Capitulo 39. [Maratón 4/4]

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Me quede de piedra, completamente en blanco. Mire a InuYasha con toda la culpa del mundo, lo había maldecido, lo había tratado mal.. Supongo que una parte de mi sabía que podía ser Naraku aunque luego de tantas peleas y cosas feas que pase con InuYasha no podía estar muy segura. Mi desconfianza por InuYasha ha llegado muy lejos pero él tiene la culpa, nadie le dijo que me dejara plantada por Kikyo. Un resopló salió de mi boca, sentí como le faltaba el oxigeno por un momento y me vi obligada a caer al suelo nuevamente. —¡¿Entonces no fue InuYasha?! —Escuche a Sango decir. ¿Cómo lo sabían? Supongo que lo habían obligado a decir que fue él quien me hizo daño.

¿Qué hiciste, InuYasha?

¡Yo no hice nada! ¿Porque creen que yo lo hice? Yo nunca tocaría a Kagome..

InuYasha..

Deben creerme, muchachos. Sesshomaru ni siquiera está seguro de lo que dice.

Esto es muy confuso, no sabemos en quién creer ahora mi querido amigo.

¡Maldición! Yo ni siquiera me encontraba cerca de aquí cuando eso ocurrió.

Lo sentimos mucho.

—¡Por supuesto que no! Naraku me obligó a disfrazarme de este inepto y herir a esa mocosa —Respondió con una sonrisa. Yo me estrujaba el pecho, no podía respirar.. La vista comenzó a ponérseme borrosa y apenas podía escuchar. Quite la mano de mi pecho y la mire, las heridas se habían abierto de nuevo. Sesshomaru se agachó y se puso a mi lado, me miraba con mucha preocupación—. Gracias a que soy una extensión de Naraku poseo una parte de sus recuerdos,  tuve que hacer la herida igual a la de la otra sacerdotisa.. Así no duraría mucho en este mundo.

—Cállate.

Cuando pude recuperar aire me levante, mire a Byakuya y de la ropa saque la perla. Sus ojos brillaron como un diamante, por supuesto no se la daría a él. Esperaba el momento en el que Naraku llegara pero en cierta forma era peligroso mantenerlos cerca de la aldea. —Sesshomaru, llévame lejos de aquí. —El no dijo nada simplemente lo hizo. Se transformó y me llevo en su lomo, detrás de nosotros venían los demás.. Byakuya también. Para ser una extensión de Naraku es bastante idiota, mi plan es muy obvio de hecho estoy arriesgando demasiado. A lo lejos pude un prado, perfecto para desaparecer a ese maldito y a la perla—. Ahí. —Le susurré en su grande y peluda oreja. Sesshomaru gruñó y comenzó a descender. Podía sentir la presencia de Byakuya muy cerca al igual que la de Naraku, él se estaba acercando y la verdad eso me dio un gran golpe de alivio, podría terminar con esto rápido. ¿Cómo terminaría todo?

A cada rato me hacía preguntas que nadie podía responderme, ¿de verdad este era mi destino? No pude terminar la secundaria, no pude despedirme de mi familia.. Tengo una herida mortal en el hombro y el abdomen, cada vez restándole el tiempo a mi vida, presionándome con hacer las cosas rápido sin siquiera pensarlo, haciéndome sufrir.

Kagome, eres un pájaro encerrado en una jaula.

No podía llorar, me dolía todo, me dolía el cuerpo, me dolía el corazón. Estaba muriendo y de la peor manera, solo me hace falta que me revivan construyéndome un cuerpo de barro y huesos y me toque deambular por las oscuras noches rodeada de serpientes caza almas. Solo me hace falta eso.

Apenas sus patas tocaron el suelo yo me baje de su lomo, camine dejando el rastro de sangre, manchando las hermosas flores blancas de rojo carmesí, nadie se movió de donde estaba parecían captar muy bien lo que yo estaba intentando hacer. Me dejé caer de rodillas al suelo y mantuve la perla en mis manos, Naraku no tardó en aparecer. Estaba flotando en frente mío con esa asquerosa y típica mirada suya, con los tentáculos creciendo en su espalda y con esa sonrisa. Podía ver la Victoria reflejada en sus ojos rojos, podía ver la felicidad que sentía al verme de esta manera, sangrando, desapareciendo.

—Pero qué agradable sorpresa tenerte por aquí, Kagome. —Se mofó—. Aún en ese estado y venir a retarme.. Debo decir que es admirable. Es una lástima que sólo vengas a gastar tu tiempo.

—Si vine aquí, no fue para gastar mi tiempo. —Le dije—. Vine aquí para acabar contigo, vine aquí para cumplir con mi objetivo.

Su sonrisa se esfumó. Saque una flecha del carcaj y puse la perla en el suelo. Solo esperaba que funcionara.

—¿Qué crees que haces? —Magatsuhi apareció a mi lado inmovilizandome. ¡Maldicion!

—¡Magatsuhi! —Sesshomaru cortó en dos al ser con colmillos agrado, aprovechando que estaba distraído. Naraku frunció el ceño. Pude ver cómo los demás se encargaban de Byakuya y hasta de los insectos—. Kagome.. ¿Segura..?

—Solo confía.

El asintió y fue a ayudar a los demás. Naraku me miraba con detenimiento, examinando mis movimientos ¿porque no atacaba? Metí la punta de la flecha en la perla.


—¡La perla! ¿pero qué haces, mocosa? —Los tentáculos de su espalda crecieron. Pude activar un campo de energía rápidamente, me parece sorprendente que pueda manejar mi poder aún estado en este estado—. Te mataré.

Mis manos comenzaron a temblar, sentí un huracán formándose en mi interior. La luz verde que me había rodeado la última vez que vi a Naraku volvió, podía hacerlo. No sabía que era eso peor podía hacerlo. Cogi la flecha que tenía la perla incrustada (aún con la perla) y la coloque en el arco.

La perla no concede tu verdadero deseo, cuando se trata de conquistar el mundo pero estoy segura de que la perla concederá mi deseo tratándose del bien. Pediría mi deseo, lo haría. Los tentáculos de Naraku pueden ser rápidos pero no tanto como la flecha de una sacerdotisa. No tenía tiempo para hablar, entre más rápido, mejor.

Si este es mi destino, si esta era mi misión lo haría. Lo siento, Sesshomaru, lo siento amigos, lo siento mamá, sota.. Abuelo.

—Naraku —Dije— ¡Acabaré contigo!

—¿Que?

La luz se intensificó. La flecha brillo junto la perla, esta comenzó a palpitar, deseando escuchar el deseo salir de mis labios y así lo haría.

—¡Perla de Shikon! Deseo que desaparezcas, ¡Para siempre! —La perla comenzó a quebrarse, mis ojos se abrieron de par en par—, ¡Ve!

Solté la perla sin pensármelo dos veces, Naraku se encerró en un campo de energía pero le fue inútil. La flecha desapareció en mitad del camino y apareció frente a Naraku, se dio una explosión de luz rosa, una luz purificadora que acabó a Naraku en cuestión de segundos junto a mi poder espiritual. —Al fin.. —Pensé.

—¿Ha muerto?

—¿Excelencia?

—Mi agujero negro.. —Me volteé. Sango miraba la mano de Miroku, InuYasha estaba sentado en el suelo mientras miraba el cielo con una sonrisa, Shippo miraba también la mano de Miroku mientras Rin y Jaken brincaban de la felicidad. Sesshomaru me miraba fijamente, me levante y comencé a caminar.

El cuerpo comenzó a pesarme cada vez más, me faltaba el aire. Quería llegar a él y besarlo pero no podía continuar, el camino se me hacía infinito.. Fue entonces cuando no pude continuar y cai al suelo. Me costaba respirar y escuchaba como los latidos de mi corazón comenzaban a cesar, el pulso se volvía lento y la vista se me nublaba, solo podía ver la sangre que se extendía en la nieve.. ¿Aquí acaba todo? No lo sabía.

—¡KAGOME!

¿Qué me has hecho, mujer? || Sesshomaru y Kagome.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora