Johan recibió el abrazo de nuestros amigos en silencio, escuchó las palabras de ánimo en silencio y nos sentamos alrededor de la única mesa que había en mi casa, dispuestos a charlar sobre nuestra aventura de camino a Dorh.
Johan explicó que había venido a verme, tal como le dije a Sonia que le avisara, pero al encontrarse con mi padre a solas le vino a la mente el recuerdo de Ymir y le explicó todo lo ocurrido. Ahora que estábamos todos juntos y algo más animados cada uno expuso su teoría sobre todo lo ocurrido.
Nadie dudaba de que el Khayam que habíamos visto era un discípulo de Garïn, y que Will había sido renacido mediante la nigromancia, pero, ¿qué hacía un Khayam ahí?
Al poco de que los Khayam y Garïn se fueran al norte los sabios de Someland ordenaron levantar un gran muro en la frontera entre las montañas y el reino Selki. Una vez establecido el muro allí nació la ciudad militar de Belhaven, habitada por los magos y soldados que se ocupaban de la vigilancia del muro. Grandes hombres habían muerto y legendarias batallas habían tenido lugar allí, pero el numeroso ejército junto con el poder de los magos Selki siempre había sido suficiente para detener a los Khayam. ¿Tal vez eso había cambiado?
Además, la presencia de aquel Capanegra en una mugrosa celda escuchando la historia de, en teoría, dos simples ladrones de un caballo no tenía ninguna lógica.
-¿Y dices que consiguió luchar de tu a tu contra el Khayam? -preguntó Kachess – ¿Estas seguro?
-Ya te he dicho como mil veces que sí -suspiró Johan- Nunca olvidaré a ese mago. Gracias a él, el esfuerzo de mi padre sirvió de algo.
-¿Acaso sabes algo, Kachess? -pregunto Kurt.
-Bueno...he estado pensado...
-Vamos, suéltalo ya-espetó Nime
-Esta bien. Al parecer cuando Shakur fue expulsado de los antiguos reinos aparecieron un grupo de magos que luchaban por la paz de los Seis Reinos. No actuaban bajo ningún nombre, no se reunían en ningún un punto y no tenían ningún símbolo en particular, aunque al final fueron conocido bajo el nombre popular de la Hermandad. A pesar de todas estas particularidades todos se conocían y se respetaban entre ellos, y más de una vez esos extraños magos fueron artífices de victorias ante los Khayam y los magos de Shakur, como en la batalla de Maet.
-Nunca he oído a hablar de esa batalla-confesé.
-Porque ocurrió en los campos Lanson, y en Someland nos creemos el ombligo del mundo-contestó Kachess con dissidia.-Maet era uno de los pocos clanes Eorian que habitaba en Lanson. Ellos querían instalarse en los acantilados del lado este y crear un camino en ellos para construir un puerto y iniciar una nueva ruta de comercio y así hacerse ricos, o mejor dicho, más de o que ya eran. Pero un antiguo clan Lanson ya se encontraba allí. Como no querían irse los ricos comerciantes Eorian contrataron varios piratas de Shakur para hacerse con el control de los acantilados. Lo consiguieron sin apenas despeinarse debido a que entre ellos había un pequeño grupo de magos Azheri que querían reconquistar Lanson en general y Kris en concreto. Sahín el Piromante intentó reunir a un par de clanes para afrontarlos, pero las viejas rencillas y el odio entre ellos hizo imposible unir tal fuerza de ataque. Cuando ya parecía que el acantilado iba a ser para los Azheri apareció la Hermandad, que tras una larguísima lucha lanzó a los magos de Shakur de nuevo al mar. Esto se sabe porque el propio Sahín luchó junto a ellos al saber que los hombres de la Hermandad estaban dispuestos a enfrentarse a esos terribles magos.
-¿Y como sabes todo eso?-pregunté.
-Owen me dejó un libro sobre la historia de Gea. Hay cosas muy interesantes, pero muchas otras se entremezclan con leyendas e historias y no se sabe muy bien cuál es su nivel de credibilidad.
-Interesante -reflexionó Nolan-. Si aún existen me gustaria poder unirme a ellos.
-Ni tan siquiera se sabe si existen -dijo Johan- Además, si aquel mago fuera uno de esos de la Hermandad debería haber matado a aquel Khayam en un segundo, no?
-El hecho de sobrevivir ya es relevante. Aunque a decir verdad, no se conoce mucho sobre los Khayam como para saber cuál es su poder real.
-Esta bien, eso no importa ahora -dijo Kurt- Olvidaros de todo lo ocurrido, no tiene arreglo. Johan, puedes contar con nosotros para todo lo que necesites. Puedes instalarte unos días aquí si quieres.
-Gracias Kurt, pero estaré bien. Se donde Ymir tiene guardados los ahorros de la Academia y otros pequeños ahorros que hizo.
-El dinero no quita el hambre -dijo Kurt- ¿Sabes cocinar?
-Puedo aprender.
-Eso no importa, nosotros cuidaremos de ti -afirmó Nime- ¿Verdad chicos?
Todos afirmamos con la cabeza. Johan abrió la boca, dispuesto a protestar, pero sabía que tenía las perder.
-Esta bien, pero solo unos días.
-Unos días, está bien -dijo Nime con una enorme sonrisa.
Finalmente nos quedamos hasta verano, justo semanas antes para el examen de admisión de la Academia.
Las semana sucedían lentamente. El invierno había dejado paso a una de momento pálida primavera. Las pruebas de admisión de verano se acercaban, por lo que las clases con Owen aumentaron hasta el punto de dejarnos solo diez horas libres con el fin de poder dormir y comer. Johan, recuperado su estado de ánimo gracias a nuestros cuidados y su increíble capacidad para seguir adelante como si nada, había vuelto a sus andanzas por el prostíbulo de Sonia, por lo que cada vez era más frecuente que yo pasara largas noches hablando con Sonia. Ella no dejaba de insinuarme cosas, como la cantidad de habitaciones vacías que había, o lo bien que le iría sentir el dulce calor de otro cuerpo en estas noches tan frías. Yo hacía mi papel de joven inocente y evadía sus insinuaciones, aunque cada vez me lo dejaba más difícil.
Y a pesar de que todo iba bien, había algo que me preocupaba.
La espada de mitrilo colgaba ahora en la pared de casa, orgullosa. Estaba preocupado por si el Monardo que la había encargado quería recuperar lo que era suyo. Padre hacía ver que no le importaba, y que ahora la espada era nuestra, pero se le notaba nervioso sobre el tema, y muchas veces se quedaba quieto mirando la espada, pensativo.
Aún con todo, habían más cosas por las que preocuparse. Con la llegada de la primavera y su extraño tiempo, el barro de los suelos había dejado paso al polvo y a la arena, y los días de mayor calor hacía aumentar la putrefacción de los alimentos. El mercado era ahora un lugar horrible a causa del terrible hedor de la carne descompuesta y las pieles secas, además de atraer a insectos y demás parásitos. Y eso solo podía significar una cosa: había peligro de una nueva Purga.
ESTÁS LEYENDO
Crónicas del aprendiz de Mago: El temor del hechicero oscuro
FantasyBalwind es un joven y astuto aprendiz de mago que deberá enfrentar junto a sus amigos a extraños y misterios poderes mágicos mientras lucha contra otros terribles enemigos: los Khayam, el resto de la humanidad y él mismo.