Capítulo 40: Revelaciones

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-¡Kachess!
El pequeño mago se incorporó con dificultad y vomitó a un lado. Aun así Nime lo abrazó, e incluso Nolan se acercó con alegría y le revolvió el pelo mientras lo estrechaba con el otro brazo.
 -Me encuentro fatal- fueron sus primeras palabras mientras se limpiaba los labios con la manga derecha de esa túnica. El pobre estaba tan fuera de lugar que ni siquiera se dio cuenta de los dos cadáveres que había bajo sus pies.
 -Es normal-respondió Reks con una sonrisa- . Tu cuerpo debe acostumbrarse a esa nueva energía. Pero no te preocupes, en unas horas te encontraras como nunca-aseguró.
Kachess no entendió absolutamente nada, pero no puso objeción. Mientras mis amigos le abrazaban y zarandeaban para asegurarse de que todo estaba ocurriendo de verdad, pero yo no pude acercarme a él. Por algún motivo que desconocía, no me atreví.

 -Veo que al final todo a salido bien-sonrió Eldric.
 -Ahora solo queda Dyson-dijo Reks con alegría. Sentí un peso caer en mi estómago agravado por la fría mirada de Knox, esperando la respuesta.
 -Dyson...No pudimos salvarlo-contesté con todo el aplomo que pude reunir-. Jhorie nos arrebató el cuerpo antes de salir del pantano.
 -Eso nos traerá graves problemas-aseguró Reks con dureza-. Jhorie puede ser un gran escollo en nuestra misión… Sobre todo si tiene más ordenes de Kaelin.
 -¿ Kaelin?-preguntó Knox frunciendo el ceño.
 -Esa es la gran traba de la que te hablaba antes-suspiró Reks-. Kaelin es un ángel.

Knox palideció. Su rostro era una máscara pétrea, pero su mirada delató su sorpresa.

 -Estas de broma-dijo Eldric con una sonrisa-. ¿Un ángel? Ni siquiera un Leridian creería eso.

 -Supongo que de no haberme enfrentado a él con mis propias manos tampoco lo creería-caviló Reks-. Balwind estaba conmigo, y también Balmer. Por cierto, ¿qué ha pasado con él?-me preguntó.

 -El Safka apareció mientras estabas inconsciente. Cogió su cuerpo y desapareció-expliqué, ocultando que yo no había hecho absolutamente nada para evitarlo.

 -Eldric-llamó Knox a Garza en voz alta-. Acompaña a Nime, Nolan y Kachess a los baños y despierta a los cocineros. Que se relajen y coman lo que quieran. Hoy dormiréis todos aquí.

 -Eso está hecho-aseguró Eldric. El joven mago estaba tan cansado cómo nosotros, aunque lo ocultaba mejor-. Intentaré que sea Cassy quién nos prepare la comida. ¡No tiene rival!

En otro momento mis amigos se habrían rebelado, pero estaban tan cansados que siguieron al mago fuera de la sala sin ni siquiera despedirse de mí.

-Cuéntame todo lo que habéis pasado –me pidió Knox en cuanto nos quedamos solos junto a Reks, Madeos y los dos cadáveres del suelo-. Quiero saber hasta el más mínimo detalle.

Cansado y hambriento como estaba, Knox me estaba pidiendo un esfuerzo sobrehumano. Aun así me concentré e intenté explicar nuestra historia sin obviar detalles. Reks conocía gran parte de esa historia, pero también me escuchó con mucha atención.
Pero dudé al llegar a Kaelin. Sabía que Knox confiaba ciegamente en Owen, ¿pero conocía su verdadera naturaleza? Mi instinto me decía que no, y por tanto omití la historia que Kaelin me contó sobre Kamahl.
 -¿Cómo es posible que no lo haya visto?-se enfurismó Knox consigo mismo.
 -Kaelin era un ser divino-respondió Reks, encogiéndose de hombros-. Él está más allá de tu don.

 -Si eso es cierto, yo ya no tengo ninguna utilidad-dijo abatido el Capanegra.

 -Asumiré que no acabas de despreciar mi vuelta a la vida-sonrió Reks.

 -Hay que ir a buscar el cuerpo de Kaelin. Tenemos que interrogarle-dijo Knox sin ánimo para bromas.

 -Creo que es demasiado tarde –torció el mago-. Jhorie estaba enamorada de él…o lo que sea que llene de locura la cabeza de esa mujer. Es muy probable que ya este de camino a Sulena para pedir ayuda a Garïn.

Crónicas del aprendiz de Mago: El temor del hechicero oscuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora