Ariel.
Leandro me contó que tenía algunas confusiones, una compañera de trabajo comenzaba a interesarle. Me dio mucho gusto con él, le dije que luchara por esa mujer una vez que se asegurara de sus sentimientos hacia ella.
Seguíamos conversando cuando de pronto sentí el timbre.
—Espérame. —le dije a Leandro, él me respondió con una sonrisa. Fui hacía la puerta y abrí. La imagen me enterneció mucho el corazón.
Era Chris y nuestros hijos.
—Hasta que te dignas a abrirnos. —dijo con su cara de gruñón, Vesta y Valentín estaban completamente dormidos en sus brazos, esa imagen me sacó una gran sonrisa.—¿Qué tanto hacías? —preguntó mirando por la puerta, sacándome de mis pensamientos. Dios este hombre jamás cambiará. Apenas demoré unos segundos en abrir.
—Nada que te importe. —le contesté cortante y se ganó cabizbajo, ¿Por qué tiene que ser tan celoso? Hice ademán para que pasara; también tomé a mi hija. Una vez adentro llegamos hasta donde estaba Leandro, quería presentárselo, él era mi amigo y eso no cambiaría por más que le moleste.
—Leandro..., él es Chris, Chris, él es Leandro. —dije, y Leandro se levantó para saludarle.
—Un gusto, Chris. —saludó mi amigo y estrechó su mano. Chris no decía palabra alguna; Le di un leve codazo para que reaccionara.
—¡Aush! —se quejó exagerando todo, me dieron ganas de reírme la verdad. —eso dolió Ariel. —me miró molesto, Leandro también ocultó su risa.
—¿podrías dejar de ser un niño maleducado por un instante y saludar a Leandro? —le dije seriamente, él gruñó.
—Ya lo iba a hacer. —soltó molesto y apenas estrechó su mano. —Un gusto también, Leandro. —y acto seguido preguntó mirándome —¿Puedo ir a dejar a mis hijos arriba?
—Sí. —respondí y le di a mi hija quien seguía dormida, una vez que la tomó se fue con ellos a mi habitación. En eso mi amigo comenzó a reír. —ya vez, es muy gruñón—dije y reí también. Leandro ya sabía todo lo que ocurrió respecto a Chris, se lo conté cuando había llegado.
...
Luego de aquello conversé unos minutos más con Leandro, quien le llamó esa chica que le interesaba porque este ya le había pedido una cita. —¡conquístala! No olvides la rosa. —le comenté cuando ya se iba.
—Adiós y gracias Ariel. —se despidió y finalmente cerré la puerta, Decidí subir, entré en mi habitación y ¡awwwwwsss! ¡estos tres algún día me matarían de la ternura! Chris descansaba abrazado de Vesta y Valentín; los tres dormidos completamente, se veían tan lindos.
Me quedé un rato ahí observándolos, eran mi familia, estábamos juntos otra vez... me acerqué a mis hijos y acaricié sus mejillitas pequeñas un momento, y quise ir también por Chris, ¿debería hacerlo? Me pregunté, está dormido no hay problema, fui hasta él y me acosté a su lado, tomé mechones de su cabello, hace tiempo que no hacía esto, cuando estaba con él siempre lo hacía. —y de pronto una de sus manos estaba libre, fui inevitable para mi unirla con la mía.
La acaricié..., y en un momento casi se me salió el corazón.
Así dormido y todo, se dio vuelta y ¡ahora me abrazó a mí!..., estaba paralizaba ¿¡Cómo le hago para salir de sus brazos sin que se dé cuenta!?
Movía un músculo.
¡Más me apretaba!
Intenté una vez más.
¡Gruñía!
—Asi que tocándome cuando estoy dormido he. —susurró levantando sus cejas, como lo sospeché, nunca durmió. —¿recuerdas esto? —y el muy ¿saben lo que hizo? ¡Comenzó a hacerme cosquillas! ¡Y yo no sabía dónde dejar mi risa porque mis hijos estaban ahí dormidos!
—¡Chris! ¡vas a despertar a los niños! —decía entre risas ahogadas.
—¿Yo? ¡Tú estás riéndote!
—¡Deja de hacerme cosquillas ya! ¡Chrisss!—y entre tanto forcejeo caímos de la cama. Él abajo y yo arriba. Eso sonó bastante fuerte..., ambos miramos asustados hacía la cama, menos mal nuestros hijos seguían durmiendo tranquilamente.
—Esa sí que dolió. —y yo me reía burlándome. —¡No te burles! —Yo seguía haciéndolo—¿Así? —dijo desafiante, y otra vez a las cosquillas, ya no podía aguantarlas; Además de que era yo quien estaba abajo ahora, extrañaba tanto esto..., que pudiéramos reír otra vez.
—oye, oye espera. —dije, este hombre no me ganaría.
—¿Qué cosa?
—¿Y tú recuerdas esto? —pregunté y sin pudor alguno tomé sus... bueno ya saben, me servía de mucho que sus pantalones fueran delgados. Él me miró con unos ojos enormes.
—Ay Ariel por favor por favorcito... tú ganas. —y..., las solté. Ambos nos miramos y no pudimos evitar morirnos de la risa, obvio en silencio para que nuestros hijos no despertaran. —Sabes Ariel, no sabes lo mucho que me estoy resistiendo para no darte un beso en este preciso momento.
Y quedé en silencio, no quería mirarle, porque si lo hacía sería yo quien me lanzaría encima de él... pero caí otra vez, tomé a mi Chris y besé sus labios como tanto quería..., y así de rápido fue mi "tiempo", ¡o sea es que ya ni sé! Era prácticamente imposible tanto para él como para mí el estar separados estando juntos al mismo tiempo.
espero sus comentarios!(;
falta poco!
saludos!
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mellizos evans «chris evans»
Fanfic⚠️ ¡ojo! qué esta historia la escribió un bebé de quince años (hoy tengo veinte) y pese a todo el empeño que dediqué a ella claramente hay muchas situaciones que pueden parecer infantiles ó absurdas ¿ por qué ? se entiende que el conocimiento sobre...