Ariel.
¡Porque tuve que enamorarme de Chris!
¡porque tuve que entregarme a él otra vez!
¡qué rabia! —con rapidez limpio mi lloroso rostro. —ya basta, ese imbécil no merece mis lágrimas, desde hoy sólo serán mis bebés la razón de mi existir, ya nada más de..., "amor"
Cuando llego a mi cama, me acuesto y si, comienzo a llorar como tonta...,— ¿Por qué el papá de mis hijos tenía que ser ese idiota sin sentimientos?..., —pregunto y tomo mi almohada para luego abrazarla. — ya Ariel...—suspiro. — no pienses más en él —me ordeno y sobando mi vientre, sumerjo mis pensamientos en mis bebés, los cuales son los únicos que logran tranquilizarme.
Pasan unos minutos y sentada en la cama, saco del velador la primera foto de los dos puntitos más lindos. —sonrío. —es increíble que ellos con tanta facilidad logren sacarme una sonrisa, necesito que nazcan ya, necesito abrazarlos y apapacharlos. —digo y doy un suave beso a la imagen. —, tenía la intención de mostrársela a Chris sin embargo...,—no soy capaz ni de terminar. —paso todo aquello.
—ya mañana es la segunda ecografía, y la verdad no sé si se lo diré.
Debatiendo en mi mente escucho nuevamente el timbre, esta vez es María y Edgar, los cuales llegan a entusiasmar la mañana con su simpatía. Como admiro a aquellos dos seres, que a pesar de todo, siguen enérgicos y alegres.
Con ayuda de Fernanda, acordamos empezar una terapia especial junto a Edgar y su abuelita, porque si bien están como si nada hubiera pasado, el dolor de las pérdidas que tuvieron es muy reciente y de gran magnitud, y lo peor que podría pasar es que estén en un shock que aún no les permita aceptar la realidad, un shock que después de ser liberado tiene dolorosas consecuencias. Por eso de alguna manera quiero congelar ese sufrimiento y hacer de este mucho más llevadero para ellos.
—Cuando llego al centro de salud, observo un poco aquel edificio.— En ese instante, me pregunté que como trabajo de psicóloga, si, esto que siento por Chris me está dominando, pero, también soy ser humano ¿no?, una persona que siente y que sufre como cualquier otra, y por eso, es que debo controlar esta tristeza y así seguir ayudando a la gente que me rodea y sobre todo, estar bien para mis hijos.
El día transcurre rápido y por suerte logro estar lo suficientemente capaz para atender a mis pacientes. Fernanda, quien no llegó nunca a dormir a casa apareció en su auto justo cuando entraba al centro, tenía la intención de regañarla porque nunca llamó para decirme que estaba bien, pero venía tan feliz, que no tenía porque de hacerlo. Aun no me quiere contar bien la razón de su contento sin embargo ya sé por dónde va el tema y me alegra mucho que este así.
| |
Después de las primeras dos terapias recién me atrevo a prender mi teléfono, el cual no tiene lo que yo quería ver..., no hay ninguna llamada de Chris y por más que me engañe..., no, ya córtala Ariel. ¡No pienses más en él! —me repito y ya la verdad perdí la cuenta de las veces que me he dicho lo mismo.
¡Pero es que es imposible! Porque lo amo y es el papá de mis hijos, y me guste o no, él tiene todo el derecho de participar en este proceso.
La tarde pasa rápida y sin novedades de ningún tipo, durante este periodo me he preguntado una y otra vez sobre Chris, parecía tan sincero..., veía la verdad en sus ojos.
¿Y si no es tan culpable como pienso? ¿si realmente nunca quiso engañarme y está cambiando?, la verdad ya no sé ni que pensar, lo único que quiere mi corazón es estar con él pero es que también se me hace tan difícil creerle, si jugó con aquella mujer de esa manera y quizás no fue la única, ¿Por qué no lo haría conmigo?.
ESTÁS LEYENDO
mellizos evans «chris evans»
Fanfic⚠️ ¡ojo! qué esta historia la escribió un bebé de quince años (hoy tengo veinte) y pese a todo el empeño que dediqué a ella claramente hay muchas situaciones que pueden parecer infantiles ó absurdas ¿ por qué ? se entiende que el conocimiento sobre...