¿Qué me has hecho, mujer? || Sesshomaru y Kagome.

Capítulo 36. [Maratón 1/4].

Me quede sorprendido de mí mismo, ¿cómo he sido capaz de decirle tal cosa? ¿Qué pasa conmigo? Ah cierto, me enamoré de una humana. Una preciosa humana que ahora tenía aquí, acurrucada en mis piernas. Podía escuchar su respiración tranquila, dormía plácidamente abrazada por la suavidad de mi estola, su rostro estaba tranquilo.. Me encanta verla de esa manera. ¿Cómo yo? Un demonio que no sentía nada, que todo le daba igual, un asesino perfecto como lo recita mí nombre, y ¿Cómo ella? Una sacerdotisa tan pura, tan frágil.. Tan amable, una estrella tan brillante.. Con un corazón que siente.. ¿Como es posible que siendo tan distintos podamos estar juntos?

"Se supone que ustedes se encargan de eliminarnos.. No de amarnos"

Resople, la verdad es que mi madre tenía razón, mucha razón pero Kagome es diferente y ella lo ha demostrado. Puede que yo tenga miles de máscaras y ella sabe que solo a su lado seré "cariñoso" "tierno" y "protector". Siempre será ella la que me vea sonreír, siempre será ella la que me vea siendo compresivo y hasta sensible. Solo con ella seré así, mientras que con los demás seré indiferente y agresivo.. Kagome es la única que merece –aparte de Rin– verme de la manera que mencione. Si muestro eso en el exterior con los demás, muchos inútiles como InuYasha y Naraku se atreverán a desafiarme para "pisotear" mi orgullo. Já, como si eso fuera posible.

Kagome se empezó a mover mientras fruncía el ceño. Seguro tenía una pesadilla. Acaricié su rostro con mis garras y ella se removió, abrió los ojos y parpadeo varias veces para fijar su ojos en los míos.
—Hola.

Sonrió, yo también le sonreí y volví a acariciarla.

—¿Ya es de noche? —Asentí en respuesta. Sus ojos brillaban con mucha intensidad y sus mejillas comenzaron a tornarse rojas. Se veía hermosa.

—Eres hermosa —Le dije y ella se sonrojó todavía más, gracias a la luz de la luna podía ver su sonrojo a parte de que mi visión es diferente, gracias a que soy un demonio.

—No digas tonterías —Se sentó aún entre mis piernas y con una de sus manos me acarició la mejilla—. Nunca me imaginé a tu lado, ¿Sabes?

Ella dejo de mirarme y luego miro sus manos. Me sentí tenso por un momento. La verdad es que yo tampoco me imaginé a su lado, nunca me pasó por la cabeza por qué me era inútil pensarlo al verla estar tan enamorada del híbrido. Cuando InuYasha y yo tuvimos que pelear con  la Souunga, podía ver toda la preocupación en su rostro, arriesgó su vida por apoyar a ese idiota, cuando yo la salvé de ese repugnante humano solo me miró, me miró con extrañeza. Luego de eso, pude verla sentada sola o hablando con la exterminadora, ella decía que estaba confundida pero nunca dijo porque.

Ahora lo sé.

Comenzó a peinar su cabello con sus manos mientras yo la veía, cada movimiento, cada expresión que hacía cuando se quitaba un enredo. Suspiro y suspiro hasta que dejó de peinar su cabello, tan negro que se camuflaba con la noche. —Todo está pasando tan rápido.. —Dijo mirándome nuevamente—, todo está siendo tan predecible, siento que todo puede acabar pronto.

—¿Porque lo dices?

—No lo sé, desperté extraña —Ella hizo una mueca—, incluso siento una extraña necesidad, un deseo.. Necesito que eso ocurra.. Ya. —Corrí el cabello que se encontraba en su cuello tapando aquella marca que la hace mía. Realmente desde ese momento me he sentido inquieto, logre ver algo de ella, logre ver sus senos, logre escucharla gemir pero, no fue suficiente. Me quede con las malditas ganas, era época de celo y logre controlar a Yako pero se mantuvo inquieto como un cachorro en mi interior por poseer a Kagome. Olvide decirle que la marca le causaría ciertas necesidades.. Sexuales y realmente no quiero hacerle nada hasta que ella esté completamente segura. Acaricie la marca con la yema de mis dedos y escuche un gemido de su parte— Dios..