Capítulo 15.

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Sesshomaru.

—¡Señor Sesshomaru! —Gritó Rin con emoción. Abrí mis ojos y la mire fijamente. Ella estaba ahí parada en frente mío con una flor en su mano—. He traído una flor para usted —Dijo algo apenada. Aún siendo frío e indiferente, ella siempre me habla y me da cosas como si fuéramos amigos. Me da su confianza. A veces me cuenta cosas que yo aún desconocía de ella, es interesante conocer un poco más a las personas que te acompañan. De Jaken lo sé casi todo aunque realmente le resto importancia. Mire la flor por un momento y luego la agarre con cuidado. De repente apareció Jaken estornudando.

—Ahh.. ¡NIÑA INSOLENTE! —Refunfuñó—. Amo bonito, por favor no me involucre en estas cosas.. Las flores me dan mucha alergia. Apiádese de mí y vaya usted a la pro.. —Le mande una mirada asesina—. Olvide lo que dije por favor.

Me levanté y comencé a caminar. Iría al pozo, desde ayer no he sentido la presencia de Kagome, seguro estará en su mundo. Muchas veces he sentido curiosidad por saber cómo es el mundo del que ella proviene. Al parecer no es tan peligroso como este pero si algo difícil. La mayoría de veces antes de que ella se vaya la escucho hablando con la exterminadora y parece tener que enfrentarse a algo llamado "examen". InuYasha dice que es un demonio muy débil pero como es tan idiota seguro será algo completamente distinto a eso.

Últimamente visito el pozo cada vez que puedo. Siempre con la esperanza de poder recibirla, pero desconozco cada cuanto ella se va y viene. Tal vez alguna vez de mi valioso tiempo podría agarrar un momento y escuchar con más atención a InuYasha. Él es que él siempre llega a recibirla. Sí quiero saber que siente ella o que piensa, al menos necesito un momento a solas.
El problema, no sé cómo dirigirme a ella, no sé qué palabras utilizar. ¿Qué le voy a decir? Yo nunca he sido de muchas palabras y esto de sentir algo por alguien es completamente nuevo para mí. —Maldición —Dije para mí mismo frunciendo un poco el ceño. Me molesta haber tenido que caer ante una de las grandes debilidades humanas, y tenía que ser con la mujer del híbrido.

Pero ya no es su mujer, nunca lo fue.

Es cierto, Kagome nunca fue suya, y ahora la perdió para siempre por culpa de ese estúpido cadaver ambulante. InuYasha no sabe lo cuán valiosa es Kagome. Aunque no se muchas cosas sobre ella, sé que tiene un buen corazón y ella es una mujer muy hermosa.
Me estoy sorprendiendo ahora mismo de lo que pienso acerca de esa mujer, por primera vez siento el deseo, deseo de tener a alguien solo para mí. Estoy deseando a esa mujer solo para mí. Puede que sea egoísta, pero por algo ella ha aparecido en mi camino.

Llegue al pozo y me quedé observándolo. Todo el dulce aroma de esa mujer estaba impregnado en el. Me acerqué y pase mi mano por el borde mientras miraba el interior, eso era oscuro, muy oscuro. Un humano normal tendría miedo de lanzarse por ahí pero ella lo hace como si fuera lo más normal del mundo.
Suspiré y me senté en el borde, me cruce de brazos y cerré los ojos. El apestoso olor de ese híbrido también estaba por todo el pozo. Pero es cierto, él también puede cruzar. ¿Porque él si puede y los demás no? ¿Y si lo pruebo? Umm, no creo que sea la mejor idea. A lo mejor no funcione.

—¿Tú? —Me volteé al escuchar la voz del cadaver—. ¿Qué haces ahí sentado? —Pregunto con burla que mujer tan insolente.

—¿Debería importarte? —le pregunté yo con indiferencia.

—No entiendo porque ahora todos esperan a esa niña —Miro con odio el pozo—. Debería sellarlo, ¿No crees? —Esas palabras me atravesaron como si fueran una flecha. Me molestaron enormemente.

—Si te atreves a hacerlo, yo mismo te mandare de nuevo al mundo que perteneces —Esa mujer, ¿Quién se cree para decir algo así?

—¿Hum? Oh, ¿no ves? Hasta a ti te importa. Esa mujer no es nada más que un estorbo —Rió con amargura. Esta sacerdotisa es detestable. Me impresiona que hubiera gente que pueda aguantarla.

—Mhm.. —La mire fijamente. Ella tiene una mirada muy fría y no posee expresión alguna en su rostro. ¿Qué tiene de atractiva? Kagome siempre sonríe y sus ojos siempre brillan. Esta mujer es más una bruja que una sacerdotisa. Me eriza la piel—. Sientes celos y envidia, mujer —Espeté. Ella apretó su arco y frunció el ceño—. Sientes celos porque ella siempre está con el híbrido, por eso has hecho que se separen. Y sientes envidia porque su corazón late, emana calidez y porque ella, es de carne y hueso y tal vez pueda haber algo más que desconozco. Pero estoy seguro de que no hay nada más que odies de ella que el hecho de que siga con vida —Mi mirada se fijo en la suya. Su alma estaba desvastada, rota, esfumándose. El odio que consume todo el tiempo, la estaba dejando en la ruina.

—¡Silencio! No eres nadie para decir algo así. Ni siquiera sabes que es lo que siento hacia ella. Nunca nadie podrá ser mejor sacerdotisa que yo ni tendrá los mismos poderes que yo. Kagome no es nada más que una niña estúpida. ¿No la has visto? ni siquiera sabe como disparar bien una flecha.

—El rencor en los muertos es el camino a su propia desaparición —Le dije. Ella inmediatamente me apunto con una flecha. —No vale la pena que te pongas a retarme. Sólo gastas tu tiempo, tu última oportunidad. Midoriko fue mejor que tú y Kagome, ella será mejor que tú. Tan solo eres un intermedio que hay. Las cosas son así, ¿por qué la antigua sacerdotisa murió? ¿por qué tú estás muerta en vida? ¿por qué Kagome aún respira?

—Maldito —Lanzó la flecha y yo con facilidad la cogí con mi mano.

—Deja de gastar tu tiempo —Repetí—. Sabes perfectamente que ya no eres nada en este mundo. Kagome ha tomado tu lugar, tanto en los corazones de las personas como en el poder espiritual.

—Ya veo —Ladeó su cabeza con una comprensión falsa—. Te has enamorado de ella.

No respondí. Después de todo a ella no le importa. Me levante del pozo y le di la espalda a esa mujer para irme con mis acompañantes. Esa mujer me repugna, su olor, su forma de ser, todo. Aparte de Naraku no creo que exista otro ser que sea tan repugnante y odioso como ella. InuYasha es un idiota, aún me sorprende su idiotez.
Desaparecí de su punto de vista y me fui con Jaken y Rin para buscar a Naraku. Regresaría cuando Kagome vuelva.

Kikyo.

Ese maldito. ¿cómo se atrevía? Puede que mi corazón ya no lata y mi cuerpo sea puro barro con huesos. Pero sé que yo puedo dar lo mismo que Kagome, puedo dar mucho más. Volveré a ganarme los corazones de la gente. Si eso implica hasta tener que acabar con la vida de esa mujer, de desaparecerla de aquí. Ella ha arruinado todo, ahora todos la quieren y la buscan.. Yo podría hacer lo mismo.

Yo.. ¿Siento rencor hacia ella? Tal vez.. Porque ella ha llegado y me ha robado todo, también fue capaz de robarme un poco de almas y dejarme casi inmóvil. Con el odio, el rencor y la envidia supongo que uno no llega a nada, pero poco a poco puedo sentir como me desvanezco. Si quiero llevarme un bello recuerdo de este mundo.. Debería hacer algo. Mi alma se vuelve cada vez maligna. Kagome, esa mujer, todo es su culpa.

—¿Hermana Kikyo?— Kaede. ¿Qué hace ella aquí justo en este momento?. Me volteé y la mire.

—Hola, Kaede —La salude con una pequeña sonrisa.

—¿Pasa algo? ¿Qué haces aquí? —Pregunto mientras se acercaba a mi. Negué con la cabeza y le eche una ojeada al pozo—. ¿Quieres ir un momento a la cabaña?

—No, lo siento. Tengo que seguir buscando a Naraku. Nos veremos luego. —La abrace y luego me fui.

Yo.. Deseo lo que no tengo y aborrezco lo que tengo. Así es, ahora que estoy viva.. Deseo cosas nuevas. Pero me estoy desvaneciendo, estoy desapareciendo.. Lo que quiero, lo que deseo, tengo que hacerlo antes.

Antes de que desaparezca por completo.

¿Qué me has hecho, mujer? || Sesshomaru y Kagome.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora