“Kamahl era uno de los demonios encargado de hacer pagar a aquellos de corazón impuro. Para entender esto tienes que saber algo, y es que no hay nada más allá de la muerte.
Cuándo los habitantes de este mundo muren, su energía es devuelta de inmediato al planeta, que la transforma en otra forma física. La energía de un humano puede convertirse en una planta o en un animal, por ejemplo, y entonces el antiguo humano propietario de esa energía desaparece por completo. Incluso su forma física, ya desprovista de vida, acaba siendo consumida por Gea.
Los ángeles y demonios solo nos encargábamos de premiar o castigar el comportamiento en la vida de los humanos. Así pues, un hombre que hubiera vivido sin odio ni maldad se vería recompensado espasmódicamente con buena fortuna, dinero o con deseos secretos y ocultos cumplidos. Por contra, un hombre malvado vería como todos sus actos acababan pagando factura en su contra, finalizando su vida de forma penosa y agónica.
Pero entre los humanos había tanta maldad que solo los demonios trabajaban, y los ángeles no hacíamos más que llorar por vuestro débil pero orgulloso espíritu. Si premiábamos al vecino bondadoso con oro y fortuna, de inmediato su vecino lo mataba por envidia, y al obtener él ese premio inmerecido el vecino del segundo vecino mataba al primer asesino, creando así un ciclo sin fin. Eso no sería un gran problema si solo hubiera ocurrido en pequeños pueblos o en lugares alejados, pero así es como la mayoría de reyes llegaban a gobernar a sus pueblos, alcanzando el trono con sangre derramada y mentiras a sus espaldas, formando cadenas interminables manchadas de sangre y maldad.
Los demonios castigaban con dureza a esos hombres para hacerles aprender, pero no había forma de llevaros por el buen camino. Los dioses os entregaron su propia energía para veros crecer, evolucionar y coexistir, y sin embargo fuisteis egoístas y vanidosos desde el mismo día de vuestra creación. Los dioses creyeron que merecías un último castigo antes de abandonaros a vuestra suerte… pero vosotros mismos os estabais autodestruyendo, y finalmente dictaminaron que no podía haber mayor castigo que ese. Cuando los dioses y su séquito decidieron abandonar vuestro planeta, Kamahl se quedó. Él decidió bajar al mundo e intentar cambiar las cosas por su cuenta, algo que iba totalmente en contra de su naturaleza. Gea estaba en sus límites, y su última deidad acudió en su ayuda.
Kamahl descendió envuelto en llamas, creando con la colisión el Valle del Despertar. Como criatura divina que era, esperaba que el miedo de los humanos hiciera que se postraran ante él y obedecieran sus órdenes de inmediato. Si bien al decidir bajar a Gea había perdido gran parte de su poder, su forma humana era imponente para vuestro promedio. Kamahl adoptó la forma de un hombre más alto y musculado que el resto, con una larga melena blanca y ojos blancos y vacíos que le permitían ver el espíritu de los humanos a través de sus cuerpos. Armado con una armadura de placas de color rojo y una enorme espada bastarda con hoja de sierra negra colgada en su espalda, Kamahl recorrió sin descanso cada uno de los reinos humanos, aniquilando a todo hombre o mujer que albergara maldad en su corazón.
Kamahl exterminó pueblos y ciudades enteras, pero entregó su perdón a los pocos hombres de buena fe. Los hombres vivos que dejó a sus espaldas volvieron al buen camino, pero los otros humanos le temían, creyendo que era su enemigo; el Heraldo del Día Final. La ignorancia tiene perdón, pero los pocos que sabían de su naturaleza le temían aún más, pues sabían que tarde o temprano serían juzgados, y ejecutados. Así pues, hombres de corazón puro fueron engañados por esos hombres malvados, y juntos armaron los ejércitos más poderosos de Gea jamás vistos. Todos querían acabar con Kamahl. Algunos sólo querían matarlo para que el demonio dejara de ejecutar a sus amigos y compañeros, pero la mayoría solo quería acabar con él para protegerse a sí mismos de sus propios pecados.
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Crónicas del aprendiz de Mago: El temor del hechicero oscuro
FantasiBalwind es un joven y astuto aprendiz de mago que deberá enfrentar junto a sus amigos a extraños y misterios poderes mágicos mientras lucha contra otros terribles enemigos: los Khayam, el resto de la humanidad y él mismo.