Capítulo 1: El gran mundo

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Capítulo 1:El gran mundo

“Gea es el nombre del mundo donde habitamos.
El reino Selki pasó a ser el reino de Someland, tomando el nombre de su capital. La ciudad esta gobernada por el rey Stefan y se encuentra rodeada de otros pequeños pueblos y ciudades, algunas formadas por extranjeros que venían en busca de un futuro mejor. Aunque cada vez eran más quienes escogian la vida en la capital, en la antigüedad muchos decidieron abandonarla, aunque muchos otros vinieron a ella. Para ser claros, las mentes sabias la abandonaron, mientras que hombres sin escrúpulos decidieron venir en busca de una oportunidad.
Así los Selki olvidaron sus principios y la ciudad había dejado paso a numerosas tabernas, burdeles y casas de apuestas, haciendo caer en la decadencia incluso hasta la mente más pura. Además, cada vez eran más las diferencias sociales: los nobles y el resto de la aristocracia, junto a los poderosos mercaderes, vivían en la parte alta de la ciudad, mientras que la plebe vivía en los suburbios, en la parte sur de Someland. Para más inri, hacia años que las dos partes de la ciudad se encontraban divididas por una enorme muralla, pagada por los nobles hacía años y protegida por los Caparoja. Como la nobleza quería evitar que la simple plebe aprendiera los principios básicos de la magia, fundaron las escuelas en la parte alta de la ciudad, sólo accesible a los ricos o gente perteneciente a la nobleza.
Por suerte el consejo de Sabios construyó la Academia a las afueras de la ciudad, lejos del contaminado sistema del reino, alegando que si alguien tenía la sed de conocimiento suficiente debía poder ser  instruido, sin importar la raza o la cantidad de dinero que sonara en su bolsillo. Aunque eso también había cambiado, y ahora primaba el dinero por encima de la sabiduría.

Por ese motivo los nobles lograron su objetivo y la plebe quedó alejada de la magia.  Difícilmente podían ingresar en las escuelas básicas, y eso dificultaba su ingreso en la Academia, por lo que la gente de los suburbios y los pequeños pueblos vivían con miedo hacía la magia a causa de su ignorancia respecto a ella.
La Academia era él único lugar del mundo donde se enseñaban de forma controlada las artes arcanas de nivel superior, y por eso llegaban personas de cada rincón de los Seis reinos.
Llegaba gente venida del oeste, los llamados Eorian, que provenían del reino de Lotz. El reino estaba gobernada por el rey Saeris, un rey tranquilo e inteligente que residía en la capital portuaria de Merians. Lugar pacífico y lleno de riquezas, en sus costas se mezclaban los tranquilos y pobres pescadores con los hombres más ricos del reino. Lotz era un reino cambiante, y cada una de sus ciudades y puertos era un mundo completamente distinto. Un dicho popular aseguraba que recorrer cada taberna de Lotz era una experiencia más enriquecedora que ver el mundo con tus propios ojos, puesto que hay hechos en la vida de un hombre que nunca más repiten, y otros tantos que son mejor no vivir.
Al este se encontraban los espadachínes de los verdes bosques, los Varion. Eran reservados y misteriosos, y no había ninguna gran ciudad conocida. En principio no estaban gobernados por nadie, pero frecuentemente seguían el consejo del mejor de sus luchadores. Pese a su desinterés por la magia, eran reputados luchadores y vivían por y para la lucha. Se decía que un Varion sabía cuantos hombres mataría a lo largo de su vida desde el mismo día en que tomaba una espada. Su condición de luchadores se forjó hacía siglos, en el momento en el que tanto Selki como Khayam intentaron invadir sus tierras, pero estos lucharon ferozmente, ganando todas las batallas comandados por Jaycee Sinsombra. Dado que para ellos era un honor matar y morir en la batalla, era tradición vestir una especie de larga chaqueta blanca, que permitía resaltar la sangre enemiga derramada y  mostraba la debilidad al enseñar la propia sangre de las heridas recibidas.
Luego estaba la gente de los desiertos del sur, antiguo lugar de los Khayam y lugar de origen de los Monardos.  Gracias a un antiguo comerciante y mago Selki llamado Sora Laedor, los Monardos consiguieron progresar y construir la gran ciudad de Yándor. Sora y el antiguo rey Monardo Hardo'Shen abrieron varias rutas de comercio entre Monardos y el resto de Gea, y gracias a su comercio de minerales y telas preciosas con los demás reinos pudieron progresar hasta convertirse en la cuna del oro. Oro que gastaban en víveres, artefactos mágicos para trabajar sus tierras y hombres para proteger sus ciudades. El desierto siempre sería un lugar peligroso, pero nunca sería superior al orgullo de su gente.

Crónicas del aprendiz de Mago: El temor del hechicero oscuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora