Capítulo 12

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Un extraño vacío recorre mi cuerpo al momento en el que comienzo a despertar. Sin abrir los ojos me estiro por la cama buscando el cuerpo de Harry, pero no está. Abro los ojos de golpe y efectivamente la cama está vacía, solo estoy yo, confundida y con la cabeza dándome mil vueltas.

-¿Harry?- pregunto con voz suave.

Al no escuchar una respuesta comienzo a preguntarme si en realidad Harry estaba conmigo o fue un sueño. No, no pudo ser un sueño. Me pongo de pie y busco mi bata para envolver mi cuerpo desnudo. Camino por el pasillo hasta la cocina y luego hasta la sala. Me siento en el sofá sintiéndome extrañamente perdida. No me gusta esa sensación.

-¿Harry?- llamo de nuevo y el eco de mi voz en el apartamento vacío me dice que se ha ido. O que nunca estuvo aquí.

¿Por qué demonios estoy comenzando a creer que soñé todo?, la cita, los besos, el abrazo, nuestros cuerpos juntos... No, carajo, no puedo estar tan loca. De pronto, un vacío comienza a abrirse paso en la mitad de mi pecho, pero se va tan rápido como vino.

-Traje la cena.

Inspiro aliviada al momento en que Harry sale del ascensor con una caja de comida en las manos y su hermosa sonrisa.

-Gracias.- mi voz tiembla para sorpresa de ambos y Harry ladea la cabeza confundido.

-¿Tienes algo, amor?- pregunta con voz suave. Deja la caja en el mesón de la cocina y camina con cautela hasta mí. Se sienta justo en frente y me mira.

-Pensé..- me quedo callada a mitad de frase y bajo la mirada. No puedo decirle eso, es ridículo.

-¿Qué pensaste?- parece... ¿Nervioso?

-Yo... no lo sé.- digo frunciendo el ceño ante mi estupidez.

-¿Es sobre nosotros?, te arrepientes de haber..

-No, no.- digo negando con la cabeza e interrumpiéndolo. –No es eso, solo... pensé que me habías dejado, o que nunca habías estado aquí.- admito avergonzada.

-¿Qué?- parece confundido.

-No me prestes atención, estoy loca.- digo con la voz ahora firme y Harry reprime una sonrisa.

Me tomo unos minutos para mirarlo, lleva un gorro gris de tela, la punta de su nariz está rosada y sus labios son más rojos de lo normal. Algunos risos de su cabello se escapan por los lados del gorro y se ve adorable.

-¿Por qué me miras así?, me estás intimidando.- sonríe nervioso.

-Por nada, solo pensaba en que hace frio afuera.

-Ah.- sonríe.

-Gracias por traer la cena.- le sonrío de vuelta y me inclino para besar la punta de su nariz.

-De... nada.- susurra con los ojos cerrados.

-¡Estoy muerta de hambre!- digo poniéndome de pie y caminando hasta la cocina. Lo escucho seguirme.

-Yo también.

Después de comer hamburguesa, papas a la francesa y gaseosa me siento culpable por tanta comida chatarra, eso no es bueno para la salud, y menos teniendo en cuenta que no hago una pizca de ejercicio.

-Gracias, estaba delicioso.- le sonrío y beso su mejilla al tiempo que me levanto y llevo los platos sucios hasta la cocina. Decidimos comer en mi habitación porque el frio de la sala no es muy cómodo que digamos.

-Hace mucho no dormía tan bien.- dice con timidez cuando vuelvo a la habitación. Su confesión hace que mi corazón se contraiga y le sonrío con delicadeza. Me acuesto a su lado y me envuelve con sus brazos.

Only You 2 ¿De qué estamos hechos? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora