nunca había visto una obsesión como la que tiene mi hermano con ellos.

Literalmente me tiene traumada con sus famosos súper héroes, el Thor creo que se llama uno, el otro es el ojo de Águila o de halcón, la verdad no recuerdo bien, el Loki, ese mono verde y el robot rojo, también se enamoró de Scarlett Johansson y el que más le fascina y el único que no se me olvida el nombre porque me habla a cada rato de él, es Chris Evans, el Capitán América.

Yo por lo menos no había visto tanta afición antes, su habitación en la casa de Alemania, está llena en cosas de sus ídolos, tiene el cuarto atestado en posters, tiene todas las películas, el protector del celular es de ellos, la alfombra, en navidad le regalaron los personajes en juguete, hasta el cobertor de la cama es de los malditos vengadores, como los odio en este momento, ahora por su culpa me tendré que levantar a esta hora y más encima viajar medio día hasta donde será la bendita premiere, y como mi hermano no se conforma verles desde lejos, quiere estar en primera fila para conocerlos, pedirles una selfie y un autógrafo a sus súper héroes, bueno, ese es el deseo de todos los que irán.

Pero cuanta ilusión le hace poder realizar todo eso, aunque es muy difícil lo pienso ayudar a que este lo más cerca a cumplir su objetivo, sobre todo porque hoy también junto con mi madre se regresan a Alemania a las once de la noche, como les extrañaré, sólo espero que mi hermanito al subirse al avión se vaya feliz por haber estado aunque sea con uno de los Vengadores.

-Cargué el celular toda la noche. -me dice, luego de vestirnos todos, ahora junto con mamá nos servimos el desayuno.

-Me lo imagine. -le contesto con una sonrisa, era como obvio. Como amo a este chiquitín de ojitos verdes.

Mientras tomo mi café, me maquillo ligeramente el rostro y me delineo los ojos, mi cabello yace rizado y tengo puesto un vestido corto color azul, no sé para que lo hago tampoco, supongo que al final del viaje estaré hecha un desastre, con dolor de piernas, de brazos y con el maquillaje corrido para cualquier lado menos en su lugar.

-Saben, apenas llegue, no sé cómo, pero voy a llegar a la primera fila y los voy a conocer. -dice él, con ilusión en sus ojos claros.

-Lo has dicho como mil veces Gael, contrólate por favor. -interrumpe mi madre. -y no te hagas tantas ilusiones que lo más probable es que no los puedas ver. - Mi mami, tan optimista como siempre.

-¡Mamá que pesada! -exclama Gael, fingiendo indignación, la verdad ya no se echa abajo por los comentarios de mamá, ambos ya estamos acostumbrados. -Ya verás que lo lograré.

-¡Así se dice! -le digo. -dame esos cincos. -chocamos nuestras manos y continua tomando su chocolate caliente, me encanta su manera de ser, a pesar de su corta edad de seis años, tiene una personalidad única. Al terminar con mi maquillaje, mi hermano me queda mirando asombrado.

-¿Qué ocurre? -le pregunto.

-Eres tan hermosa Ariel. -me sonríe. - te apuesto que te arreglaste para que Chris Evans te encuentre bonita. -alza las cejas.