13. Estoy unida a ti.

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Chris Evans.

No pude dormir en toda la noche pensando en Ariel, ¡que me hizo esa mujer!, que me hizo que se clavó en mi mente y de ahí no quiere salir..., mierda como la deseo..., cuando estoy solo recuerdo aquella noche en que la hice mía y me masturbo pensando que está otra vez en mis brazos..., y lo volverá a estar, sí o sí.

Extrañamente me seduce su ingenuidad y su manera de ser tan introvertida, cuando por dentro se esconde una asombrosa pasión. Es como si conmigo se convirtiera en la mujer ardiente que realmente es.

Desde que la conocí supe que tenía que ser mía, ni loco la dejaría tranquila sin antes conseguirlo, sin embargo cuando obtuve lo que quería de ella eso no quedo ahí, no fue otra más de mis noches y es por eso que me atreví a buscarla, aunque tengo miedo saber lo que es, necesito entender y descubrir por qué esta mujer no desaparece de mis pensamientos.

Cuando la vi otra vez fue como si me devolvieran el alma, y besarla..., fue magnifico, sus labios como aquella vez, me cautivaron por completo nuevamente.

Sin embargo la conversación que tuvimos por teléfono me enredo y me confundió mucho más todavía..., quise ir a buscarla esta misma madrugada pero me resistí a hacerlo por respeto a ella...,

¿Porque me pidió una semana para decirme a quien está unida? porque si se supone que tan solo es un nombre y además por mucho que me rabia no soy nadie para pedirle explicaciones de su vida.

Sí hizo eso es porque de alguna u otra manera tiene que ver conmigo... o no sé, y no creo ser capaz de esperar a que ella venga..., así que ahora mismo, iré a buscarla y tendrá que decirme de una vez por todas, toda la verdad.

Como si de una competencia se tratase me visto rápidamente, tomo mis gafas negras y cuando dispongo a abrir la puerta veo a..., ¿Cómo se llamaba?..., ¿Valeria?, en fin, no importa...,

Lo que me faltaba.

Por lo que alcance a entenderle es hija de un millonario, a noche tuve la intención de tirármela pero cuando llamé a Ariel se me olvidó por completo y me vine a la habitación.

—¿Qué quieres? —pregunté frío.

Parece sorprenderse por mi manera de dirigirme a ella pero lo deja pasar por alto, para mi desgracia. —he..., vine bueno..., porque..., a noche estábamos muy bien...,—toma unos segundos. — te tengo una sorpresa.

Antes de que pueda responderle se quita la polera verde que trae, mostrando por completo unos gigantescos pechos..., bueno, no estaría nada mal pasar un rato con ella. De pronto se lanza rápido a mis labios y yo la recibo..., y es a esto a lo que voy, si bien esta mujer tiene un cuerpazo no es lo mismo que cuando estoy con Ariel.

Trato de besarla pero la verdad no me nace hacerlo, Ariel es la única que me ha conquistado con sus besos, si bien esta y las otras mujeres con las que he estado han sido guapísimas, con Ariel es diferente..., no sé ni cómo explicarlo. Ahora lo que me queda es llevar a esta zorra adentro y hacerla feliz para que me deje tranquilo.

Aburrido separo mis labios de los suyos y me quedo paralizado cuando al lado veo que las puertas del ascensor se abren ... no puede ser, ¡maldita sea!..., es ella, mi Ariel.

Nos quedamos quietos mirándonos, conectados otra vez..., está tan hermosa como siempre, ¡mierda!, ¡porque tenía que llegar ahora!, en su rostro veo decepción y podría jurar que está luchando para no llorar. Me llama la atención un sobre que trae en su mano y apenas se percata de mi mirada al documento reacciona y cierra las puertas del ascensor para bajar.

—¡Ariel espera! —Por reflejo me zafo de Valeria y rápido voy hacía el ascensor, sin embargo ya es demasiado tarde.

Sin saber exactamente porque, corriendo voy hacia la escalera sin tomar en cuenta a Valeria, por suerte solo estoy en el tercer piso del hotel. Apenas llego a la recepción miro la calle a través de un gigantesco ventanal...,

¡Ahí está! —digo en mis pensamientos a penas la veo, está en el estacionamiento a punto de entrar a su auto.

—¡Ariel!. —grito mientras voy en su búsqueda y me detengo atrás de su vehículo. De aquí no se escapará.

—¡Sal ahora Chris si no quieres que te atropelle! —me dice gritando mientras nos vemos por el espejo retrovisor.

—¡Pues tendrás que hacerlo porque no me pienso mover de aquí sin antes hablar me escuchaste! —en ese instante ni ella ni yo decimos algo, me quedo ahí para impedirle que salga y unos segundos después al fin decide salir. —¡Bueno te vas a quitar o no! —exclama enojada, quedándonos frente a frente.

—¡No! —replico. —ahora tu y yo vamos a conversar. —añado.

—Por favor. —ríe. —¿Conversar de qué?, porque no mejor te devuelves a la habitación y sigues con lo que estabas haciendo. —está celosa, estoy seguro.

—Haber, haber, eso no tiene nada que ver Ariel, tú me dijiste que me ibas a decir quién es la persona con quien estas unida.

—¡Y tú me dijiste a mí que yo no fui otra más tus noches!, pero ya veo que mentiste y que jamás has sentido algo por mí.

—¡Eso no es cierto! —me defiendo. — te dije la verdad..., lo que acabas de ver allá arriba en la habitación no es lo que parece.

Ríe. —Sí claro y yo soy tonta.

—No, no lo eres..., y tienes razón lo reconozco, si no hubieras llegado lo más probable es que estaría en la cama con ella, pero Ariel, se supone que nosotros no tenemos nada, nada que nos impida estar con alguien el uno del otro.

Se queda pensando al decir eso y recién me doy cuenta de la estupidez que dije, ¡no quiero que Ariel tenga novio!

—La verdad si Chris..., no tengo porque enojarme, pero es que no entiendo, ¿Qué pretendes conmigo?, ¿Qué quieres de mí?

—Quiero conocerte Ariel..., eso es lo que quiero.

—¿Conocerme para que..., ser tu amiga?

Río y me acerco a ella. —No Ariel, créeme que no podría ser amigo tuyo, ¿y sabes porque?, porque cada vez que te veo... —me acerco más aun a ella, inquietándola. —tengo la necesidad de besarte y tenerte entre mis brazos. Te juro Ariel que lo que estoy sintiendo por ti..., jamás lo sentí por nadie.

—Eres lo más mentiroso que he conocido en mi vida, no te creo nada.

—Pero...,

—Pero nada y sabes que.—se detiene algunos instantes, como si estuviera debatiendo algo en su mente.— de una vez por todas te voy a decir lo que querías escuchar..., estoy unida..., a..., a ti—me quedo sin aliento y una gran alegría sumada a confusión invade mi mente. —..., ¿y sabes porque?, porque desgraciadamente si Chris, siento cosas por ti que te aseguro que no son las que tu supuestamente sientes por mí..., y no quiero Chris, no quiero sentirlas porque acabo de ver que tu jamás vas a cambiar...,

—Ariel...— y es ahí cuando pienso, ¿Por qué mierda le estoy dando explicaciones? ¿Por qué le estoy rogando para que me tome en cuenta? ¡porque!, nunca le he dado explicaciones a ninguna mujer y esta no será la excepción..., sin embargo la pregunta más importante es..., ¿Por qué siento está alegría de saber que siente cosas por mí?, ¿me estaré enamorando?

—No Chris..., y por favor, te pido de corazón que no me busques más...,

Luego de algunos segundos. —está bien Ariel, no te buscaré más..., —soy un cobarde.—solo quiero que sepas que jamás tuve la intención de jugar contigo, de verdad..., eres alguien especial..., y cualquiera que este contigo se debería sentir privilegiado..., fue un placer haberte conocido Ariel..., —es la verdad, mi mente solo aparece la palabra cobarde, y lo soy, tengo miedo de sentir esto...

Nos quedamos no sé cuánto tiempo parados, tiempo en que sus ojos se llenaron de lágrimas, no sé porque pero tengo la sensación de que aún no me ha dicho todo, sin embargo tengo que dejarla partir, sé bien que podría hacerle mucho daño al ser un hombre que no le gustan las formalidades y no quiero que sufra, no lo merece..., temblando me resisto a ver como sube en su auto y lentamente..., se va...,

:ooooooooo ¡Ariel no se lo dijo!

mellizos evans «chris evans»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora