[43] Junto a ti.

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AMALIA.

El calor era asfixiante entre ambos. La pasión estaba recorriéndonos por completo y el deseo flotaba en el aire de manera casi palpable. Por fin, después de todo lo que habíamos pasado, podíamos estar juntos de nuevo.

A pesar de que tenía los ojos completamente cerrados, no podía dejar de llorar. Todavía había una parte de mí que estaba confusa, preocupada de que todo esto fuera un sueño, pues era demasiado irreal que esto estuviese ocurriendo.

  –No lo es –me susurró Jake contra los labios leyendo mis pensamientos, mientras hundía sus manos en el pelo de mi nuca. Sus lobunos ojos brillaban con el reflejo del sol que se colaba por la ventana, y parecían todavía más increíbles de lo que eran–. Estás aquí, nena. Lo conseguiste.

Una pequeña sonrisa surcó mis labios, y al instante Jake copió mi gesto. Sin embargo, él era tan arrebatador que casi sentí como me atrapaba al instante.  

  –Lo conseguimos... Lo conseguimos –repetía una y otra vez esa oración sin poder creérmelo del todo. Una pequeña carcajada de incredulidad salió de mi garganta– ¡Lo conseguimos, Jake!

Él se echó a reír y asintió mientras me miraba fijamente. Sin embargo, no estuve preparada para lo que ocurrió después.

Con un grito atascado en mi garganta por la sorpresa, abrí los ojos como platos cuando me fijé la enorme rapidez con la que Jake había intercambiado nuestras posiciones: ahora, yo estaba bajo él, atrapada contra el mullido colchón y con él sobre mí. Las ganas de reír desaparecieron al ver el brillo lobuno de sus ojos. Tragué saliva con nerviosismo.

No pude decir nada más mientras él se quitaba la camiseta. El hambre me golpeó de lleno cuando pude ver con mayor claridad su cuello. Me relamí los labios a la vez que mis colmillos se alargaban sin darme cuenta.

Apreté con fuerza la tela de las sábanas, cuando sentí sus manos abriendo los botones de mi camisa. Escuchaba los latidos acelerados de nuestros corazones en medio del silencio de la habitación y nuestras respiraciones parecían aumentar con cada botón que desabrochaba. La tensión pareció reventar en el momento en el que la camiseta se abrió por completo  para demostrar mi piel desnuda y de su pecho brotó un profundo gruñido; sus ojos brillaban con deseo y mi garganta ardía con ganas de alimentarme de él.

  –Jake.

Y con el simple hecho de nombrarle, sucumbió. 

Me mordí el labio para intentar detener un gemido cuando sentí su boca sobre mi cuello, lamiendo el mismo lugar donde me había mordido en nuestra Unión. Cerré los ojos con fuerza y lo abracé, acercándolo a mí y acariciando su espalda para evitar que se alejara, a pesar de que él jamás lo haría.

–Amalia –mi nombre salía de sus labios una y otra vez, entre cada beso y cada caricia que su boca le prodigaba a mi cuello y a mi cuerpo.

Apreté con fuerza sus hombros, clavándole las uñas sin poder evitarlo, cuando sentí como sus dientes raspaban mi piel pero sin llegar a marcarme de nuevo. Gemí necesitada y me arqueé, pidiéndole sin necesidad de palabras de que lo hiciera de una vez. El haber estado a punto de perder su marca, me daban ganas de llorar... ¡Necesitaba volver a tenerla ya!

Una carcajada temblorosa salió de su garganta, pero el temblor de su cuerpo me hacía saber que lo necesitaba tanto como yo. 

Sin embargo, cuando lo hizo, la intensidad fue todavía mayor. Grité por la sorpresa y el deseo que explotó en mí cuando sus dientes se clavaron con profundidad en mi cuello y tiraban de mi sensibilizada piel. Las lágrimas se escaparon de mis ojos y no pude evitar temblar una y otra vez mientras él lamía y cuidaba de la herida, produciendo que mi cuerpo llorase de placer. 

UN SUEÑO IRREAL. || LB#2 ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora