32✈️ Marcus

82K 4.5K 256
                                    

CAPÍTULO 32MARCUSCAMILE

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

CAPÍTULO 32
MARCUS
CAMILE

Me sentía ahora en paz y satisfecha. La noticia había sido bienvenida con alegría y dicha por las personas que considerábamos más importantes para nosotros, y eso sólo ocasionaba más felicidad en mi existencia. Sin embargo, aún faltaba alguien importante a quien yo desconocía por completo.

Cristal insistió e imploró minuto tras minuto, hasta que por fin, Brian accedió asistir a su casa esa misma noche. Conocería por fin aquel hogar que vio crecer a mi hombre, al padre de mi hijo, y he de admitir, a mí me pareció una idea maravillosa.

─Esto me parece realmente un martirio ─bufó Brian, ayudándome a subir al auto mientras su desacuerdo penetraba el ambiente.

─Tu madre solo quiere pasar tiempo contigo, ¿cuál es el problema?

─No puede ser eso—sonrió jocoso antes de volver a colocar su tan común y cínico rostro de seriedad sepulcral—. Cuando estoy contigo, su deporte favorito es ignorarme.

─Está muy entusiasmada por la noticia.

─Yo también lo estoy, ¿no crees que me merezco un beso por eso? ─preguntó con curiosidad, mirándome por sobre el rabillo de su ojo.

Sonreí.

─ Quizá, ahora enciende el auto y vamos a casa de tu madre.

─Los autos necesitan gas, y yo necesito un beso para continuar ─al pronunciar aquello, su rostro no mostró expresión alguna. Hablaba en serio, y a juzgar por la necedad que lo caracterizaba, en verdad no se movería hasta que obtuviera lo que quería.

─Eso se llama chantaje, Brian Mouque, ¿lo sabías?

Tan solo pude ver cómo su cabeza se movió de un lado a otro en negación. "Extremadamente ridículo" era lo que lo definía, pero ese ridículo me volvía loca, y plantarle un cálido beso era sólo poco de lo que me hubiese gustado darle.

Nos aventuramos hacia lo que yo creí tan solo una tranquila visita, pero para mi sorpresa, Brian se encontraba entrando a la ciudad de Beverly Hills. Sinceramente, sería la primera vez que visitaría el lugar, a pesar de vivir toda mi corta vida en el condado de Los Ángeles.

Mi vista viajaba por cada construcción, asombrada. Parecía turista, y no es para menos, todo ahí se veía tan elegante, tan lujoso y tan costoso, que daba miedo siquiera verlo.

El auto por fin entró a una propiedad. Llegamos a la enorme casa de los Mouque. Mi sorpresa fue genuina, mis cejas se alzaron, mis ojos se ensancharon y mi boca ligeramente abierta no me permitiría mentir.

─¿Aquí es?

─Mm, sí ─respondió sin prestar mucha atención a las palabras, concentrándose mejor en aparcar el auto.

EL PILOTO  ©  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora