Días después..
—Es una lástima que tengas que irte ya, Kagome. —Le dijo la castaña. Kagome y Sango estaban en la cabaña de la anciana Kaede para que la azabache recogiera sus cosas.
Sango decidió que hasta que ella volviera se juntaría con Sesshomaru porque sería incomodo estar ella sola con el.
Miroku, Shippo, InuYasha, Sesshomaru y Kikyo estaban afuera esperando a Kagome, bueno, Kikyo no pero estaba afuera. Sesshomaru dejó a Rin ir con Kohaku, este le había dicho que quería enseñarle algo así que tuvo que acceder.
El ambiente que rodeaba a las personas presentes estaba algo tenso e incómodo, especialmente para InuYasha, Kikyo estaba ahí y Kagome y su hermano también y eso era una tortura. —¿Cuándo volverás? —Pregunto Sango doblando una ropa para luego meterla en la mochila amarilla de su amiga. Todo esa ropa eran kimonos que Sesshomaru le obsequió a Kagome y ella se vio obliga a utilizar uno ese mismo día.
Kagome suspiro y se sentó rendida en el suelo.
—No lo sé, Sango. —Dijo—. Posiblemente a inicios de primavera. —Sonrió. Sango asintió y siguió guardando las cosas.
—Será mejor que te tomes tu tiempo, mi niña. Sé que han ocurrido cosas. —Le dijo Kaede. Ella asintió.
Una vez guardadas todas las cosas, se despidió de la anciana y salió con Sango. Le dijo a Sesshomaru y a sus amigos que la acompañarán si así lo deseaban y así lo hicieron. Kagome ignoró por completo a Kikyo y a InuYasha y agarro la mano del demonio para entrelazarla con la suya.
Los amigos de Kagome y Sesshomaru, la siguieron hasta el pozo. Todos hablaban tranquilamente, hubo una que otra broma por Miroku y Shippo mientras que Kagome hablaba con Sango sobre cualquier cosa. Sesshomaru solo escuchaba las estupideces del Monje y el zorro y más de una vez tuvo que tragarse la gran carcajada. Jamás admitiría que un humano y un zorrito le hacían gracia a tal manera, podrían creer que ya se llevan bien y comenzarían a hablarle más amistosamente y él no quería eso.
Detrás de ellos iba el híbrido con la sacerdotisa de Barro, esta no estaba con ganas de ver a Kagome pero, tenía un plan que llevar a cabo, aunque está comenzando a dudar de él, ya que van muchas personas.
Al llegar al pozo, Kagome abrazo a sus amigos. Miroku no pudo pasarse con ella por la mirada asesina del demonio así que solo la abrazo con una sonrisa. A Sango también la abrazo y por último Shippo, que no dejaba de llorar.Mientras Kagome se despedía apareció InuYasha con Kikyo. Kagome solo frunció el ceño y se acercó a Sesshomaru, este le rodeó la cintura con el brazo. —Vengo a despedirme. —Dijo InuYasha cínico. Kagome lo reto con la mirada.
—No te hubieras molestado. —Le dijo Kagome.
Le era desagradable la presencia de InuYasha y con Kikyo. ¿Cómo era posible que no tuviera vergüenza de hacerse presente? Claro, es InuYasha, el sin vergüenza. Ni siquiera le importa.
InuYasha se acercó hasta quedar frente a ella, un gruñido salió de la boca de su hermano y pego más a Kagome a su cuerpo. InuYasha sonrió burlón mientras veía el interior del pozo y la veía a ella. —No me agrada tu indiferencia. —Le dijo él. Kagome rodó los ojos fastidiada. Tan solo un poco más y lo mataría con todos los "abajo" que le diría.
Sango, Miroku y Shippo se retiraron. Kagome, Sesshomaru, Kikyo e InuYasha, se quedaron cerca del pozo.
Kikyo miraba a Kagome con todo el odio posible, le daban ganas de ir y empujarla como lo hizo una vez y sellar el pozo para que no volviera. Lastimosamente si se atrevía a hacer algo así Sesshomaru no dudaría en matarla. Y no le importa si está InuYasha o no presente, él lo haría. Nadie lo separaría de ella ahora que había encontrado el "amor".
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¿Qué me has hecho, mujer? || Sesshomaru y Kagome.
FanfictionDespués de aquel encuentro con Inuyasha en la tumba de su padre, y esa muchacha extraña que suele acompañarlo.. Sesshomaru comenzó a sentirse extraño y Kagome también. ➡️Los personajes pertenecen a Rumiko, la historia es mía. ➡️La imagen de la port...