19✈️ Brian y Camile

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CAPÍTULO 19BRIAN Y CAMILEBRIAN

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CAPÍTULO 19
BRIAN Y CAMILE
BRIAN

Era la primera mañana de Camile fuera del hospital, y no pude evitar que mis pies se encontraran ya frente a su puerta al toque del primer rayo de sol que iluminó el vecindario. Mis manos sostenían un ramo de flores de colores cálidos, y después de un largo suspiro, ahora sí estuve listo para hacer sonar el timbre.

Cassandra me recibió con una enorme sonrisa.

─Hola, Brian. Adelante ─Abrió paso a su lado para permitirme entrar.

─Buenos días, Cassandra.

─Camile acaba de despertar, pero no debe tardar en bajar a desayunar.

─Gracias─ Articulé mientras ambos caminábamos hacia el interior.

─Toma asiento donde gustes, la casa de Camile, es tu casa ─Bromeó divertida.

Decidí tomar asiento sobre uno de los bancos de la cocina y una plática entre ambos comenzó, hasta que Camile decidió aparecer, usando aquella tierna pijama rosa de conejillos.

Su rostro mostró asombro, sorpresa y pasmo; lo último que habría pensado era verme ahí sentado, platicando de lo más cómodo con su madre.

─¿Brian? ─Cuestionó, como si fuese una alucinación que desaparecería.

Sonreí.

─ Buenos días, Camile.

─Ven cariño, el desayuno ya está listo ─Dijo su madre─ Brian, ¿Gustas?

─Gracias, Cassandra, pero justo acabo de desayunar.

─¿Qué haces aquí? ─Mi chica parecía estancada en el mismo momento,  aún detenida al final del pasillo.

─¡Camile! ─Exclamó su madre, quizá como una llamada de atención.

─ No le gusta que llegue sin avisar, mucho menos si está en pijama ─La excusé  y me levanté del asiento. Dudé un momento pero al final decidí acercarme a ella, extendiendo el ramo de flores─ Para ti ─Solté con una pequeña sonrisa.

─Gracias ─Tomó las flores mientras una tímida sonrisa se hacía presente.

─Iré a tomar una ducha ─Anunció su madre en compañía una amplia sonrisa, y desapareció sin esperar nada a cambio.

─Quería dejarnos solos, seguro.

─Lo sé, me pude dar cuenta ─Regresé a tomar asiento, esos bancos eran realmente cómodos─ Tu madre es agradable.

─Gracias, supongo ─Se acercó a la cocina y tomó un recipiente con agua en el que colocaría las flores.

─Bueno, yo estoy aquí para invitarte a salir.

EL PILOTO  ©  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora