Capítulo 32

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Como si el día sintiera nuestro estado de ánimo el cielo se opaca, se satura de nubes grises y comienza a llover.

Corremos hasta el auto de Harry y entramos tan deprisa como nos es posible.

Harry enciende la calefacción del auto en cuanto comienza a helar, me recuesto en el asiento y a través de la ventana veo la lluvia caer enojada sobre la ciudad.

Ninguno de los dos ha dicho una sola palabra desde que la doctora nos entregó el diagnóstico, y en realidad creo que es lo mejor para ambos.

No sé cómo sentirme respecto a la noticia de que no voy a tener un bebé, por un lado me siento tranquila, pero por otro, que es notablemente de mayor relevancia, me siento desilusionada. Ya me estaba haciendo a la idea de tener un bebé con Harry, de ver sus ojos verdes y un hoyuelo en su mejilla.

Suspiro con desánimo y volteo para ver a Harry. Su rostro es neutro, pero en sus ojos -aunque no los veo directamente- percibo un toque de malestar. Creo que es hora de hablar.

Busco las palabras adecuadas para iniciar la conversación pero no llega nada a mi mente. Pongo mi mano sobre la suya -que está descansando sobre su pierna- y la acaricio. Voltea a verme por unos segundos y medio sonríe, luego vuelve a su postura anterior.

—Tal vez...— vacilo sin saber qué estoy diciendo. —es lo mejor, ¿no crees?— digo tímida. 

—¿El qué?

—Que yo no esté... embarazada.

—Ah— susurra. Parece pensativo y lo dejo estar. Minutos más tarde vuelve a tomar palabra: —Creo que... la vida se encarga de que las cosas pasen por alguna razón, solo tenemos que descifrar cuál es.

—Si..., eso creo— asiento.

—Lo siento si crees que estoy enojado o algo así, solo estaba pensado— suspira —Me estaba haciendo a la idea de un bebé.

—No tienes que disculparte, me siento igual, puedo entenderlo—le aseguro y acaricio su mano.

...

—Sigue— susurro para Harry quien sigue de pié en la puerta del ascensor. El viaje fue rápido y lo pasamos en silencio.

Harry entra y se sienta en el sofá mientras cuelgo las llaves en un pequeño gancho de la pared. Camino hasta la cocina y me sirvo un vaso con agua. —¿Quieres algo de beber?— pregunto con la fuerza necesaria para que me escuche.

—No, gracias— responde.

Son casi las nueve de la mañana, Luke aún no se ha despertado y yo tengo sueño, además no tengo ánimos de nada en este momento.

Me quedo de pié bajo el marco de la cocina viendo a Harry en el sofá, no me gusta verlo desanimado, no se siente nada bien. Me bebo rápido el agua y dejo el vaso sobre el mesón para luego caminar hacia Harry.

—Vamos a ver televisión en mi habitación— ofrezco extendiendo mi mano para que la tome. Me mira por unos segundos y luego la toma, se pone de pié y camina detrás de mí.

En el pasillo la puerta de la habitación en la que mi hermano duerme está cerrada, lo que confirma que aún está dormido. Entramos a la mía y caminamos hasta la cama.

Harry se sienta en el borde y luce totalmente ausente. Me meto entre sus piernas y hago que levante la cara para verme. Pongo mi mano izquierda sobre su hombro y mi mano derecha en su mentón.

—No estés así— le pido en voz baja.

—Lo siento— susurra tomando mi cintura.

—Habrá mucho tiempo para que tengamos un bebé, o dos...o veinte— sonrío y logro robarle una sonrisa.

Only You 2 ¿De qué estamos hechos? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora