Tal y como le decía esa voz en mi cabeza, atravesé el pecho de Kagome. InuYasha volteo el rostro en el momento que la sangre salpicó en su rostro mientras que yo no me inmutaba, Colmillo Sagrado atravesó el pecho de Kagome como si nada. La retire en cuanto vi que no sucedía nada. Me sentí idiota por seguir las indicaciones de una voz que resonaba en mi cabeza. —¿Pero qué haces, imbécil? —Me preguntó InuYasha limpiándose la sangre de la cara. No respondí, colmillo sagrado comenzó a brillar captando toda mi atención. El monje dejo a la exterminadora para acercarse con cierta inseguridad.
—Excelencia.. —Murmuró esa mujer. Por más que lo intentara no podía dejar de llorar, podía oler toda la sal que salía de sus ojos.
El monje se detuvo a mi lado y luego se agachó, junto sus manos y comenzó a rezar, ¿Qué hacía? El resplandor de mi espada comenzó a hacerse más intenso, mi vista comenzó a sensibilizarse y tuve que taparme pero no quería dejar de mirarla, quería saber que era lo que ocurría. Aparte mi brazo para mirar lo que hacía, mis ojos se abrieron de par en par en el momento que pude ver cómo salían muchas luces de diversos colores de su cuerpo y eran succionadas por mi espada. —Son almas —Dijo él. ¿Almas? Pero, ¿tantas?
El ogro idiota, recuerda.
—¡Ahhh! Ahí está la sacerdotisa que buscaba. —Dijo mirándola fijamente. Gruñí molesto, nadie podía mirarla si no fuese yo. —También eres muy hermosa.. Oh, es una lástima que tenga que matarte. Oh y que tenemos aquí.. —Dijo mirándome. Sonrió con malicia. —También te mataré a ti, siempre quise probar la carne de un perro demonio.
—No seas tan idiota. —Di un salto y con Bakusaiga logre cortarle un brazo. El sujeto soltó un grito desgarrador, luego fue Kagome la que dio el golpe final con su flecha haciéndolo desaparecer. Pude ver un montón de luces de diversos colores, supuse que eso eran los poderes de cada sacerdotisa que tuvo que matar, todas esas luces se volvieron una y se dirigieron a Kagome, golpearon su pecho, ella no reaccionaba solo tenía los ojos muy abiertos por el impacto. ¿Qué está pasándole? Ni siquiera puedo acercarme es mucho poder espiritual y puedo ser purificado.
Una vez las luces desaparecieron Kagome cayó al suelo inconsciente, me acerqué rápidamente y me la lleve en brazos, ¿Qué había sido eso? Pareciera como si todo ese poder se haya metido en su cuerpo.
—Es muy extraño —Las luces desaparecieron, el monje se apartó y mi espada también dejó de brillar.
Kagome renacerá..
La espada vibró cuando escuche esas palabras que el viento se llevó en segundos.
—Las almas de todas aquellas sacerdotisas..
Recuerda que todo sucede por algo.
—He logrado sacar todas esas almas pero la de Kagome no —El monje frunció el ceño—. Creo que ya no hay nada que hacer, será mejor llevarla a la aldea.
InuYasha se levantó aún sosteniendo a Kagome, antes de dar un paso más me entregó su cuerpo y se fue dirigiéndome una mirada llena de odio. Eso de que ella renacerá no me convence en nada, en cuanto será eso ¿otros 50 años? ¿100?. Esos años a mí se me pasan como minutos pero al esperar algo que deseo de verdad, será infinito.
La mire. Maldecí mil y un veces que ella me haya dicho que confiara en ella, debí no hacerlo y probablemente ahora ella estaría conmigo, ahora ella estaría regalándome una de sus hermosas sonrisas o sonrojándose. Deje la espada en el suelo y me puse de rodillas, abrazando el frío cuerpo de mi mujer. Yako comenzó a revolverse en mi interior, gruñendo y ladrando de impotencia y de dolor, ladrando de odio y furia.
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¿Qué me has hecho, mujer? || Sesshomaru y Kagome.
FanficDespués de aquel encuentro con Inuyasha en la tumba de su padre, y esa muchacha extraña que suele acompañarlo.. Sesshomaru comenzó a sentirse extraño y Kagome también. ➡️Los personajes pertenecen a Rumiko, la historia es mía. ➡️La imagen de la port...