InuYasha.¡Maldición ya está anocheciendo! Solo falta un poco solo un poco más y llegare por Kagome a tiempo. No dejaré que ese desgraciado se atreva a tocar su frágil cuerpo, me repugna con solo pensarlo. No me importa si Kagome lo prefiere a él, ¡no me importa! Yo no permitiré que él la marque como suya. —¡InuYasha! —Gritó Sango desde arriba. La mire esperando a que hablara—. ¡Puedo ver algo! —Asentí y acelere el paso. Ya faltaba poco pero, el sol se ocultaba muy rápido. Una vez la luna este en el cielo, todo estará perdido. Por ahora Sesshomaru debe estar debatiéndose mentalmente si hacerle algo a Kagome o no.
Dando saltos, acelerando el paso, hacia lo que podía solo para salvar a Kagome, solo para recuperarla. Puede que esté armando mucho alboroto, pero, se trata sobre su vida, de trata sobre Kagome. Aunque no sé, tal vez me voy a humillar a mí mismo, puede que Kagome acceda y yo haya ido para nada. ¡Cada vez el maldito camino se hace más largo! Debo dejar de pensar en Kagome y el inútil de Sesshomaru, probablemente así se acorte un poco y llegue más rápido.—¡InuYasha! ¿Estás seguro de que llegaremos a tiempo? —Pregunto Miroku. Yo gruñí, ¡Por supuesto llegaremos a tiempo! Me siento cansado, necesito descansar pero no puedo. Cada vez que me imagino a Sesshomaru pasando su asquerosa lengua por el cuello de Kagome me entran más ganas de mandarlo al otro mundo partido en dos—. El sol se ha ocultado por completo, InuYasha. —Me dijo Miroku aún más preocupado. ¿¡Qué importa!? Ya puedo ver el estúpido castillo de Sesshomaru. También puedo olfatearlo a él y a Kagome, Agh, que rabia. Todo esto me vuelve loco. Solo falta un poco, solo un poco más y estaré con Kagome.
Omnisciente.
InuYasha, Sango y Miroku se acercaban al castillo de Sesshomaru, este, estaba ya apunto de perder el control. Kagome ya había despertado pero no recordaba muy bien lo que había sucedido con aquel ogro, Sesshomaru se encargó de cuidarla hasta que ella despertara pero, mientras más estuvo con ella más ganas le dieron de saciar esas ganas que lo estaban volviendo loco.
Como cada vez se estaba volviendo más vulnerable antes su situación, Yako, se encargó de poseer a Kagome, aunque Sesshomaru se peleaba mentalmente con su bestia por lo que estaba apunto de hacer. Ahora él estaba sobre Kagome, besando y chupando su cuello con desesperación. Al principio ella se resistió y hasta repitió varias veces que no estaba lista pero con besos y caricias se dejó llevar por el deseo. Ella metió sus dedos en el cabello del demonio jalándolo de vez en cuando, sentir los labios cálidos y húmedos en su cuello la estaba volviendo loca. Nunca había sentido algo como eso, durante sus 15 años nunca había tenido una sensación como esa, le gustaba, su corazón latía con rapidez y sentía cierto cosquilleo que le causaba placer en su parte baja.Poco a poco, Sesshomaru fue bajando sus besos al mismo tiempo que sus manos. Una vez llegando al cruce del quimono, subió sus manos de nuevo y con sus garras rompió la parte de arriba completamente. Para la suerte de Kagome, su sostén aún le cubría sus pechos. El demonio fijo sus preciosos ojos dorados en los ojos chocolates de la joven sacerdotisa, con el ceño fruncido pues, eso no era lo que esperaba ver. Kagome de sonrojó furiosamente al notar la orden del demonio en sus ojos; quítate esa cosa.
Con toda la pena del mundo Kagome se incorporó y Sesshomaru se quitó, quedo de rodillas frente a ella esperando a que se quitara esa cosa extraña que cubría sus pechos. A Kagome le temblaban las manos y Sesshomaru pudo oler lo nerviosa que estaba su "hembra" así que le dio un beso en los labios para darle confianza.
La sacerdotisa soltó su sostén y lo dejo caer, se sonrojó aún más y cerró los ojos. Sesshomaru se lamió los labios y agarro a Kagome de la cintura(aún sentados) y la acercó a él. Mantuvo a Kagome agarrada de la cintura y con la otra sostuvo uno de sus pechos mientras que con su boca buscaba desesperadamente el otro seno de la sacerdotisa.
Cuando lo tuvo en su boca un pequeño gemido salió de la boca de la joven, excitando a Sesshomaru. Despacio, fue recostando a Kagome de nuevo en el futón y dejó el seno para besarle los labios. —¿Esto está bien..? —Pensaba Sesshomaru ahora inseguro. Prácticamente había obligado a la muchacha a que accediera y se estaba arrepintiendo. Se estaba dejando llevar por el deseo, la lujuria y su bestia. Frunció el ceño, Kagome podría estarlo disfrutando pero, eso no estaba bien.
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¿Qué me has hecho, mujer? || Sesshomaru y Kagome.
FanfictionDespués de aquel encuentro con Inuyasha en la tumba de su padre, y esa muchacha extraña que suele acompañarlo.. Sesshomaru comenzó a sentirse extraño y Kagome también. ➡️Los personajes pertenecen a Rumiko, la historia es mía. ➡️La imagen de la port...