17. Harry

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Chris.

—¡Suéltame! —exclama Ariel empujándome, yo solo sonrío. — ¡No quiero que me vuelvas a tomar de esa forma!

En ese preciso instante llega la doctora.

—¿Está todo bien?

—Sí. —decimos tanto Ariel como yo al mismo tiempo.

¡Voy a ser papá!

..., la verdad jamás pensé que me provocaría tanta felicidad esta noticia y mucho menos en las circunstancias en las que estoy.

La mujer que lleva dos hijos en su vientre a penas la conozco, solo había sido una noche más sin embargo no lo fue desde el primer minuto en que la deje partir, el recuerdo de ella caló y sigue calando mis pensamientos y más ahora que un gran vinculo nos une..., verlos en aquella pantalla realmente fue algo maravilloso..., tanto que aún no puedo reponerme de tanta ternura.

Vaya que tuve suerte...,

Después que Ariel y yo nos habíamos despedido, me quede ahí en mi auto sin moverme, repitiéndome una y otra vez que ella no me ocultaba nada, sin embargo no era así..., no pude evitar seguirla hasta la clínica, al principio sentí un exagerado susto al pensar que ella podía tener una enfermedad.

Casi enloquecido pregunté a la recepcionista con la que ella había hablado primeramente, según no podía dar informaciones pero como con dinero todo se puede, me resultó fácil comprar a la recepcionista..., y ahí fue la sorpresiva noticia que me quitó el aliento, la chica que tanto me inquieta esperaba dos bebés, dos bebés los cuales el papá, soy yo..., ¡me cuesta trabajo creerlo y son dos!...,

A pesar de todo aún estoy un poco enojado con Ariel, al pensar que quizás nunca pude haber sabido de la existencia de mis pequeños..., pero no fue así y agradezco mucho por eso.

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—Chris, tengo que ir a trabajar..., ¿me llevarías por favor? —dice Ariel mirando su reloj. —estoy bastante atrasada. —añade, ya estamos afuera de la clínica.

—Ariel, la doctora te dijo claramente que no podías hacer esfuerzos. —le reclamo.

—Mi trabajo no requiere esfuerzo físico Chris, soy psicóloga.

Jamás lo pensé.

—Así que psicóloga..., eso quiere decir que puedes manipular mis pensamientos a tu antojo.—le digo y ella sonríe.

—¡Eres un loco!, por supuesto que no, no me hace falta hacerlo porque no me interesan...—entrecomilla la siguiente frase. —tus pensamientos.

—Pues fíjate que sin querer, ya lo has hecho y muy intensamente. —se queda inmóvil un momento viéndome a los ojos..., es tan bella..., y adorable que me encantaría abrazarla todo el tiempo.

—Nunca había oído tanta ridiculez junta fíjate. —ríe. —¿me vas a llevar si o no? —pregunta otra vez.

—¡no!, ósea te llevo a la casa para que descanses.

—¡Pero entiende que tengo que trabajar! —replica.

—¡y tu entiende que llevas dos hijos míos en tu vientre!..., ¡además ya no necesitas trabajar! —parecemos verdaderamente dos niños peleando.

—Haber Chris, estar embarazada de ti no me convierte en tu esclava, y por supuesto que no voy a dejar de trabajar..., ¡uy! —río, me encanta hacerla rabiar. —adiós. —dice y yo la detengo.—Chris estoy atrasada así que por favor..., no me hagas enojar.

Río. —tú no me hagas enojar a mí Ariel, no te conviene.

—¿haber que vas a hacer?, ¿me tomarás a la fuerza? —me desafía.

—Que..., ¿no me crees capaz de hacerlo?

Niega.

—Pues estas muy equivocada. —rápidamente tomo a Ariel entre mis brazos.

—¡Bájame Chris!, ¡bájame ahora mismo! —exclama pegándome en el pecho.

Yo solo me río y tomo rumbo al estacionamiento.—Yo te dije que no te convenía hacerme enojar.

—Chris por favor esto es ridículo, ya su...suéltame. —en ese momento le miró fijamente, acercando mi rostro al punto de sentir su respiración que yace agitada...,

¿Por qué cada vez que la veo necesito besarla?..., no espero un segunda más y me dirijo a sus labios, nuestras bocas se unirían nuevamente pero ella me desvía su rostro.

—Chris ya basta..., bájame. —con esfuerzo el termina por dejarme en el suelo. — y escúchame bien, seré la mamá de tus hijos y todo pero entre tu yo, nunca ocurrirá nada me escuchaste... —un puñal cayó en mi espalda. —no seré otra de tu colección.

—Ariel..., aun no entiendo por qué mierda sigues pensando eso, ya te dije lo que sentía por ti..., pero si ni con eso quieres darme un oportunidad, está bien y ahora que lo pienso, ¿sabes qué?, es mejor..., así podré seguir divirtiéndome con la primera que pase, sin ataduras.

—Pues me parece perfecto Chris. —sonríe y me siento pésimo al notar que de verdad yo no le importo. Se dispone a caminar y yo le hablo.

—¿Quieres que te lleve? —le pregunto como última opción de seguir a su lado, por lo menos unos minutos.

Ariel accede y ambos subimos a mi auto, ella me explica de inmediato donde queda su trabajo y terminando de decirme, un silencio absolutamente incomodo invade el ambiente mientras manejo y cuando llegamos veo un enorme hospital

—Gracias. —dice en un tono de voz muy bajo, que con suerte logré escucharle. Al momento de bajarse yo lo hago también y la alcanzo mientras camina.

—¡Ariel!

—¿y ahora que quieres? —me pregunta y me doy cuenta que sus ojos están al borde de..., ¿llorar?, ¿será por lo que estoy pensado?.

—S-solo me quería despedir de ti. —digo como pretexto.

—Bueno adiós.

—Paso por ti en la tarde..., ¿a qué hora sales?

—No te preocupes Chris me puedo ir con Fernanda.

—Entonces vengo a buscar a las dos.

Ariel iba a decir algo, sin embargo su amiga aparece por la entrada principal, acompañada de un hombre.

—Ariel al fin llegas..., —dice Fernanda y me mira totalmente asombrada, en aquel instante ve a Ariel como pidiéndole una explicación pero ella solo le dice en voz baja; adentro te cuento.

—H...hola Chris. —me saluda la amiga de Ariel.

—Hola. —le respondo y me doy cuenta que el imbécil que viene con Fernanda no para de mirar a Ariel.

—Disculpa no los había presentado. —dice Fernanda apartándose para que Ariel y el imbécil ese se saluden. —amiga, él es Harry..., Harry, ella es Ariel.

—Así que tú eres Ariel..., —sonriente le da la mano a mi chica y me revienta de rabia cuando ella se la da. — recién llegué..., desde ahora seremos colegas..., Un gusto en conocerte. —lo que me faltaba, este idiota estará todo el santo día con ella.

—Igualmente un gusto—le saluda Ariel ¡que no va a dejar de mirarla! Y más encima pareciera que estuviera fascinada de conocerlo. Cuando iba a tomarle la mano a ella, él idiota me saluda.

—Buenas..., soy Harry.

—Buenas, yo soy Chris. —cargo la voz. — novio de Ariel. —digo y me sorprendo de mí mismo por lo que dije, pero la verdad no me arrepiento..., en ese instante me doy cuenta que todos tuvieron la misma sorpresa, sobre todo Ariel quien no esperaba que digiera eso.

oaaaa:) espero que les haya gustado, no olviden comentar por favor;).

mellizos evans «chris evans»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora