6- Sorpresas.

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Llegamos al edificio luego de una noche maravillosa. Su madre quería que nos quedáramos a dormir en su casa. Pero Sebastian y yo insistimos en irnos. Al final claudicó y dejo que nos marcharamos.

— ¿Tu apartamento o el mio? —me pregunta cuando ya estamos dentro de el ascensor.

Me pienso un poco la respuesta. Si me voy a mi apartamento, estarán las chicas dispuestas a interrogarme, pero si me voy al de él, pasarán cosas que a pesar de que, quiero, no puedo permitir que sigan pasando.

— Mi apartamento.

Él abre mucho los ojos, sorprendido por mi respuesta, se que esperaba que aceptara ir a su apartamento. Pero como siempre la sorpresa es mi segundo nombre. Bueno la verdad es el tercero —tarada es el segundo—, el ascensor se detiene en el piso 17.

— ¿Quieres pasar? —le pregunto tímidamente.

Él me mira, nuevamente no esperaba esa reacción de mi parte.

— Claro, princesa. Todo con tal de pasar más tiempo contigo —lo último lo dice bajito.

Entro la llave en la cerradura y abro la puerta. La casa está como la deje antes de irme. Busco con la mirada a alguna de las chicas, pero no se ven, ni rastros de ellas por aquí. ¿Donde rayos se metieron éstas ahora?

— ¿Y tus primas? —pregunta Sebastian. Sin enterarse de que es lo mismo que me estoy preguntando yo.

Me encojo de hombros y me dirijo a la cocina a ver si encuentro una de ellas.

— No tengo ni idea donde pueden estar esas tres locas a estas horas de la madrugada.

Miro el reloj de la pared y compruebo lo tarde que es. Las 2:34 am. Niego con la cabeza sin dar crédito a su desaparición.

— ¿Quieres algo de beber?

— Un vaso de agua, estaría perfecto —musita con su mirada puesta en las fotos de la pared de la sala de estar.

Cuando regreso con el vaso de agua. Lo encuentro con con una foto de las chicas y yo en una playa del caribe. La tomamos en nuestras últimas vacaciones. Estamos bronceadas y sonrientes... A todas nos encantaron esas vacaciones.

—¿Donde fue esa foto? —pregunta examinando cada detalle de la fotografía.

— Fue en Jamaica. El año pasado.

Él suspira y besa mi rostro en la foto. Yo frunzo el ceño. ¿Porque me es tan difícil aceptar que él me sigue amando?

— El bronceado te asienta muy bien. Lo tomaré en cuenta —coloca la fotografía encima de la mesita donde estaba.

Se vuelve hacia mi y Coge en sus manos el vaso de agua que le traje de la cocina. Lo coloca encima de la mesa donde había dejado la foto momentos antes.

— ¿Que te parecería volver a repetir la experiencia de Jamaica? —me peina el cabello con sus largos dedos.

Por los tacones me veo más o menos grande. Así que no se me es tan difícil mirarlo a los ojos. Me abraza y yo me pierdo en su embriagador aroma.

****

— ¿Quieres quedarte? Ya hace más de una hora que estamos aquí y ya no creo que las chicas regresen.

— Para mi es un placer. Todo contigo es un placer.

Vuelve a besarme la frente y nos dirigimos en silencio hasta mi habitación. Donde pone cara de asombro.

— Uou. Pero si es una réplica de la habitación que tenias en casa de tus padres.

Sonrió con satisfacción. Es un placer que alguien haya notado la similitud... Porque ni siquiera mis primas lo han notado.

Siempre Fuiste Tú (Pasado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora