¿Qué me has hecho, mujer? || Sesshomaru y Kagome.

Capítulo 23.

Saliendo de la ilusión, se encontraban los humanos, el híbrido y el demonio, en silencio absoluto. Tenían buen tiempo de estar caminando y aún no encontraban la ilusión que seguía. Todos estaban exhaustos de caminar así que decidieron descansar un rato. —Bah, no llegaremos a ningún lado—. Se quejó el híbrido. Kagome dio un suspiro y Sango también. La verdad es que tenían rato de estar caminando y caminando y no lograban encontrar la próxima ilusión.
Kagome comenzó a temblar, tenía mucho frío pues ahí también era invierno y ella sólo llevaba un pantalón, botas y una blusa de manga corta. Ni siquiera una bufanda.

Sesshomaru la miro de reojo y se lo pensó bien si ir a cubrirla con la estola porque sabia que por la mínima cosa InuYasha armaría alboroto. Kagome se abrazaba por el frío al mismo tiempo que Sango pero a Sesshomaru no le importaba la exterminadora, le importaba Kagome y no dejaría que ella se enfermera por el simple hecho de que el híbrido podría montar una pelea. Se acercó a Kagome mientras que tres pares de ojos lo observaban atentamente. Se quitó la estola. —Toma, te cubrirá del frío. —Le dijo pasándole la peluda y suave cosa que cargaba en su hombro. Kagome lo miró por un momento y luego la acepto con una sonrisa.

—Gracias. —Le dijo mientras se acomodaba en ella. InuYasha gruñó un poco pero se aguantó las ganas de partirle la cara a su hermano—. Sango. —Llamó a su amiga que estaba abrazada al monje—. Ven. —Abrió un campo entre la estola, Sango miró a Sesshomaru y este asintió, luego ella caminó y se acomodó con Kagome.

InuYasha y Miroku se fueron para buscar tal vez algo que les sirva para indicarles que estarían cerca de alguna ilusión, Sesshomaru se quedó con Sango y Kagome para cuidarlas, o bueno, era mas por Kagome que por la otra humana.

—Agh, esto es totalmente ridículo esa maldita anciana nos ha encerrado en esto solo porque quería. ¿A caso no tiene vida esa mujer? —Preguntó InuYasha ya irritado. El monje no respondió aunque sabía que el tenía razón.

Ambos caminaron y caminaron, buscando en cada parte del bosque en el que se encontraban. El híbrido ya no aguantaba más pero por primera vez sabia que colmillo de acero no le serviría para salir ahí, ni siquiera utilizando el Meidou Zangetsuha serviría para salir del lugar en el que estaban. Miroku observaba todo con atención, no había una luz, no había nada que les indicara que podrían estar cerca.. O eso pensaba.

—¡Ahí, InuYasha! —Dijo el monje señalando el pozo por el que suele irse Kagome a su época. Este brillaba, eso era suficiente para que ellos supieran que podían seguir a la siguiente ilusión. Ambos miraron con atención el pozo—. Significa que tendremos que pasar. —Aunque era algo ilógico, ni Sango, ni Miroku y mucho menos Sesshomaru podían cruzar el pozo

—Pero ustedes no pueden. —Le dijo InuYasha frunciendo el ceño. Claramente se dirigía a él, Sango y su hermano. Ambos se cruzaron de brazos, eso realmente era una ilusión así que tal vez siendo una ilusión podrían pasar sin ningún problema.

—InuYasha, trae a los demás, esperaré aquí. Necesito comprobar algo. —Miroku se rascó la barbilla mientras pensaba. InuYasha se fue dejándolo para ir en busca de los demás. —Si no me equivoco, siendo una ilusión todos podríamos pasar y así llegaremos al mundo de la señorita Kagome y veremos su pasado. —Pensó mirando con con los ojos entre cerrados. Era muy extraño.

—Así que podemos pasar el pozo. —Dijo Sesshomaru cruzado de brazos. Miroku negó con la cabeza—. ¿Entonces? Explícate monje.

Miroku se quedo en silencio pensando bien su respuesta. La verdad era que no sabía si eso era posible y necesitaba hacer una prueba, claro, el no se lanzaría por el pozo si no funcionaba como mínimo se rompería una pierna y el no quería eso, lo mejor seria que Sesshomaru se lanzara aunque no estaba seguro de que el si aceptara. —No tendría lógica que InuYasha o la señorita Kagome se lanzaran porque ellos ya podían pasar. Alguno de nosotros que no sean ellos tendría que lanzarse. —Miró a Sango y esta negó suavemente.