17✈️ Fuego

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CAPÍTULO 17FUEGOBRIAN

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CAPÍTULO 17
FUEGO
BRIAN

A veces, hay momentos en la vida que ya están destinados. No solía creer en ello, lo admito, pero algo en particular me hizo cambiar un poco el pensamiento. Confiar más, creer más. En ocasionas, hay cosas bellas que nos brinda el destino, pero esta vez fue diferente. Una corazonada, un impulso, y no fue bella, en lo absoluto.

Merodeaba por la ciudad sin razón alguna, no tenía nada más que hacer. Evitando caer en una corta depresión, aparqué en el auto servicio de un restaurante de comida rápida y ordené una suculenta hamburguesa con papas fritas y malteada. Completamente contra mi dieta común, pero era un momento especial, así es que no importaba en realidad.

Fue cuando un clic retumbó en mi mente. Automáticamente, manejé hacia el aeropuerto... en mi día libre. Era la primera vez que sucedía, y rogaba por ser la última. Mi trabajo me apasionaba, pero no era un desquiciado.

Tomé el celular e hice una llamada, mi madre respondió al otro lado de la línea con gran entusiasmo.

─Pero qué hermosa sorpresa ─dijo ella al responder.

─Hola, ma. ¿Cómo estás?

─Excelente, me relajo en un spa. ¿Tú qué estás haciendo?, ¿a qué debo el placer de escuchar esa preciosa voz?

No pude evitar soltar un bufido mientras colocaba mis ojos en blanco y negaba un poco.

─ Madre, ¿por qué siempre debes alagarme tanto?

─Porque eres mi hijo, y te amo. Además, pregúntale a cualquier muchacha. No estoy mintiendo.

Reí y negué de nuevo. Ella era simplemente increíble, y no en el sentido de espectacular, sino más bien, como inconcebible.

─Planeaba invitarte a cenar, ¿crees estar libre esta noche?

Logré reconocer un chillido de emoción al otro lado de la bocina, aunque intentó ocultarlo.

─ ¡Por supuesto!

─Bien.

La llamada terminó, y en un momento de raciocinio, decidí que regresar era la mejor opción. ¿Para qué iba al aeropuerto? Era una locura, y yo no estaba loco. Sin embargo, mis ojos captaron algo, mis oídos escucharon mucho: Humo negro esparciéndose rápidamente por el cielo, sirenas por todos lados. Continué, no podía detenerme ahora. Quedé atónito al llegar. No podía creerlo, era casi imposible, de no ser porque lo tenía frente a mí.

Incluso la papa que estaba a punto de llevarme a la boca, cayó.

CAMILE

Mi vuelo hacia Nueva York estaba a unas horas de salir. No tenía muchos ánimos y de hecho ya pensaba que lo que estaba haciendo era un grave error, aunque trataba de convencerme a mí misma de que ir a la gran manzana sería para mi bien. Un mejor desarrollo profesional y una mejor vida. ¿No? No había nada que perder en realidad.

EL PILOTO  ©  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora