37. Servicios.

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acá va otro capítulo, para seguir armando el rompecabezas de lo que pasó:(, no me maten pls. También les informo que la novela pasara a contener más de lenguaje explicito (como capítulos hot, escenas y palabras más fuertes), es tu responsabilidad si lees;). ¡saludos! y sin más, el capítulo.

Leila.

Cielos este hombre folla como los dioses, no había sentido algo parecido. Él duerme agotado a mi lado, en el sexo fue absolutamente duro, estaba furioso, más que eso.

Lo que sí me importa en estos momentos es que la mujer que contrató mis servicios no se entere de lo que pasó, ¡ja!, semejante ridícula que planea farsas para retener al hombre que desea. Dafne, era mi personaje.

La tipa creó una mentira tan contundente y horrible como su maldad, tenía todo calculado, hasta me pasó un mocoso para mi actuación y cuando se lo devolví noté al instante que no era su hijo, él niño lloraba desconsolado. Sabrá dios de donde lo sacó.

Si vine hasta aquí fue porque ella así lo quiso, para cerciorarme finalmente de haber cumplido su cometido, y por lo visto creo que sí, la embarazada no está, lo que no esperaba era encontrarme con este pedazo de hombre.

Río. —este trabajo terminó mejor de lo que esperé... ahora lo que queda es recibir mi generosa paga, para así quitarme de una vez las ordenes de la fastidiosa esa.

Mi teléfono recibió una llamada, era ella.

Respondí.

—llevas mucho tiempo allá adentro, ¿Qué haces?—bufó.

—tranquila señora, estoy por salir. Tuve, un percance. —sonreí mientras miraba al hermoso y escultural hombre.

Me vestí con rapidez y lamenté dejar a aquella belleza griega. Bajé los escalones del edificio lo más rápido que pude y disimulando conecté mi mirada a la suya. Se encontraba adentro de su auto, al cual me subí.

—No estaba, ¿cierto?

—cierto señora, la mujer esa ya no se encontraba ahí, estoy segura de que se fue.

Ella sonrío, lo que conseguí al parecer fue más de lo que esperaba.

—Buen trabajo. —en ese momento encima de la guantera, el teléfono perteneciente a la muchacha embarazada, que horas antes le pasé, vibró, decía "Chris, mi amor", la mujer a mi lado bufó y cortó la llamada. —Ahora lárgate. —dijo en el segundo que me pasó un modesto maletín, revise la cantidad y asentí. —desaparécete.

Disimulé lo mal que me cae.

—Fue un gusto, Sandra Bullock. 

mellizos evans «chris evans»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora