52 ✈️ Frustración.

71.1K 4.1K 252
                                    

FRUSTRACIÓNCAPÍTULO 52CAMILE

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

FRUSTRACIÓN
CAPÍTULO 52
CAMILE

Mi primer día de «Terapia» o como sea que se le deba llamar a lo que Rufus hacía conmigo, fue realmente bueno. No me ayudó a recordar lo que ellos querían, pero fue divertido. Olvidé por un momento mis problemas y lo mal que me sentía, al tener a Brian tan alejado de mí. Eso lo agradecía.

─¿Qué es lo que haremos? ─Pregunté con curiosidad.

─Nuestro primer día de ayuda será el más importante ─aclaró él, bastante emocionado para mi gusto.

─Más te vale que incluya un buen lugar de comida ─advertí mientras tomaba mi bolso.

─Oh, no. Será aquí en casa Camile.

Ceñuda, le miré. La confusión me abordó, ¿a caso había escuchado bien?

─ ¿Disculpa?

─Ya que terminemos, y si cooperas, te llevaré a un buen lugar de comida.

Fruncí el ceño.

─ No es necesario que me condiciones, Rufus.

El primer movimiento de su extraña práctica fue tomar asiento en los bancos que se encontraban en la cocina. Lo miré pecando de seriedad, mientras él se limitaba a tan sólo sonreírme. No pasó mucho tiempo cuando comencé a incomodarme.

─¿Qué se supone que debo hacer?—inquirí.

─Nada en realidad ─respondió con seguridad─. Sólo debes observar a tu alrededor. De esta manera, atraerás recuerdos. Sólo intenta que sean sanos.

Bien, definitivamente me cuestionaba sus métodos de trabajo, pero no tenía nada mejor por hacer ahora que Clarisse se encontraba en el colegio, Glen simplemente había desaparecido y el restante volaba a través de los cielos. 

Al cabo de algunos minutos desperdiciados, solté un gran suspiro atestado de frustración y fijé la mirada sobre él.

─¿Lista? ─preguntó, y me obligué a fruncir el ceño en respuesta─ Siguiente parada─ expresó con alegría y sujetó mi brazo, llevándome hasta el sofá de la estancia─. Necesito que hagas lo mismo justo aquí.

─Esto es absurdo ─solté mientras me dejaba caer sobre el sofá cruzada de brazos, intentando hacer lo que me pidió. Esta vez, si hubo recuerdos, aunque no movieron mucho dentro de mí, lo admito.

Me obligó a observar y formular recuerdos en cada rincón de la casa. Estaba completamente harta. Es decir, no era algo que no hubiese hecho con anterioridad.

─Bien, ahora sí podemos ir por tu comida. ─Sonrió.

─¿Eso es todo?

─Por hoy lo es, mañana vamos a recorrer los lugares que solías frecuentar con tu esposo; así es que ve haciendo memoria, yo le pediré a Brian una lista.

EL PILOTO  ©  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora