mellizos evans «chris evans»

38. Sin ella.

¡hola! ¿como están?, espero que súper, veamos que pasa ahora con estos niños):

el siguiente capítulo estará disponible dentro de unos momentos más, saludos!

Chris.

Miré como Sandra me sonreía, pero no le tomé en cuenta y ella dejó pasarlo por alto. Cuando llegó ni siquiera la deje hablar, solo la tomé y le indiqué la cama, donde "disfruté" con ella, como lo he hecho con las ¿diez, veinte? mujeres con las que estado desde ese día.

Lo peor de todo es que, aunque beba todo el alcohol del mundo y pruebe hasta la última droga existente en el mundo, Ariel no desaparece en ningún aspecto, la deseo más que nunca, olvidarla por un mísero segundo, ¡Es imposible!, ¡la amo, la amo más que ayer y menos que mañana!, está aferrada en lo más profundo de mi corazón, y de ahí no saldrá, estoy seguro.

—Chris, cariño. —habló Sandra y antes de que pudiera abrazarme, me levanté de la cama. Tomé mi teléfono y lo prendí, eran las diez de la noche, del día dieciséis de noviembre. —había perdido la noción del tiempo ya hace algunos días, y me percaté; Un mes sin ella, un mes de que empezó mi calvario y de haberme convertido en un despojo humano.

Decenas de mensajes y llamadas invadían mi celular, mamá, papá, Scott, Jadzareth, Carly, Shanna... más y más.

A pesar del tiempo que ha pasado, mi familia no tiene idea que Ariel me dejó, tampoco las atrocidades que me hizo. Las veces que me ha llamado mamá, que pocas veces contesto, trato de disimular lo horrible que me siento, lo horrible que estar sin ella, invento e invento excusas para que no me pregunte más..., supongo que no durará mucho la mentira, yo no les ocultaré nada si es que alguno de ellos decide visitarme, pero prefiero que se enteren por su propia cuenta. No quiero decir toda esa porquería, no por lo menos con mi familia.

—¿estamos juntos otra vez?, cierto Chris. —oí decir a Sandra y no pude evitar partirme de la risa, la miré negando y antes de decir lo nada que me gustaba, decidí cambiar mis palabras, ¿Ariel le importaría si estoy con Sandra?

Quizás no, pero así podré mentir y mostrarle aunque sea por farándula, que nunca me destruyó, y que estoy de maravilla sin ella.

—Claro, amor. —ella formó unos enormes ojos, claramente sorprendida. Me devolví a la cama y la besé con fingida pasión, asco me da besar a otra mujer que no sea a Ariel, ¡por que! ¡esa zorra es la que me debería dar asco!

Jamás lo pensé, Sandra y yo nuevamente, juntos.