33 ✈️ Martirio

106K 5.6K 153
                                    

CAPÍTULO 33MARTIRIOCAMILE

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

CAPÍTULO 33
MARTIRIO
CAMILE

Nos encontrábamos en el tortuoso silencio de mi hogar. Brian estaba sentado en uno de los sofás de la estancia, apoyando los brazos sobre sus rodillas, con sus manos entrelazadas y una mirada fija hacia solo Dios sabía dónde. Yo, por otra parte, lo observaba con cautela desde la cocina. Parecíamos un par de estatuas, congeladas y mudas, y es que, su mal genio lo había dominada todo.

─¿No dirás nada? ─pregunté mientras jugaba con la pimienta.

─No.

Suspiré, miré hacia el techo de mi casa e imploré paciencia. Rodeé la isla de la cocina cuando creí obtenerla y me acerqué a él.

─ Vamos, Brian. Sé que sólo soy tu novia, pero estamos esperando un bebé y eso me convierte en algo más ─terminé en cuclillas frente a él, sosteniendo sus manos ya juntas.

─Así es, en la madre de mi hijo.

De nuevo suspiré con fuerza y rogué por más paciencia.

─Brian ─tomé asiento a su lado─. Por favor, creo que merezco saberlo.

─No me gusta ir por el mundo contando mis problemas familiares, Camile.

─Creo que ahora yo soy tu familia también─susurré cabizbaja.

Él me miró por sobre el rabillo de su ojo,  y se giró hacia mí en cuestión de segundos.

─ Tienes razón ─un suspiró se asomó. Lo pensó un instante, pero decidió hacerlo, decidió contarne─. Como podrás haber notado, mi padre y yo hemos tenido problemas desde hace mucho tiempo.

Lo miré con atención y sostuve sus manos, deseando escuchar más.

─Ha hecho muchas cosas, Camile. Cosas en verdad malas, y no me detendré a detallarlas porque no tiene caso, sólo quiero que sepas que mantenernos alejados de ese hombre, sin duda es lo mejor que podemos hacer, para nosotros y para él—terminó señalando mi vientre, y eso nada más pudo hacer que mi cuerpo sintiera un escalofrío.

Achiqué una mirada llena de confusión antes de enfocar sus profundos ojos cafés.

— Pero es tu padre.

—Si quieres llamarlo así—se encogió de hombros como si realmente no le importara nada—, lo importante es que tengas claro que no nos quiero cerca de él.

—¿Y por qué accediste ir a tu casa entonces?

—Tú fuiste testigo, yo no quería, mi madre insistió hasta el cansancio. Además, acepto que creí que no estaría. Suele viajar seguido, rara vez lo encuentras en casa... —Gruñó un poco— y justo esa rara vez tuvimos que ir.

Se dejó caer sobre el respaldo del sofá y de nueva cuenta perdió su mirada, quizá en recuerdos, no lo sé.

—Sigues sin ser específico.

EL PILOTO  ©  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora