Capítulo 8.

19.8K 1.5K 104
                                    

InuYasha.

Iba caminando solo por el bosque, recién acaba de terminar de llover así que aproveché para salir. Estar en la casa de la anciana Kaede me tenía con dolor de cabeza y no por estar ahí precisamente si no porque tenía que estar escuchando los reproches de Sango. Acepto lo que paso con Kagome, incluso fui a su casa a disculparme y decirle lo que realmente siento; Ella me gusta, pero Kikyo.. Ella fue a la primera mujer que quise luego de mi madre y aun no puedo evitar sentir amor por ella. Estoy seguro de que Kagome no va a perdonarme, ella es muy inteligente.

No es algo que pueda explicar con facilidad, Kikyo me enseñó a sentir amor por alguien pero ese alguien fue solo ella y sin embargo estuvimos juntos mucho tiempo y la ayude en muchas cosas. Kagome me enseño a amar, a hacer amigos, llorar por las personas que quiero e incluso a veces se sacrifico por mi. Ese sentimiento de culpa que siento al ver dicho que nunca sentí algo por ella me carcome.

Justo en frente de mi, paso una serpiente caza almas, la mire por un momento ¿Debería ir? Después de todo, Kikyo no durara mucho en este mundo y debería aprovechar el tiempo que tiene y poder verla. La serpiente me rodeo y luego se fue volando, corriendo me fui detrás de ella.
Cada momento, cada segundo, minuto y hora es valioso al lado de Kikyo. Las noches se vuelven cada vez más rápidas, es por eso que debo aprovecharlo. Debo aprovechar el tiempo.

Llegue al lugar que me indico la serpiente y vi a Kikyo sentada en el pasto, traía el cabello suelto y danzaba desordenadamente por el viento. Su mirada expresaba mucha tristeza, mi alma se partió al verla así, quería decirle que todo se iba a arreglar y que acabaría pronto pero no puedo hacer promesas falsas. Me acerque a ella, lentamente levanto su cabeza y me miro fijamente. A pesar de ser un cadáver, puedo ver la suplica y la tristeza en sus ojos. —Viniste —Dijo suavemente.

—Por supuesto que iba a venir, ¡A caso no con..!

—Veo duda en tus ojos —Me interrumpió. Me quede callado, ¿Tanto se notaba? ¿Tanto se notaba que no podía aclarar mis sentimientos?

—Kikyo.. —Susurré. Ella miro a otro lado frunció un poco su ceño y pude ver como apretaba los puños.

—InuYasha, ¿Es que a caso ya no me amas? —Dijo con un toque de rabia. A veces me molestaba que hiciera esa pregunta y hoy no sería la excepción.

—Deja de dudar de mi —Le dije acercándome más. La agarre de los hombros e hice que me mirara— Tu sabes que es lo que siento por ti y por Kagome. ¡Estoy harto de que me hagas esa maldita pregunta! —Ella cerro los ojos—. Por favor Kikyo, por una vez en tu vida deja de dudar —La abracé. Pude escuchar un suspiro de su parte. Lentamente subió sus frías manos y las puso en mi espalda abrazándome ella también. Antes decía que me hubiera gustado estar así para siempre con ella, ahora no sé quiero.

Omnisciente.

Entre los árboles, ocultando su presencia se encontraba el hermano mayor de InuYasha. Fruncio el ceño al ver a su torpe hermano abrazando a la muerta. —Qué idiota de tu parte, híbrido. Esa mujer no dudara mucho en este mundo y al haberte encariñado tanto con su regreso sufrirás con su partida. Lastimarás a Kagome con tu sufrimientoPensó el demonio dándose la vuelta para alejarse de ese lugar. Por alguna extraña razón camino hasta al lugar donde se encuentra el pozo y se sentó en los pies de un árbol, no sólo lo hizo por que quiso. Estaba esperando el regreso de aquella joven sin saber porque. Por alguna razón quería verla.
Se quedo ahí sentado esperando hasta la noche para ver a la joven pero ella no volvía. –Sólo vine a perder mi tiempo —Susurró. Se levantó y miro el pozo para luego irse caminando.

—Es extraño verte por aquí —La voz de InuYasha lo hizo detenerse en seco. Lo miró de reojo—. ¿A caso esperabas a Kagome? No me digas que la ibas a raptar para cuando llegara y amenazarme para obtener a colmillo de acero. Eso es caer muy bajo, incluso para ti —Dijo con burla.

—No estoy interesado en esa espada ahora —Volvió a mirar al frente—. Y mucho menos en la preciosa sacerdotisa —Un gruñido por parte del híbrido fue lo único que obtuvo por respuesta y alerto sus instintos de lucha. InuYasha desenvainó su espada y se puso en posición de ataque. Sesshomaru suspiró.

—¡Aléjate de ella! —Gritó InuYasha mientras saltaba para atacar a su hermano, Sesshomaru sacó a Tokijin e inmediatamente chocó su espada con la de su hermano—. Yo protejo a Kagome, quedate alejado del pozo y de ella.

—Llamas proteger a irte con una muerta —Le dijo para luego empujar a InuYasha y hacer que se golpeara la espalda con un árbol—. No seas tan patético —En un abrir y cerrar los ojos, Sesshomaru desapareció entre los árboles. InuYasha quedó inconsciente por un momento pero luego volvió a despertarse. Se levantó con dificultad.

—Ese maldito.. —Se fue caminando arrastrando la espada. Le dolía la espalda y ahora no había nadie para que le curara—¿Porqué estaría esperando a Kagome? —Se preguntó a si mismo. Luego fue rodeado por el silencio que emanaba la noche y desapareció entre los árboles.

¿Qué me has hecho, mujer? || Sesshomaru y Kagome.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora