Ariel.
—¡Muchas gracias Ariel!, ¡fue genial! —exclama Edgar cuando le dejo en su casa junto con su abuela, después de un largo día en el zoológico de Houston, donde la pasamos increíblemente bien. La felicidad no me da más cuando veo a este niño contento, y más encima Maria su abuelita, aceptó la oferta que le hice de trabajar en mi casa, me costó convencerla pero igual lo logré.
—De nada mi niño. —lo abrazo y después lo hace Fernanda, quien también vino con nosotros. —¡Adios! —nos despedimos otra vez cuando ya ingreso al auto junto con mi amiga.
—¡Hasta el lunes! —dice Maria y yo le asiento sonriente, luego de eso me dispongo a manejar.
—Qué lindo lo que estás haciendo por ese niño y su abuelita Ariel.
—Es lo mínimo que podía hacer, ellos dos han sufrido demasiado y necesitan recuperarse.—replico, de pronto Fernanda me queda mirando. —¿Qué pasa? —le pregunto.
—Es que te iba a preguntar cómo te has sentido, últimamente has estado muy extraña.
—¿Extraña cómo?
—Ay por favor no te hagas la tonta Ariel, estas últimas noches te he escuchado en el baño vomitando y no me digas que son ilusiones mías porque sé que es así.
—Y no te lo voy a negar. —contesto. — ..., he estado un poco mal del estómago pero debe ser algo normal, ya sabes, los típico dolores estomacales y eso, tranquila no pasa nada.
—De todas maneras es mejor que te vea un médico amiga, los típicos dolores estomacales que tú dices no duran más de tres días y tú ya llevas una semana así. Ademas..., si no me equivoco últimamente estas muy fanática del chocolate, ¿sospechoso no crees?
—¿Estas tratando de decir que podría estar embarazada?. —río. —no seas ridícula siempre he sido fanática del chocolate, y además tu misma viste que me tome esa pastilla, es imposible que pueda estar embarazada.—y es en ese momento en que detengo el auto de golpe, otra vez el maldito mareo que se apodera de mí, pero esta vez con tanta intensidad que tuve que parar el vehículo.
Creo que tendré que hacerle caso a mi amiga y ver un médico, ya estoy empezando a dudar si es un simple dolor de estómago, sin embargo embarazo no es, no puede ser eso.
—¡¿Ariel estás bien?! —pregunta claramente sorprendida por mi actuar.
—S-sí...,—respondo de inmediato. —por favor discúlpame por detener el auto así.
—¡eres más porfiada que una mula!, ¡ahora mismo te llevaré a la clínica que está a una cuadra de aquí!
—¡No mujer no lo aras!, quiero irme a mi casa. —le digo y la vista se me nubla un poco, sintiendo una sensación muy parecida a dormir. —¡Ariel! —escucho decir mi nombre pero como ecos, cierro mis ojos y no veo ni escucho nada más.
...
Al abrir mis ojos, un terrible dolor de cabeza me invade, no sé en qué lugar estoy pero a penas miro hacia el lado deduzco de inmediato en donde me encuentro, una sala de clínica. Giro hacia la izquierda y veo a mi amiga quien está de espaldas viendo por la ventana.
—Fernanda...—hasta para hablar me duele la cabeza, por suerte el mareo desapareció pero remplazando a este, nacen unas enormes ganas de dormir.
—Ariel, por fin despertaste amiga...,—toma aire y viene hacía mí.
—¿Me desmallé cierto?.
—Sí.
—¿Hace cuánto?
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mellizos evans «chris evans»
Fanfic⚠️ ¡ojo! qué esta historia la escribió un bebé de quince años (hoy tengo veinte) y pese a todo el empeño que dediqué a ella claramente hay muchas situaciones que pueden parecer infantiles ó absurdas ¿ por qué ? se entiende que el conocimiento sobre...