Only You 2 ¿De qué estamos hechos?

Capítulo 45

31 DE DICIEMBRE

El despertador comienza a sonar y gruño con pereza.; hace tiempo no dormía tan plácidamente. Ordeno mi cama y me quedo en pijama ya que en la tarde debo prepararme para la despedida de fin de año en casa de Niall. 

Tarareo una canción al tiempo que preparo el desayuno y me doy cuenta que hace tiempo no uso el mini-componente para escuchar música, me aventuro y conecto mi celular dejando reproducir mi playlist en spotify. Luego de desayunar comienzo a rodar por el apartamento mientras bailo, canto y ordeno lo poco que debo ordenar; me encanta sentir la alegría corriendo por mis venas, me hace sentir con fuerzas y productividad.

A eso de las cuatro de la tarde hablo con mi madre, intercambiamos unos saludos y le prometo llamarla en la noche para desearle feliz año; aparte de ello debo ponerme una nota de recordatorio sobre inscribir mis clases para el nuevo semestre, además de ordenar mi tiempo para trabajar como la editora de la revista. Eso es algo que me alegra, siempre he querido escribir y trabajar en una editorial, por lo que esta oportunidad me cae de perlas.

— ¿Hola?

— Hola, Niall, ¿cómo estás? —pregunto al tiempo que me siento sobre mi cama. Debo pintarme las uñas de los pies.

— Muy bien, me alegra escucharte. Dime que no llamas a cancelar —Bromea y suelto una risita.

— Me has pillado —suspiro sonriendo.

— No, nada de eso, señorita. No me obligues a ir a buscarte.

— Ya, ya, sólo bromeo. Quería saber cuál es la dirección

— Te la envío en un mensaje, si te la digo seguro la olvidas o pierdes el papel en el que la escribiste —me pincha.

— Calla. Te veo luego —sonrío.

— Hasta la noche.

Sonrío y corto la llamada para continuar con mi labor estética. Un color pastel, no muy llamativo, no muy aburrido y el dibujo de un prospecto de flor que resulta siendo peor de lo que creía; me reuso a borrarla, ese será el recordatorio de que debo aprender a hacerme las uñas.

Después de esperar a que se sequen, noto que no han quedado tan mal como parecía; desde luego no son las mejores, pero no puedes esperar tal cosas de alguien que lo máximo que había hecho era aprender a no salirse tanto de los bordes.

El agua caliente me relaja y la disfruto mucho, una vibra positiva me renueva al pensar en que puedo dejar todo atrás y comenzar el año llena de alegría, después de todo tengo un montón increíble de motivos para ser feliz: tengo una familia que me ama, amigos increíbles que han estado ahí para mí, mi nueva beca, el puesto como editora..., en fin ¿Por qué amargarme por un problema? Me duele y dolerá esta noche, pero ya no tengo fuerza para seguir sufriendo.

—¿ Risos o liso? —me debato frente al espejo. Casi siempre llevo el cabello liso, así que hoy no hará daño un pequeño cambio. La pinza comienza a darle forma a mi oscuro y ya largo amigo y al final el resultado me agrada muchísimo.

Me maquillo con apenas las pestañas risadas y las mejillas con color, cubro las ojeras con un poco de base y la cello con polvo para no parecer un pastel a mitad de la noche. Me veo bastante natural pero casi sin imperfecciones, me gusta mucho verme así, debería hacer este look más seguido.

El vestido blanco me entra perfecto, lo usaré considerando que no es tan corto, llega unos pocos centímetros por encima de la rodilla, y además la tela es gruesa y calentita. El cuello alto me proporciona más seguridad y los hombros descubiertos le quitan formalidad. Es un vestido ajustado de lo que yo creo es lana pero más gruesa, es muy casual pero va genial con la situación, me encanta como se ve con las bailarinas que llevo.
Al ver mi reflejo noto que cabello largo suelto no va con cuello alto, será mejor que me lo recoja en un moño despreocupado.